El Gobierno balear investigará la relación de Matas con Barceló

Un cargo de la hotelera compró una casa al ex presidente

El Gobierno de Baleares investigará el posible incumplimiento por parte del ex presidente Jaume Matas, del PP, de la ley balear de incompatibilidades. El Ejecutivo progresista que encabeza desde el pasado verano Francesc Antich, del PSOE, abrió ayer un expediente y encomendó a los servicios jurídicos estudiar las circunstancias del contrato de Matas como alto ejecutivo en Estados Unidos de la compañía hotelera Barceló.

En febrero de 2007, la misma empresa se adjudicó por concurso público, controlado por el Gobierno de Matas y el Ayuntamiento de Palma, del PP, un proyecto estelar: la obra y la explotación durante 40 años del Palacio de Congresos de Palma, un complejo comercial y un hotel. La inversión es de 130 millones de euros para construir 80.000 metros cuadrados. El solar de 14.000 metros -el mejor de Palma- es gratis.

Matas dejó la política tras perder la presidencia en mayo de 2007. De acuerdo con la ley de incompatibilidades no puede trabajar, durante un año desde su cese, con compañías sobre las que tomó decisiones y tuvo relación oficial en los dos últimos ejercicios de presidente.

Su relación privada con la cúpula de la empresa hotelera comenzó en septiembre de 2006. Matas vendió por 840.000 euros a uno de los directores generales de Barceló, Jaime Buxó, su chalé adosado de 135 metros cuadrados en Calvià. La cotización de casas semejantes se sitúa entre los 480.000 y 725.000 euros, según un repaso a dos docenas de ofertas en Internet.

En noviembre de 2006, Matas adquirió un piso en un palacete de Palma, de 725 metros cuadrados, que escrituró en 950.000 euros pero cuyo valor real en el mercado de gran lujo en un entorno histórico se calcula en 4,9 millones. El ex presidente y su esposa, Maite Areal, pagaron 350.000 euros en efectivo y se subrogaron una hipoteca de 600.000 euros a 30 años.

La nueva mayoría insular de centro izquierda se manifestó "sorprendida" por la noticia divulgada ayer por EL PAÍS sobre el vínculo directo de Matas con la hotelera. La portavoz, Margarita Nájera, subrayó que la "obligación" del Gobierno es que se cumplan todas las leyes. La ley de incompatibilidades fue elaborada por el PP y votada por el propio Matas en 1996. La presidenta del PP balear, Rosa Estaràs, negó ayer a la agencia Efe que hubiera incompatibilidad, y argumentó que la adjudicación del Palacio de Congresos a Barceló y a otras empresas no fue realizada por el Ejecutivo autonómico, sino por una sociedad participada por esta administración y por el Ayuntamiento de Palma. Según Estaràs, el ex presidente es víctima de un "odio acumulado".

En el Consejo de Administración del consorcio del Palacio de Congresos que declaró ganador a Barceló y a sus socios, la casi totalidad de miembros eran cargos políticos, militantes del PP y del entorno de Matas. Estaba su mano derecha de siempre, el consejero portavoz Juan Flaquer; la directora de su gabinete, Dulce Linares; la gerente Marilena Jover, los directores generales, Josep Aloy y Carlos Pizá, y los concejales de Urbanismo y Hacienda de Palma, Rodrigo De Santos y Pedro Álvarez.

La compañía hotelera no quiso hacer nuevos comentarios. El co-presidente Simón Pedro Barceló confirmó la existencia de un contrato con Matas como director de Relaciones Institucionales de la rama norteamericana de la cadena, Barceló Crestline, y del fondo inversor Playa.

Jaume Matas trabaja en el grupo al que concedió su proyecto estrella

El ex presidente balear fija su residencia en EE UU gracias al contrato laboral

Ganó las elecciones pero no consiguió formar gobierno. El ex presidente de Baleares Jaume Matas, del PP, decidió entonces, en junio de este año, abandonar la política. Pocos meses después, ha reaparecido como ejecutivo de un importante grupo hotelero, el mismo al que su Gobierno adjudicó un macroproyecto urbanístico hace menos de un año, cuando aún era presidente del Gobierno balear.

  • El ex presidente balear trabaja en Washington como ejecutivo de Barceló

  • Un portavoz apela a un informe que descarta la incompatibilidad

La ley de incompatibilidades que rige en Baleares establece que durante el año siguiente a la pérdida del cargo, Matas no puede trabajar en una empresa sobre la que hubiera tomado decisiones como presidente autonómico en sus dos últimos años de mandato.

Matas ha fijado su residencia en Washington gracias a un contrato de la compañía hotelera balear Barceló, según confirma la empresa y portavoces del ex ministro de Medio Ambiente. La empresa turística de la que Matas es ahora ejecutivo en EE UU logró en 2007 una importante concesión en concurso público resuelto por el Gobierno de Matas. En febrero pasado, Barceló -con otros socios menores- ganó la concesión de un enorme negocio, la construcción y explotación por 40 años del Palacio de Congresos de Palma, con un hotel, un centro comercial y aparcamiento. La decisión fue adoptada por el consorcio formado por el Gobierno de Jaume Matas y el Ayuntamiento de Palma de Mallorca, ambos del PP.

La ley balear 2/1996 -votada por Matas- señala que "durante el año siguiente a la fecha de su cese" los cargos públicos "no podrán realizar actividades privadas relacionadas con procedimientos sobre los que hayan dictado resolución en los últimos dos años de ejercicio del cargo o función correspondiente".

El ex presidente balear no ha querido hablar con EL PAÍS, pero Juan Flaquer, ex consejero de Turismo, explica en su nombre que, en opinión de Matas, no hay incompatibilidad porque él no tomó parte en la adjudicación, ya que no se decidió en Consejo de Gobierno, sino en la sociedad anónima participada al 50% por el Ejecutivo balear y el ayuntamiento de Palma. Un portavoz de Matas confirma que el ex ministro trabaja "como consejero delegado" de Barceló en Washington, aunque no quiere desvelar su sueldo, pero asegura que tiene en su poder un informe jurídico que descarta cualquier incompatibilidad. "Sólo se produce cuando alguien toma parte en un órgano de contratación", insiste Flaquer.

El nuevo Palacio de Congresos era competencia de Matas, hasta el punto que situó a cargos de su máxima confianza en el consejo de la sociedad pública. El complejo será el nuevo icono de la capital. Situado frente al mar, se trata de un edificio de 70.000 metros cuadrados, obra de Patxi Mangado. Otra oferta empresarial, de Tremón, quedó descartada, con la plica sin abrir. La firma perdedora pleitea aún por ello. Riquer dice que su oferta tenía "defectos de forma".

En mayo de 2007, el ex líder del PP, en campaña electoral, respaldó a los ganadores: se retrató con Barceló y los otros socios en la Cámara de Comercio y sentenció: "No queda otro camino a los poderes públicos que apoyar, con proyectos como éste, que le iniciativa privada se pueda desarrollar en plenitud y en beneficio de todos".

Barceló tendrá el control y gestión del negocio, con el 50% del capital de la sociedad ganadora, junto a Globalia (20%), Sampol (15%), Iberostar (10%) y Acciona, con un 5%. El capital de la empresa es de 34 millones y el coste de la obra es de más de 130. La Administración dará una subvención de 30 millones y asumirá otros 14 de dirección y urbanización. El solar es gratis.

Matas decidió huir de la política tras no revalidar la mayoría absoluta en las elecciones de mayo. A los 51 años, decidió irse a Washington con una carta que le acredita como director de relaciones institucionales de la hotelera Barceló Crestline. Figura además como ejecutivo de su fondo de inversiones Playa, para la expansión en México, Centro América y el Caribe mediante la compra de hoteles para crear complejos todo-incluido.

Matas logró un permiso de residencia en Estados Unidos, el llamado visado de negocios, al presentar ante la embajada norteamericana de Madrid una carta contrato de trabajo de la empresa familiar de los hoteleros mallorquines, Barceló Corporación Empresarial, propietaria de Crestline Capital, con medio centenar de hoteles en Norteamérica. Los Barceló encabezan la firma Playa, con el 17%, en alianza con diversos inversores.

"Efectivamente, Matas es ejecutivo de nuestra sociedad". Simón Pedro Barceló, copresidente de Barceló, confirmó a este periódico la existencia de una relación formal del ex presidente con su compañía, en la rama hotelera estadounidense Crestline, con un rol centrado, a través del fondo Playa, en la compra de negocios costeros.

Simón Pedro Barceló no detalló la duración y condiciones del contrato de Jaume Matas. Barceló fue senador por el PP (entre 1989 y 1993) pero el ex presidente balear Gabriel Cañellas -destituido por corrupción en 1995- le vetó en las listas. Cañellas, a la vez, es el político que impulsó el ascenso de Matas.

Los Barceló, que tienen 157 hoteles, de los que 53 están en España (22 de ellos 22 en Baleares), ganan 130 millones al año con unos ingresos de 1.549 millones. "No sé que viene a hacer en Estados Unidos. No le conocen y no tiene contactos". Lo dice un profesional español que lleva 40 años trabajando en Norteamérica. "Y aquí lo que importa no es quién dices que eres sino qué puertas abres", añade. Sin embargo, como presidente de Baleares, entre 1996 y 1999 y desde 2003 hasta 2007, Matas tuvo contactos con autoridades y empresarios centroamericanos y visitó casi todos los países donde ahora debe operar. Sus protectores, los Barceló, están entre las 30 mayores empresarios de hoteles y viajes del mundo.

La vocación multinacional de firma está acreditada y su expansión es fuerte. Simón Pedro Barceló confía en poder gastar 150 millones de euros al año para afrontar compras de 300 y 500 millones. En 2002, pagó en efectivo 606 millones de euros por Crestline de EE UU.

En Washington el político mallorquín fue huésped invitado de los Barceló en el hotel Phoenix Park, situado ante el Congreso. Actualmente reside en un apartamento.

Economista especializado en tributos, es funcionario de la administración regional. La única actividad empresarial privada que se le conoce es su trabajo en la tienda de electrodomésticos de Palma propiedad de sus padres, que él cerró.

D.MATINO : El hombre con el que nadie quería pactar

"Aquí no dimite nadie"
( Rajoy pitoniso.28 .05.07 )

Jaume Matas es un hombre en fuga tras el 27-M. El poder se le ha roto en las manos, se le ha escurrido inevitablemente como una clara de huevo entre los dedos. El ex ministro de José María Aznar, dos veces presidente de Baleares, abandona de manera precipitada la vida política con un triunfo electoral que se ha vuelto inservible. Ha ganado, pero no ha encontrado a nadie -le basta un solo diputado- que quiera pactar con él y con el PP.

El pasado de Matas comenzó a estropearse con el escándalo de corrupción urbanística del caso Andratx, que no sólo salpicó a ese municipio, sino también a su Gobierno. Su imagen también quedó deteriorada por la compra de su palacete manierista, un piso de lujo de 725 metros cuadrados en el corazón histórico de Palma por el que pagó menos de un millón de euros cuando en el mercado hubiese costado casi cinco.

Su futuro inmediato quedó también condicionado por otro exceso: las autovías que proyectó en la pequeña isla de Ibiza. Del rechazo social que motivaron nació la pérdida del escaño de oro que le falta para gobernar en solitario.

Un hombre de 50 años, un profesional con ambición de poder, desaparece de escena por motivos misteriosos. Quedará a la intemperie política porque al no ser parlamentario dejará de ser aforado. En su campaña electoral agigantó su efigie hasta la altura de cinco pisos en las vallas publicitarias en un gesto monumental, de cartel de cine, que casa con su obsesión por coleccionar fotos con vips: contrató por cuatro millones a Michael Douglas y a Claudia Schiffer para que se retrataran con él para promocionar el turismo.

Mientras fue ministro de Medio Ambiente se cuidó mucho de escapar del chapapote del Prestige. Para lanzar el Plan Hidrológico Nacional buscó la complicidad de un paisano ecologista -el ex líder de Greenpeace, Xavier Pastor- y negoció en secreto con el ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall (PSC). "A veces cuesta aceptar en el PP lo que hago. Me creo problemas", confesó al lanzar la reforma del Estatuto de Baleares a rebufo y semejanza del catalán.

Pero la grandilocuencia le perjudicó. Formando parte del Gobierno de Aznar, decidió levantar ante su residencia de verano en Sa Colònia un centro de interpretación del Parque Nacional de Cabrera con forma de pirámide de cuatro plantas que costará más de 20 millones, el doble de lo presupuestado. No lo podrá inaugurar.

En plena campaña preparó su instantánea con el arquitecto Santiago Calatrava para otro gran proyecto: un teatro de ópera en el puerto de Palma, de 100 millones. Pero el encargo no está en ningún plan ni presupuesto y se quedará en la maqueta. La junta electoral prohibió su presentación, pero no los actos del candidato con Roger Federer y Rafael Nadal, en un partido de tenis que costó tres millones.

Matas se empeñó en publicitar una apariencia de eficacia y gestión. Desdeñó por "política" una la protesta contra la corrupción urbanística protagonizada por 50.000 personas -el 8% de la población de Mallorca- y la oposición del 20% del censo a sus autovías en Ibiza. "Todos las usarán", se jactó seguro de sí. Poseía la mayoría absoluta y la desparramó por las grietas de los excesos.

Programó sus mensajes electorales con la ayuda de un psicólogo que situó entre sus asesores. Pero su discurso no tapó el eco de los escándalos. Su rostro quedó adherido a su televisión autonómica, IB3, gestionada por jefes de prensa del PP. La cadena es una máquina para el boato de los nuestros que ignora o persigue a los adversarios.

Sin embargo, sus informativos lo han dejado aún más solo. Los telediarios de IB3 no dejaron de atacar a su socia habitual Maria Antònia Munar (líder de Unió Mallorquina) con una supuesta compra de votos. Las noticias cocinadas se produjeron incluso en la jornada de reflexión.

Munar frustró el intento de negociación postelectoral que le lanzó el PP echándole en cara a Matas "la campaña" de IB3. "Munar creyó que querían meterla en la cárcel", confesó uno de sus asesores. El adiós de UM al PP y el giro hacia el PSOE lo precipitó la candidata Rosa Estarás -hoy sucesora de Matas- que zahirió a Munar sin clemencia.

Pero UM comenzó su alejamiento antes, con el urbanismo salvaje y al destaparse el caso Andratx. El presidente confesó que, para él, fue una "experiencia amarga y difícil" ver detener por corrupción a un director general de su Gobierno en el despacho mientras el alcalde de Andratx, Eugenio Hidalgo, que él mismo fichó para el PP, era la primera autoridad balear de la democracia que iba a prisión: vértigo de portadas y telediarios.

Pero Matas no se achantó. En pleno escándalo, echó mano del manual de la conspiración. Aludió a la "desgraciada filosofía del 11-M", cuando "unos terroristas consiguieron cambiar el voto" y cargó contra Zapatero y por extensión contra el PSOE. Él y su consejero de Interior, el secretario del PP balear, José María Rodríguez, intimaron con el protagonista del caso Andratx, maquinaron con el alcalde Hidalgo qué hacer, horas antes de su arresto. El juez y el fiscal consideran "un hecho incontrovertible" que Hidalgo "conocía la acción judicial (secreta) que se desarrollaría poco después". Matas se fue a ver al fiscal general.

El barón del PP dice ser víctima de tácticas para "eliminar o destruir al adversario". Mientras fue presidente y luego ministro, el fiscal general nombrado por Aznar evitó que declarara por el caso Formentera de compra de votos, asunto que el fiscal del Tribunal Supremo consideró "estética y éticamente reprochable".

Matas tiene otro borrón, el del espionaje electrónico al PSOE mediante correos electrónicos desviados a su propio ordenador. El Supremo exoneró a dos de sus secretarios por pinchar los e-mails "de manera ciertamente ilegítima" y afirmó que su actuación no era delito, pero tampoco podía juzgarse "ética ni jurídicamente indiferente".

Cuando se abrieron las urnas, Matas echó en falta un par de miles de votos. Tuvo errores propios en su diseño de laboratorio: dobles listas contra UM y el nuevo Consell de Formentera, que ideó para mermar a la izquierda. Pero los efectos fueron contrarios a los perseguidos. Otra tempestad fue el fichaje de la escritora Maria de la Pau Janer, que se definió "catalanista", lo que lo convirtió en víctima del fuego amigo. Un asesor personal, un diputado y un alcalde del PP agitaron los núcleos anticatalanistas y generaron cientos de votos nulos por haber tachado a Janer de la papeleta.

Poderoso y ofendido antes de su huida, Matas respiraba por las heridas. A un personaje que le criticó por su palacete lo llamó a capítulo y le recriminó por su atrevimiento con reproches del pasado. Tras el portazo se va a EE UU a hacer negocios, "a crecer". El jaque mate a la reina (Munar), fue un fiasco, un tropiezo perdedor. Jaume Matas deja el tablero, y al PP balear a la deriva. www.elpais.es 24.06.07

Matas contradice la palabra de Rajoy

Mariano Rajoy se mueve muy a disgusto entre el ruido mediático. Odia los titulares de prensa. Alguna vez ha comentado a los periodistas que él haría los periódicos sin titulares, porque le gustan los textos, pero no las letras grandes con mensajes cortos y, por tanto, malinterpretables. Por eso, en la dirección del PP no ha sentado muy bien, aunque entiendan los motivos personales, la retirada de Jaume Matas. El presidente balear ha desautorizado nada más y nada menos que al líder del partido, que al día siguiente de las elecciones, hace menos de un mes, lo dejó clarísimo: "He hablado con todos [los cabezas de lista] y aquí no dimite nadie".

Entonces nadie pensaba que Matas pudiera dejar la política. Rajoy estaba respondiendo a los periodistas sobre el líder en Extremadura, Carlos Floriano, que después de unos resultados muy modestos había anunciado en rueda de prensa su dimisión. La dirección del PP se lo impidió, y Floriano acató la orden. Se presentaba por segunda vez y no logró apenas mejorar los resultados -repitió porcentaje, el 38,7%, a 14 puntos del PSOE; logró uno de los tres escaños que perdió IU, el PSOE se llevó los otros dos, y subió 150 votos, mientras los socialistas ganaban casi 8.000-. Y eso a pesar de que enfrente ya no tenía al todopoderoso Juan Carlos Rodríguez Ibarra, sino al hasta hace poco desconocido Guillermo Fernández-Vara, ex consejero de Sanidad.

Floriano fue obediente, y espera su momento para dejar la primera línea. Matas no. Y el PP se enfrenta así a la cruda realidad que Rajoy se empeñó en negar: los populares han ganado votos y han logrado superar al PSOE en toda España, pero tras estas elecciones se confirma la lenta pero constante pérdida de poder que sufren desde 2004.

El PP paró la salida de Floriano precisamente para evitar que la prensa tuviera argumentos para propagar este tipo de análisis. "No tengo una sensación agridulce, para nada", contestó Rajoy tras las elecciones preguntado por esa pérdida de poder -ha dejado de gobernar en 11 capitales de provincia y, si se confirma lo de Baleares, en una comunidad, a la espera de lo que suceda en Navarra-. "Al contrario, tengo una gran satisfacción personal", señaló Rajoy.

La salida intempestiva de Matas, que sólo avisó a Rajoy el día anterior, está siendo a la vez comprendida desde el punto de vista personal y criticada desde el plano político en el PP. Los que han trabajado con él en los últimos años señalan que Matas siempre ha dejado abierta la puerta de la salida de la política. "No es un profesional de la política. Desde que fue ministro estaba decidido a dejarlo. Quería cambiar de vida. Aznar le ordenó que fuera a Baleares en 2003, pensó que perdería y ganó. Pero quería dejarlo. Y ahora Mariano le había convencido para que siguiera, pero con el compromiso de dejarlo. Ya tenía el relevo a punto [Rosa Estarás] para dejarlo dentro de un año. El problema es que ha perdido, que no estaba en los planes. En todo caso se hubiera ido en 2008 al extranjero, ya lo había pactado. La actitud de Munar ha terminado de precipitar las cosas", señala un miembro de la dirección que estuvo con él en el Gobierno del PP.

Otros dirigentes, sin embargo, aún comprendiendo los motivos personales, creen que al menos debería haber esperado un tiempo para evitar que quede en evidencia a menos de un mes de las elecciones que no todo era tan perfecto como lo dibujó Rajoy. Y sobre todo porque ha dejado en nada la palabra del líder, y su "aquí no dimite nadie", en un partido donde la coherencia y la fidelidad a las órdenes de la jerarquía son un valor incontestable.

"Yo entiendo los motivos personales, todos los tenemos, pero a Matas el partido siempre lo ha tratado muy bien, y al menos podía aguantar un poco. Cuando tuvo la desgracia de quedarse a un tris de la mayoría absoluta, en 1999, y el mismo pacto que ahora le quitó el Gobierno, Aznar lo hizo ministro y lo trajo a Madrid. Es cierto que fue forzado las dos últimas veces, pero podía haber esperado un poco más", sentencia otro dirigente, que insiste en que tiene un gran afecto por Matas, un hombre sin enemigos visibles entre los barones del partido.

El PP, además, había preparado todo un argumentario para la pérdida de Baleares: culpar a la Ley Electoral. De hecho, Eduardo Zaplana ha anunciado en el Congreso que el PP promoverá una reforma para evitar que un partido pequeño -UM tiene el 6%- pueda condicionar un Gobierno hasta el punto de exigir la presidencia, algo que sin embargo no se da en Baleares ni en el Ayuntamiento de Mallorca, como temía el PP. Ese cambio de la Ley Electoral era su estrategia de choque contra la pérdida del poder en Baleares. Pero la huida de Matas ha concentrado la atención en otro punto, y los titulares que tan poco gustan al líder han sido provocados esta vez por alguien de su partido.

Matas abandona la política tras conocer que perderá el Gobierno de Baleares

"Al PP no le han derrotado las urnas", sino "que le ha separado del poder la política" y "los intereses de partido en los despachos". Así explicó Jaume Matas su fracaso, por el que abandona y renuncia a liderar la oposición del PP de Baleares al futuro Gobierno de centro-izquierda formado por el PSOE, Unió Mallorquina y Bloc. "Ha habido voluntad de excluir al PP de cualquier acuerdo", indicó Matas. El presidente balear, que acudió forzado por José María Aznar a las elecciones de 2003, y por Mariano Rajoy a las de 2007, se dedicará a su labor de economista fuera de España.

"Yo soy el responsable de no haber logrado el acuerdo con UM", afirmó ayer tarde el aún presidente de Baleares, que ocupó el cargo autonómico entre 1996 y 1999, fue ministro de Medio Ambiente con José María Aznar entre 2000 y 2003 y en este último año ganó la presidencia balear por mayoría absoluta, algo que ahora no ha logrado.

El PP obtuvo el 47% de los votos en las elecciones del 27-M, un refrendo "histórico", según Matas, pero insuficiente para mantener el poder pues se quedó a un escaño de la mayoría absoluta tanto en Baleares, como en el Consell Insular de Mallorca y en el Ayuntamiento de Palma. Al partido le era imprescindible una alianza con UM (6% de los votos) para gobernar en los tres sitios, pero fracasó en su intento.

Sin el gobierno de las capitales insulares, perdidos un tercio de los gobiernos municipales, fuera de los ejecutivos de los consejos de todas las islas, que controla el PSOE, el panorama quedó dibujado para el PP como un descalabro monumental. Nunca hasta ahora, y con tantos apoyos, el partido de Mariano Rajoy tendrá tan poco poder institucional en las islas. Unos 600 cargos políticos y de confianza del PP quedarán fuera de las instituciones.

"Yo no soy el futuro del PP en Baleares", manifestó Matas al explicar ante la junta directiva del PP, y después ante la prensa, que no tomaría posesión del escaño en el Parlamento autonómico que le corresponde. "No tiene sentido encabezar un proceso de oposición", declaró.

El político mallorquín, economista y funcionario, de 50 años, detalló también que tras 17 años de vida pública pasará "un período de descompresión" de varios meses y después abordará su pase a la empresa privada, "probablemente en el extranjero". Fuentes de la dirección del PP señalan que Matas ya había acudido forzado a Baleares en 2003, y ahora se lo había pedido de nuevo Rajoy .

Estas mismas fuentes señalan que Matas y Rajoy pactaron que el balear, si lograba gobernar, se quedaría sólo hasta 2008 para dejar entonces la política y trabajar en la empresa privada en Estados Unidos, que es lo que desea. Desde que fue designado ministro, Matas trasladó a su familia a Madrid. Y allí sigue, de manera que el ex ministro vive a caballo entre las islas y la capital.

Matas cede la voz en la Cámara y el posible timón del PP a su segunda en las listas, Rosa Estarás, que ha sido hasta ahora la vicepresidencia del Gobierno. El error y la tumba política de Matas, su imposibilidad para llegar a un acuerdo con Unió Mallorquina, responde a su estrategia electoral, al haber lanzado a Estarás a una campaña desaforada contra su única socia posible. "Maria Antònia Munar creyó que querían meterla en la cárcel", confesó un portavoz de la líder de UM.

El PP posee la más potente maquinaria política de Baleares, cuenta con la mayor implantación urbana y rural y ha manejado con hegemonía casi todas las instituciones insulares desde 1983, con la sola excepción del período 1999-2003 con el anterior pacto PSOE-UM-izquierda. El partido superó desde 1995 sucesivas crisis de liderazgo por la caída del fundador regional Gabriel Cañellas, destituido por Aznar por supuesta corrupción. De aquellas crisis surgió el liderazgo de Matas, que ha gozado de dos mayorías absolutas en la cámara balear y que no pudo reeditar

www.elpais.es 22.06.07

El presidente en su palacete

"Mandaremos al presidente Matas a su palacete", auguró en un mitin del PSOE en Ibiza la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Jaume Matas Palou (Palma, 1956), ha ido a contracorriente en los últimos meses, arrastrando la polémica pública por la compra de una vivienda privada de lujo de 725 metros cuadrados (con un jardín exclusivo de otros 160) en el centro histórico de Palma, que el mercado valora en 4,9 millones de euros y por la que él pagó menos de un millón, según la escritura.

El caso Andratx y la detención del alcalde de esta localidad que él fichó ha sido el otro gran torpedo en su línea de flotación.

Nació en una familia socialista de la República que cerraba las persianas cuando Franco visitaba Palma. Él se formó en Valencia, es afín a Eduardo Zaplana y fue amparado por el polémico ex presidente Gabriel Cañellas, destituido por corrupción en 1995, que le denominó "un poco virtual".

Siendo ministro de Medio Ambiente, regó Baleares de millones y proyectos y negoció con el socialista Pasqual Maragall el Plan Hidrológico. En la crisis del petrolero Prestige, su papel fue irrelevante.

El ex fiscal general Jesús Cardenal evitó que los fiscales acusaran a Matas y que los tribunales le tomaran declaración como testigo por la supuesta compra de votos en Latinoamérica, por el caso Formentera y por el asunto del espionaje electrónico de los correos al PSOE.

www.elpais.es 22.06.07

Más información sobre Matas y sus circunstancias

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