TRABAJO REHUSÓ PAGAR 23.000 EUROS EN TURRÓN QUE COMPRÓ ZAPLANA Y QUE NADIE CERTIFICÓ 

El Ministerio de Trabajo bajo mandato socialista rehusó pagar en 2004 tres facturas de turrón por 23.000 euros que dejó pendientes su anterior titular, Eduardo Zaplana, la mitad del dulce que adquirió para atenciones protocolarias. El impago se produjo porque el nuevo equipo ministerial no encontró los certificados que justificaran ese gasto ni logró que nadie lo validara en los meses siguientes. El turrón (con embalaje) adquirido por el equipo de Zaplana para las Navidades anteriores superaba las cuatro toneladas y costaba 55.000 euros. La empresa renunció al cobro de los 23.000 euros 

Turrones Picó tuvo un pedido especial en las Navidades de 2003. El Ministerio de Trabajo, entonces bajo el mandato de Eduardo Zaplana, le compró, en diversas partidas, turrones por importe de casi 55.000 euros que fue enviado, entre otros, a decenas de periodistas. Pese a que se suponía que hacía mención a un objeto único, la atención protocolaria a determinadas personas relacionadas con el ministerio durante las Navidades, presentó siete facturas. De haberlas formulado bajo una sola, al superar su monto los 12.000 euros, Trabajo habría tenido ineludiblemente que darle una tramitación distinta, mediante concurso, con mayores controles y trámites en su adjudicación. 

La primera factura, por 4.864 euros, llegó y fue pagada el 2 de enero de 2004. El goteo del resto de facturas al cobro del Ministerio de Trabajo de Turrones Picó se sucedió así: el 6 de enero de 2004, se recibió otra de 4.864 euros; el 16 de enero, otra de 11.688 euros; el 11 de febrero, otra de 11.977 euros; el 16 de febrero, otra de 4.943 euros; el 24 de marzo, otra de 11.934 euros, y el 7 de abril llegaron dos de 4.943 y 4.125 euros. 

El Gobierno socialista dejó sin pagar la del 11 de febrero y las dos últimas. Para entonces, la partida anual de protocolo, pese a que sólo había pasado un trimestre del año estaba agotada. Y no veía justificado sufragar una operación tan costosa de atenciones protocolarias con cargo al contribuyente.

Fondo exhausto 

De los 169.400 euros del gasto total de protocolo fijados por Zaplana para 2004, él se asignó para sí y para su equipo 110.208 euros. Por tanto, sólo quedaban disponibles hasta nueva orden presupuestaria del nuevo equipo socialista, unos 60.000 euros, Por eso, cuando llegaron tres facturas que suponían más de un tercio del fondo anual existente, se rechazaron. Había una razón añadida: se entendió que no venían debidamente cumplimentas por los ex responsables ministeriales del PP. Turrones Picó no ha planteado ninguna batalla por tal impago. 

Las facturas del turrón 

debían ser pagadas con cargo al fondo global de atenciones protocolarias del Ministerio de Trabajo. Pero éste estaba casi exhausto cuando se produjo el relevo, en abril de 2004. Igualmente, se había agotado la partida mensual de uso más personal al servicio de Zaplana (3.000 euros al mes). En concreto, según funcionarios relacionados con el control del gasto, Zaplana, en el mes de marzo de 2004, consumió 2.999,72 euros de tal partida para su uso discrecional y protocolario. El ministro Caldera, al margen de instituir una tarjeta que garantizaba un rastro indeleble de cada euro gastado, sólo consumió en marzo de 2005, 50,61 euros de dicha partida. 

El fondo presupuestario anual personal del ministro de Trabajo sigue un antes y después de Zaplana: su antecesor, también del PP, Juan Carlos Aparicio, se atribuyó 18.600 euros de gasto al año para uso personal protocolario; Zaplana se lo elevó con su firma a 36.000 euros: y Caldera se lo rebajó a 24.000 euros. El desglose, mes a mes, indica que Caldera se gastó con su visa en su protocolo personal durante ocho meses de 2004 (desde su toma de posesión en abril) la asignación de un solo mes de Zaplana. Por tanto, el monto sigue una estela de sierra cuyo pico más alto es el actual portavoz del PP. Trabajo declinó ayer dar su versión oficial sobre la polémica suscitada en torno a los gastos de Zaplana. "El ministro no quiere comentar nada relacionado con los gastos de sus antecesores". Igualmente, frente a las acusaciones de Zaplana de filtrar los datos sobre sus gastos protocolarios y de vuelos privados, el Ministerio de Trabajo negó que haya facilitado ninguna información al respecto. (www.elpais.com, 29/03/07)

EL PARTIDO CIERRA FILAS CON RAJOY Y AGUIRRE APOYA A ZAPLANA 

El Comité Ejecutivo del PP celebrado ayer, del que estuvieron ausentes dirigentes relevantes como Josep Piqué o Alberto Ruiz-Gallardón, sirvió para mostrar el cierre de filas sobre el bloqueo al Grupo PRISA. Mariano Rajoy lo explicó. Nadie habló en contra, y Celia Villalobos sentenció: "Hay que alegrarse de que Polanco haya dicho que no es neutral" [en realidad señaló que "es muy difícil ser neutral"]. Villalobos también criticó sin citarlo al diputado Jaime Ignacio del Burgo por haber denostado la foto de las Azores. "Eso fue discutido aquí. Y ya sabéis cuál fue mi posición [contraria]. Pero asumí la decisión, y los que no hablaron entonces no pueden hacerlo ahora", sentenció. 

Eduardo Zaplana, el portavoz parlamentario, se mostró muy crítico con las informaciones aparecidas en EL PAÍS estos días, en los que se desvelan viajes en aviones privados y gastos privados pagados con dinero público mientras era ministro de Trabajo. Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, hizo un apoyo explícito de Zaplana, aseguró que a ella le han convencido sus explicaciones y se mostró de acuerdo con su respuesta a EL PAÍS. "Ningún ataque sin respuesta", sentenció. (www.elpais.com, 29/03/07)

ZAPLANA AUMENTÓ UN 100% LOS FONDOS PROTOCOLARIOS DEL MINISTRO AL LLEGAR A TRABAJO 

El hoy portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, dobló en 2003 el presupuesto anual de gastos protocolarios de gestión directa como ministro de Trabajo (36.000 euros) respecto de su antecesor, Juan Carlos Aparicio (18.000). Zaplana marcó otra diferencia de gestión del dinero público respecto de sus antecesores del PP: ni Aparicio, ni Javier Arenas utilizaron nunca como ministros de Trabajo aviones privados para sus vuelos, ni compraron alimentos con cargo a su presupuesto para su residencia oficial, ni recurrieron a artículos de lujo para atenciones protocolarias. 

Zaplana ha anunciado que quiere conocer los gastos protocolarios y de desplazamientos de los componentes del actual Ejecutivo socialista para medirlos con los suyos durante su mandato en Trabajo (2002-2004). A la espera de que el Gobierno remita esos datos, empiezan a surgir elementos que permiten comparar su gestión con la de sus dos antecesores inmediatos, ambos del PP: Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio. El retrato que pintan ex colaboradores de estos tres ministros y funcionarios de Trabajo que coexistieron con todos ellos marca un antes y un después de Zaplana. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para empezar, el 2 de enero de 2003, el primer año de gestión completa de Zaplana -tomó posesión en julio de 2002- varió radicalmente los gastos dedicados a "atender ineludiblemente obligaciones de protocolo" de los diversos cargos del departamento. Curiosamente, de los 17 cargos a los que se reconocían tales fondos, sólo el monto de uno crecía inusitadamente respecto del esquema hasta entonces vigente y era precisamente el presupuesto del ministro. Si Aparicio se daba por servido con 18.060 euros anuales (1.500 al mes) para sus atenciones protocolarias directas -una comida, unas flores, etcétera-, Zaplana se adjudicó el doble: 36.000 euros (3.000 al mes). Por contra, la práctica totalidad de los altos cargos de Zaplana mantenían las mismas partidas consignadas en 2002 por su antecesor, Aparicio.

El hoy portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, dobló en 2003 el presupuesto anual de gastos protocolarios de gestión directa como ministro de Trabajo (36.000 euros) respecto de su antecesor, Juan Carlos Aparicio (18.000). Zaplana marcó otra diferencia de gestión del dinero público respecto de sus antecesores del PP: ni Aparicio, ni Javier Arenas utilizaron nunca como ministros de Trabajo aviones privados para sus vuelos, ni compraron alimentos con cargo a su presupuesto para su residencia oficial, ni recurrieron a artículos de lujo para atenciones protocolarias. 

Zaplana ha anunciado que quiere conocer los gastos protocolarios y de desplazamientos de los componentes del actual Ejecutivo socialista para medirlos con los suyos durante su mandato en Trabajo (2002-2004). A la espera de que el Gobierno remita esos datos, empiezan a surgir elementos que permiten comparar su gestión con la de sus dos antecesores inmediatos, ambos del PP: Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio. El retrato que pintan ex colaboradores de estos tres ministros y funcionarios de Trabajo que coexistieron con todos ellos marca un antes y un después de Zaplana. 

Para empezar, el 2 de enero de 2003, el primer año de gestión completa de Zaplana -tomó posesión en julio de 2002- varió radicalmente los gastos dedicados a "atender ineludiblemente obligaciones de protocolo" de los diversos cargos del departamento. Curiosamente, de los 17 cargos a los que se reconocían tales fondos, sólo el monto de uno crecía inusitadamente respecto del esquema hasta entonces vigente y era precisamente el presupuesto del ministro. Si Aparicio se daba por servido con 18.060 euros anuales (1.500 al mes) para sus atenciones protocolarias directas -una comida, unas flores, etcétera-, Zaplana se adjudicó el doble: 36.000 euros (3.000 al mes). Por contra, la práctica totalidad de los altos cargos de Zaplana mantenían las mismas partidas consignadas en 2002 por su antecesor, Aparicio.

Gastos de gestión directa 

Este presupuesto estaba destinado como su nombre indica a aquellos gastos de gestión directa del ministro. Era, por tanto, una partida más de los gastos globales del ministerio de atenciones protocolarias, con cargo a los cuales, como ha reconocido Zaplana, se sufragaron los objetos de lujo durante su mandato -que totalizaron más de 183.000 euros en compras durante su mandato- para atenciones a personalidades diversas y que, como también ha reconocido, en muchas ocasiones no identificó por premuras y contingencias varias. 

Por tanto, nada de este dinero, que se entregaba en metálico, según ex colaboradores de Zaplana, sirvió para sufragar tales regalos. Tampoco este dinero de bolsillo de Zaplana emanado del presupuesto ministerial sufragó los gastos de cesta de compra -más de 5.000 euros durante su mandato- con destino al pabellón ministerial que constituía su residencia en el ministerio, y que se sufragaron con los ingresos de la cafetería de Trabajo, según documentos oficiales.

De tal partida personal protocolaria, tampoco se abonaron los catering -más de 22.000 euros durante su gestión- con que se cubrían las comidas oficiales del ministerio. Algunas facturas de restaurante como la de Horcher o la del club Siglo XXI, sumando 2.000 euros, fueron desviadas al presupuesto global, al que también se pasaron sus pagos de donativos benéficos. Finalmente, los vuelos en avión privado (más de 150.000 euros) fueron presentados como meros contratos o como indemnizaciones por gastos de viaje. 

Por tanto, Zaplana dispuso, mes a mes, de un fondo de 3.000 euros para sus gastos. Ex colaboradores de Arenas y Aparicio y funcionarios que coexistieron con ellos aseguran que ninguno de ellos contrató un solo vuelo privado para sus viajes oficiales. Las mismas fuentes sostienen que ambos solían comer el menú del ministerio en su despacho y contrataban catering sólo para comidas oficiales. 

Ni uno ni otro, a diferencia de Zaplana, recurrieron a la compra de objetos protocolarios de lujo. Sus ex colaboradores destacan "la austeridad castellana" de Aparicio y la viveza de Arenas, que tras recibir dos sablazos del catering de un restaurante cercano, prescindió radicalmente de dicho establecimiento. (www.elpais.com, 28/03/07) 

EL EX MINISTRO IRONIZA SOBRE LA "IMPORTANCIA" DE SUS GASTOS 

El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Eduardo Zaplana, ironizó ayer en relación con las informaciones de este diario sobre su gestión al frente del Ministerio de Trabajo y que revelaron sus casi 20 vuelos en avión privado, la presencia de seis de sus familiares en la lista de obsequiados por el Ministerio en las navidades de 2002, sus gastos protocolarios en objetos lujo y en cestas de compra con destino a su pabellón ministerial. 

En referencia a este último capítulo, el endoso de decenas de tiques por valor más de 5.000 euros de compras en supermercados cercanos al ministerio y a su domicilio privado, Zaplana respondió así en conferencia de prensa: "Ya tienen las iniciales de quien compró, con esas iniciales se puede llegar a quién ha comprado, el motivo de la compra y se pueden hacer barridos de quién vive en las cercanías". 

Igualmente, hizo risas sobre la "importancia política" del capítulo de sus gastos ministeriales. Esas iniciales (correspondientes a una limpiadora) pueden despejar el enigma de quién realizó algunas de las compras de comestibles y elementos varios como chicles para el pabellón ministerial de Trabajo durante el mandato de Zaplana -otras las hicieron bedeles, según aseguran fuentes sindicales-, y también el centro comercial escogido para sus compras. 

El ministro ha negado en una nota de siete folios que esas compras fueran para su consumo personal de su residencia privada. El comunicado asegura que todos esos alimentos se adquirieron en su día para consumo ministerial. 

Menudeo de compras 

Ninguno de sus antecesores en el ministerio de Trabajo, durante el mandato del PP, Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio, recurrieron a este menudeo de compras de comestibles con cargo al presupuesto ministerial para sus comidas oficiales o privadas, según detallaron sus ex colaboradores a este periódico.

El empleado ministerial que hacía la compra solía pasar un tique de un euro para que le abonaran el café que se había tomado durante la compra en el mercado con destino al pabellón ministerial. 

Zaplana proclamó su voluntad de conocer "hasta el más mínimo detalle" de todo lo referente a los gastos y viajes de todos los ministerios bajo el mandato socialista. "Como desde los Gobiernos del PP no tenemos absolutamente nada que ocultar", retó, "un ejercicio de comparación y transparencia siempre es bueno", sugirió. "Esto no puede ofender a nadie. Estoy seguro que el Gobierno facilitará todos estos datos con gran rapidez", remachó Zaplana. 

(www.elpais.com, 28/03/07)

d.ZAPLANINI AUTO RUMBOSO : Paquetes de chicles y bolsas de patatas para uso ministerial

El ex ministro de Trabajo Eduardo Zaplana intentó explicar ayer a través de una nota las decenas de facturas de comercios próximos al ministerio y a su domicilio donde se compraron diversos artículos de alimentación, entre ellos numerosos paquetes de chicles, yogures, pan de seis cereales, helados y bolsas de patatas fritas. "Jamás fueron para mi consumo personal ni para mi vivienda particular. Los gastos se deben a compras realizadas por el personal del ministerio, para consumo del propio ministerio, como es habitual en todos los ministerios. O a la celebración en el ministerio de cenas y comidas oficiales de Trabajo"

Entre las compras que figuran en el expediente de los gastos de protocolo del ministro se encuentran artículos que difícilmente pueden componer el consumo habitual para cenas y comidas oficiales de Trabajo. Pese a que Zaplana indica que tal vía de adquisición de alimentos estaba destinada al consumo del ministerio en general o las comidas oficiales, hay dos hechos poco frecuentes en este tipo de gastos.

Las comidas oficiales o de trabajo del ministro y de su equipo suelen cubrirse mediante la contratación de servicios de catering, cuyo monto superó los 22.000 euros durante su mandato. Y, el ministerio, como tal, realizaba sus compras de alimentos para el comedor general a través de una central para planificar y obtener reducción en los costes, y por importes y periodicidad muy superiores a los exhibidos en las facturas objeto de polémica.

Decenas de tiques

Por tanto, tales compras de alimentos soportadas por decenas de tiques -con importes que a veces no llegan a 10 euros- que suman más de 5.000 euros durante el mandato, se inscriben "en la adquisición de productos para la confección de comidas que se realizaron para el señor Zaplana en el pabellón del ministro", según consta en documentos oficiales del Ministerio de Trabajo. Estos tiques fueron abonados con cargo a los ingresos de la cafetería-comedor del departamento, según documentos oficiales.

Este diario ha comprobado que algunas de tales compras para el pabellón del ministro fueron adquiridas por personal sin vinculación directa con el ministerio, como M. A. V., empleada de la limpieza en una empresa contratada por Trabajo. Igualmente, parte de dichas compras fueron realizadas con unas tarjetas de cliente cuya relación oficial con el Ministerio de Trabajo se desconoce. www.elpais.es 27.03.07

SEIS PARIENTES EN LA LISTA DE REGALOS NAVIDEÑOS

En el listado oficial del ministerio de Trabajo sobre regalos navideños aparecen seis envíos postales a familiares del ex ministro Eduardo Zaplana

Publicado en www.elpais.es  27.03.07

Gemelos de oro, pañuelos de seda y carteras de piel entre los gastos de protocolo

Los gastos protocolarios de Zaplana al frente de Trabajo también llamaron la atención de sus funcionarios fiscalizadores. De julio a diciembre de 2002, el ex ministro consumió 36.979 euros en este capítulo, que elevó a 67.000 euros en 2003, y a 78.577 en 2004, aunque desde el 14-M estaba en funciones y cesó en abril. Por encima de su cuantía -más de 183.000 euros-, destacan sus aspectos cualitativos.Zaplana recurrió a lujosas tiendas de joyas, algunas de ellas valencianas, para comprar costosos objetos de regalo protocolarios. Salvo en el caso del Papa -al que regaló un cáliz de plata de 2.000 euros- o el rey de Marruecos -al que compró unos gemelos de oro por 1.349 euros-, hay una larga lista de lujosos objetos de regalo de los que sólo hay constancia de que los compró y pagó Trabajo, pero no para quién. Su destinatario real fue y es un secreto para la intervención.

Echarpes y corbatas

En este saco se hallaban, en apretado resumen, los siguientes objetos: un maletín de coco comprado en Veramonti por 292 euros; unos gemelos de plata a balle de tennis; unos echarpes de seda la rosee y de seda patchwork y una corbata de seda twill comprados en Hermes por 1.000 euros; estuches de gemelos piel y carpetas portadocumentos en piel por valor de 5.000; tres artículos de regalo en Hermes por valor de 600 euros; un objeto por 397 euros comprado en la joyería valenciana Gracia; otro por 405 euros comprado en Diseño Antonio Romero; 20 bolsos de piel de becerro tamaño mediano comprados en Hermes por casi 5.000 euros; una jarra de plata comprada por 500 euros en la joyería Suárez; una bandeja octogonal lisa y el reloj Fossil todo acero de señora comprados en la joyería Gracia por 1.168 euros; unos gemelos en plata por 771 euros en José María Milán; una pulsera de 130 euros de Loewe; 23 tarjeteros de plata de la consabida joyería valenciana Gracia por 3.500 euros; dos jarras y una bandeja de plata por 1.550 euros de joyería Suárez; un reloj de la misma joyería por 240 euros; un lalique florero lirio de Gracia por 442 euros; tres gemelos Logo de Loewe por 207 euros; un tarjetero por 300 euros de Gracia; un centro azucarero de Gracia por 413 euros; una cartera y un maletín de Loewe de 1.000 euros; un chal pespuntes y un chal anagrama de Loewe por por 354 euros; un pañuelo seda twill y un echarpe unie brodee cachemir de Loewe por 992 euros; una bandeja de plata de Gracia por 399 euros; 11 estilográficas de González Aragoneses por 3.223 euros; y un objeto no identificado de la joyería Suárez por 365 euros, entre otros.

Regalos para la familia

El uso del presupuesto para atenciones protocolarias del Ministerio de Trabajo con Zaplana presenta singularidades: el listado de personalidades a las que con dinero público se envió regalos navideños incluye a su familia (sus hermanas Luisa y Carmen y su cuñada Rosa Barceló). Fuentes próximas a Zaplana aseguran que puede tratarse de un error, ya que "Zaplana jamás cargó un gasto personal al presupuesto".

Sus gastos ministeriales, sin embargo, presentan contradicciones. Igual pasaba facturas, sin mayor detalle, de una comida tras su toma de posesión por 1.440 euros en el restaurante madrileño Horcher, o en el club Siglo XXI por 600 euros, que presentaba una exhaustiva relación de justificantes para que le devolvieran el dinero que había donado en mesas petitorias por causas benéficas (Cruz Roja, lucha contra el cáncer, etcétera). Pormenorizaba el fin de la cuestación, la ubicación de la mesa, quién la presidía (su esposa, la del ex ministro de Agricultura, la del ex alcalde, una infanta real, etcétera), y el monto que había entregado de su bolsillo y pedía recuperar (de 60 a 120 euros, máximo correspondiente a la mesa de su esposa).

Igualmente, durante 2003 y 2004 pasó decenas de facturas de gastos de la cesta de la compra -al margen de los catering que contrató por 22.000 euros para sus comidas oficiales- con destino al pabellón ministerial por más 5.000 euros.

Cada ticket de compra -siempre de importe casero y abonado en tiendas cercanas al ministerio y a su domicilio- registraba hasta el menor detalle: chicles Trident, 0,55 euros; Danissimo, 1,89; galletas Kely, 1,43; apio, 1,30; cuajada oveja, 4,50; helados Haagen-Daaz, 5,35; bocata seis cereales, 1,32; champiñón, 1,86; ketchup, 1,15; lentejas, 1,29; membrillo, 1,24; pasta Buitoni, 1,77.

Las fuentes próximas a Zaplana aseguran que dichos gastos estaban destinados a cenas de trabajo. Desde diciembre de 2002, Zaplana poseía un piso en Castellana, la misma calle del Ministerio de Trabajo.

www.elpais.es 26.03.07

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