El PP propone a la juez del 'caso del ácido bórico'

La titular del Juzgado de Instrucción 35 de Madrid, Gemma Gallego, instructora del caso ácido bórico -un sucedáneo de la llamada teoría de la conspiración, con la que determinados medios afines al PP trataron de vincular los atentados del 11-M con ETA- se halla entre las posibles candidatas del PP al nuevo Consejo del Poder Judicial.

Gallego fue jaleada por esos sectores tras tomar la decisión de sentar en el banquillo de la Audiencia de Madrid a la cúpula de la Policía Científica. Le imputó un delito de falsedad por eliminar de un informe pericial una especulación, vinculando a ETA con el 11-M, escrita por un perito policial. El perito trazó esa relación sobre la base del hallazgo de ácido bórico en casa de un islamista detenido tras los atentados de los trenes de 2004 y también en la vivienda de unos etarras detenidos, cuatro años antes, en Salamanca.

La Sección 15 de la Audiencia de Madrid no vio delito en la acción de los mandos policiales y los absolvió a todos, al entender que carecían de rigor científico las anotaciones que hacía en el informe el subordinado policial, Manuel Escribano.

En fuentes judiciales conservadoras extraña que Gallego sea finalmente propuesta por el PP, dado que su perfil "respira tiempos pasados de los que el nuevo partido de Mariano Rajoy pretende huir en su viaje al centro-derecha, con personas más moderadas". "En las filas del PP puede haber nombres sorpresa de los que nada se ha hablado hasta ahora", señalan esos medios.

Otros nombres que suenan en las filas populares son los de Andrés Ollero, ex portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Congreso, y el de Alfredo Prada, ex consejero de Justicia del Gobierno de Esperanza Aguirre.

Alas a la teoría de la conspiración

Lo que la Audiencia de Madrid consideró “unas especulaciones sin rigor”, bastó a la titular del Juzgado de Instrucción 35 de Madrid, Gema Gallego, propuesta como vocal por el PP, para imputar por falsedad a la cúpula de la policía científica dando alas a la teoría de la conspiración, que defendía que ETA estaba vinculada con el 11-M.

Un juez ordenó a la policía que analizara un polvo blanco encontrado en casa de Hassan el Haski, uno de los islamistas condenados por el 11-M, pero el autor de la investigación, el perito Manuel Escribano, además de que se trataba de ácido bórico, un insecticida y desinfectante, incluyó en su informe que esa sustancia apareció en 2001 en la casa de un etarra. Sus jefes le ordenaron que quitara esa referencia por ser “acientífica”, pero se negó y fueron ellos los que redactaron el informe sin la referencia a ETA. Gallego imputó a estos últimos por falsedad, y El Mundo aprovechó el proceso para acusar a Interior de ocultar lazos entre ETA y el 11-M. Hasta que la Audiencia desmontó la investigación de la juez. En la sentencia se decía que el informe de Escribano buscaba precisamente esos titulares. EL PAÍS - Madrid - 07/09/2008

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