el niño EN el bautizo ,  el novio en la boda y el muerto en el entierro

ENTRE LISTOS ANDA EL JUEGO

" No a cualquier precio.......sólo en dólares o al contado "

El Tribunal de Estrasburgo da un varapalo a Garzón y al Supremo por la condena de Vera

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, ha estimado la demanda que interpuso el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su "parcialidad" en el proceso por el secuestro de Segundo Marey. El alto tribunal europeo entiende que se vulneró el derecho de Vera a un proceso imparcial y que aún hoy debe seguir imperando para él la "presunción de inocencia". La sentencia no es vinculante, si bien supone un varapalo para Garzón y el Tribunal Supremo español.

El Supremo condenó a Vera a 10 años de cárcel por el secuestro de Segundo Marey. También fueron condenados en este proceso el ex ministro del Interior José Barrionuevo, así como los ex policías José Amedo y Míchel Domínguez. El caso Marey fue considerado como la primera acción de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).

Vera acudió a Estrasburgo alegando que había sido condenado por la Sala Penal del Supremo tras una instrucción del juez Garzón "parcial" y fruto de una "manifiesta enemistad" entre ambos durante la etapa en que coincidieron en el Ministerio del Interior. Vera también pidió la nulidad del fallo condenatorio del Supremo porque derivaba de una instrucción "parcial" y se quejó de que no se hubiese respetado su presunción de inocencia. Alegó que no estaba acreditada su intervención en los hechos por los que había sido imputado.

El tribunal le da la razón en casi todo. Y declara "por unanimidad" admisibles las quejas de Vera sobre la vulneración en su proceso "del principio de presunción de inocencia" y "el derecho a un tribunal imparcial".

La demanda ante el TEDH fue interpuesta por el catedrático de Derecho Penal Manuel Cobo del Rosal, quien ayer mostró su satisfacción por el veredicto del alto tribunal europeo. "Estoy profundamente satisfecho con la resolución. Es un ejemplo para todos los estudiantes de derecho, para que sepan que todavía se puede creer en la justicia de la Comunidad Europea, de la que España forma parte".

"No ajustada a derecho"

Cobo del Rosal lamenta que la sentencia del TEDH haya llegado cuando Vera ya ha cumplido la condena que se le impuso y que ahora Europa considera "no ajustada a derecho" y fruto de "un proceso totalmente irregular", destaca el letrado.

Uno de los motivos por los que Vera acudió a Estrasburgo fue para denunciar que Garzón actuó contra él de forma parcial. Es decir, que el magistrado, "de forma extraprocesal", había obtenido información sobre el caso Marey en el marco de su etapa política como secretario de Estado contra la Droga, departamento que pertenecía al Ministerio del Interior y en el que Vera era secretario de Estado. Vera argumentó que, nada más abandonar su puesto político, Garzón regresó al juzgado, el central número 5 de la Audiencia Nacional, y reactivó el caso de Segundo Marey con información obtenida en su etapa política. A raíz de este caso, el Gobierno socialista de Felipe González cambió la ley para que ningún magistrado pudiera volver a su juzgado nada más abandonar una actividad política. El Gobierno impuso un plazo mínimo de dos años para regresar al juzgado tras dejar un cargo político.

Vera alegó, además, que el proceso penal no se desarrolló en el plazo razonablemente previsto en el artículo 6.1 del Convenio de derechos de los justiciables, ya que la causa se dilató más de 15 años entre las dos instancias judiciales españolas que lo abordaron. El caso fue instruido inicialmente por Garzón y luego pasó al Supremo, donde volvió a instruirse, tras la imputación de Barrionuevo, que era aforado.

El citado artículo 6.1 del Convenio proclama que toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente y dentro de un plazo razonable, por un tribunal independiente e imparcial, y el 6.2 especifica que todo acusado se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente declarada.

Vera también elevó al tribunal, para justificar que había sido objeto de una persecución, fragmentos del libro La Conspiración, del ex subcomisario José Amedo, condenado a 108 años de prisión por los GAL. www.elpais.es 12.05.07

"Aznar, Cascos y Pedro J. y Garzón están en deuda conmigo" .“NADIE SE QUERELLA CONMIGO, PORQUE PODRÍAN ESCUCHARSE DICIENDO LO QUE YO CUENTO” .“GARZÓN QUERÍA VENGARSE DEL PSOE Y SUS INTERESES COINCIDÍAN CON LOS DE LA OPOSICIÓN Y PEDROJOTA”

Qué le ha llevado a publicar este libro y por qué ahora, después de tantos años?
Porque, lógicamente, he protagonizado una serie de acontecimientos de gran importancia para este país y yo no estaba conforme con lo que se había contado de toda esta historia desde fuera. Quería contarla desde dentro. Me limito a contar unos hechos reales, tal como ocurrieron. Yo pensaba publicarlo antes. Una editorial, me compró los derechos y hasta me pagó un anticipo por ello. El contrato venció y el libro no se publicó. Por eso contacté con la nueva editorial, Espejo de Tinta, y aquí está mi historia.

-Da la sensación de que usted trata de saldar deudas pendientes en este libro…
¿Yo con ellos o ellos conmigo? Yo no tengo deudas con nadie, pero los que salen mencionados en el libro sí. Están en deuda moral conmigo, porque especialmente con respecto a la última parte del libro (se refiere a la conspiración que él describe entre Garzón, Pedro J. Ramírez, Cascos y Aznar para relanzar el Caso GAL) nadie se ha querellado conmigo. Todos han mirado hacia otro lado. Además, como digo en el libro, la mayor satisfacción que puedo tener es que alguno de estos aludidos tomase alguna iniciativa judicial, porque posiblemente podrían tener la oportunidad de escucharse ellos mismos diciendo exactamente lo que yo cuento.

-¿Los tiene grabados en cintas?
Que cada cual lo entienda como quiera, pero como a mí me forzaron, a finales del 94, a tomar una actitud, con unas presiones enormes, para sus fines políticos y de venganza, yo quiero que se sepa cómo fueron las cosas y que la gente vea cómo es cada una de esas personas, que se dedican a dar lecciones cada día al resto de la sociedad, con una dignidad suprema.

-¿A quién se refiere exactamente, de todos los mencionados en su libro?
A Aznar, a Alvarez Cascos, al ínclito periodista Pedro J. Ramírez, al juez de causas insalvables, Baltasar Garzón, etc. Todos ellos tienen una deuda conmigo.

-En “La Conspiración. El último atentado de los GAL”, usted, entre otras muchas cosas, acusa al juez Baltasar Garzón de haberle presionado y amenazado…Cuando menos lo describe como un prevaricador…
Lo digo muy claro. Y narro diálogos completos, o semicompletos, que son muy jugosos y muy interesantes. Difícilmente una persona se puede inventar esas cosas y más difícilmente todavía, nadie se puede arriesgar a meterse con personas que tienen tanto poder, salvo que tenga todas las pruebas. Yo no podría afirmar con la crudeza que afirmo estas cosas tan graves, si no tuviera una base sólida apoyando mi testimonio y unos testigos que el tiempo no borra. Esto (señala una grabadora, que está grabando la conversación) dentro de cinco años, no se habrá borrado ¿verdad?

-En todo caso, los aludidos han asegurado que no se querellan contra usted porque carece de credibilidad alguna…
¿Me están diciendo que a finales del 94 y principios del 95, 96 yo les merecía una credibilidad absoluta, que mis manifestaciones provocaron una quiebra del Estado, que hubo un desasosiego político tremendo y que ahora ya no me creen? Tuve credibilidad ante ellos, porque les era necesario y tuve credibilidad ante los tribunales. Pues es la misma credibilidad que tengo ahora. Lo que ocurre es que entonces no podía contar lo que he contado ahora, en el libro. Ellos (Garzón, Pedrojota, etc.) me forzaron a contar lo que conté entonces. Yo estaba bloqueado, amenazado de una forma tremenda.

-¿Se refiere al pasaje de su libro en el cuenta que Baltasar Garzón le amenaza con meter en la cárcel a su mujer y le anima a que retire el dinero de las cuentas de Suiza antes de que él las intervenga?
Me amenazó valiéndose de un hecho que nunca se demostró que fuera como él dice y del que se enteró extrajudicialmente. Se enteró de la existencia de las cuentas cuando estaba en marcha la investigación de Luis Roldán. Y yo no tenía ninguna causa pendiente. Garzón entonces quería venganza, porque el PSOE le prometió que sería ministro y, finalmente, no lo fue. La venganza de Garzón coincidió con los intereses de la oposición, para llegar al poder, y con los intereses de Pedro J. Eso queda clarísimo en el libro.

-Usted ha metido en el saco de la supuesta trama para relanzar el Caso GAL a José María Aznar, pero en el libro no reproduce ni una sola conversación suya con el entonces presidente del PP…
Es que el intermediario, naturalmente, es Pedro J. Cuando Garzón se presentó en la lista del PSOE, en 1993, me dice que “a callar”, vamos, que el juez no quiere justicia. Paraliza cualquier actuación sobre los GAL, porque piensa que lo van a nombrar ministro del Interior. Después, cuando el PSOE no lo nombra, quiere que haya venganza. Sus intereses, los del PP y los de Pedro J. coinciden. Por eso me hacen una “pinza” y me obligan a contar la verdad. No se puede obligar a nadie a hacer eso, porque cada cual cuenta la verdad cuando quiere. Y yo he decidido contarla ahora libremente.

-A lo largo del libro se presenta usted como una víctima ¿Por qué?
Porque cuando alguien te presiona, eres víctima de esa persona. Y fui la víctima de los que me forzaron a hablar.

-Pero existe una primera parte de la historia, por la que usted fue condenado a 108 años de cárcel ¿también cree que fue víctima?
También lo fui, porque pasé por unas situaciones que asumí, por muchas cuestiones de Estado y tuve unas vivencias extremas. De algún modo, fui víctima de intereses políticos. Está claro.

- Usted se acogió a la figura del “arrepentido”…
Garzón me hizo asumir la figura de arrepentido.

-¿No lo estaba?
Había que hacer un teatro y asumir lo que nunca hubiera pensado asumir. Si a ti te están forzando a decir una serie de cosas y te coaccionan para que cuentes una serie de cosas, tienes que adoptar la postura que te están indicando. Lo que no había contado en juicios anteriores, lo tuve que contar entonces. Es así de sencillo.

-¿Pero usted no se ha arrepentido nunca de lo que hizo?
¿De luchar contra ETA? ¿Por qué voy a estar arrepentido por luchar contra ETA? No, no lo estoy. Y el que diga lo contrario, es un payaso y un hipócrita.

-Recientemente se ha hablado mucho del supuesto arrepentimiento de Batasuna, o de Arnaldo Otegi, para ser exactos ¿Cree que eso sí es arrepentimiento?
Se está creando una dinámica determinada en la que hay que asumir una serie de papeles y confortar a la sociedad. Y en toda esa interpretación se están dando unas manifestaciones, orientadas a que la gente entienda que Batasuna, que es el brazo político de ETA, se está alejando del pasado y se aproxima a lo que todos quieren: que dé el paso de criticar la lucha armada, o el terrorismo, que es el mejor calificativo y que se arrepienta de haberlo practicado y de haberlo defendido.

-¿Cree que estamos asistiendo a un puro teatro?
Creo que estamos viendo una actitud coherente, dentro de la política que se está haciendo últimamente.

-¿Cree usted en la veracidad del alto el fuego permanente anunciado por ETA y su voluntad de dejar las armas?
Es que no creo que se pueda decir que ETA abandona las armas, es que ETA ya no puede seguir con las armas. Está agotada, ha acabado su recorrido y está lanzando mensajes diciendo que es un alto el fuego permanente anunciado voluntariamente. No tienen otra salida. Tras los atentados del 11-S y el 11-M se han intensificado los servicios de inteligencia de todos los Estados, se ha tecnificado el servicio de inteligencia, se ha concienciado la justicia, la base social de ETA, la base social de Euskadi, que ya no admite más terrorismo. A ETA la han bloqueado y obligado a finalizar su recorrido. Por eso ha declarado el alto el fuego permanente. Si no lo hicieran, no tendrían una oportunidad mejor que ésta para salir de su situación, porque se podría acabar con ellos legalmente.

-Usted no estuvo en la búsqueda del fin de ETA legalmente, precisamente (el terrorismo de Estado de los GAL)…
Porque en aquella época era necesario ejercer presión sobre Francia, que no colaboraba con España. Francia, es más, facilitaba la vida de los etarras en el sur de su territorio. ETA tenía toda su infraestructura en el Sur de Francia. Allí cobraban el impuesto revolucionario, entrenaban a sus comandos, etc. Digo más: cuando volvían de matar, de España, alternaban y tomaban vinos con los policías franceses. Como Francia no quería colaborar, tuvo que sufrir en sus propias carnes lo que hacía ETA en España, hasta que aprendieron que tenían que colaborar con España.

-Insisto: más que arrepentido, parece usted sentirse orgulloso de lo ocurrido…

¿Yo de qué voy a estar arrepentido? ¿De qué? Oiga, a mí me han intentado matar ya en el año 73. ¿Cree usted que a mí me da pena que se muera un etarra? Ellos me han querido matar y he visto sufrir a mucha gente por su culpa.

-¿Eso justifica la práctica del terrorismo de Estado?
Llámele usted como quiera. Yo no estoy justificando nada. Digo que era necesario y punto. ES una forma de luchar contra ETA, que en aquel momento era válida. Cuando esto se acabe, en nuestro bando van a quedar 1000 muertos y en el de ellos 4. ¿Eso qué es? ¿Encima se van a reír de nosotros? ¡Pues qué quiere que le diga! Por lo menos, el número de muertos tendría que estar equilibrado en ambos bandos. Eso, de entrada. ¿no dicen ellos que es una guerra? Pues que asuman las consecuencias.

- Se dijo, aunque nunca se probó que Felipe González era la X de los GAL…
Es que la X también podían ser otras personas. Cuando se tomó esa decisión política, el jefe de la oposición, Manuel Fraga, estaba al corriente y lo aceptó. ¿Qué se cree, que la oposición no sabía de dónde venían los GAL? ¿Acaso no lo aplaudían? Yo he visto incluso a gente del PNV aplaudir cuando había un atentado en Francia, del GAL contra ETA. Ellos vivieron en su propia carne lo que ellos practicaban habitualmente.

-En cuanto a esa “pinza” que dice que le hicieron Pedro J. Ramírez, el PP y Garzón, usted mismo cuenta en el libro que cobró por ello…
No, no, no…A mí me obligaron y no me ofrecieron dinero. Pero después de haberme forzado a empezar a hablar, para lavar sus conciencias, supongo, o para quedarse más tranquilos, me dieron dinero. Pero primero me forzaron.

-Cuenta usted que cobró “en negro”…
Yo digo que una persona allegada a Pedro J. Ramírez comenta en algunos momentos que cuando sale ese tema, Pedro J. se pone histérico y dice que ese dinero no procede del periódico sino “del partido”. NO digo más: del partido. Eso fue lo que yo escuché. Creo que es fácilmente entendible la procedencia. No hay que ser muy listo para interpretar lo que quieren decir.

-También dice que Pedro J. Ramírez le transmitió el agradecimiento de Aznar por su actitud y que nunca se olvidaría del favor que usted le hizo ¿Ha recibido alguna muestra de agradecimiento realizada en primera persona, por el ex presidente Aznar?
Pedro J. me dijo: “Me ha dicho José María Aznar que nunca se olvidará del favor que le has hecho”…¡Pues hasta hoy! Esa es una práctica habitual de los políticos. Pero también está bien que se cuente ¿no? Aznar estaba agradecido porque le ayudé. Primero quería ocultar la participación de un amigo suyo, Ricardo García Damborenea, en la trama de los GAL. Y yo le dije que si lo ocultaban, no podrían utilizar el documento básico de reivindicación del secuestro de Segundo Marey, que estaba escrito por él. Entonces dijeron que no, que para adelante con todo. El caso es que Aznar tenía reservada la candidatura del PP a la alcaldía de Bilbao para Damborenea, para luego ir prosperando políticamente dentro del PP.

- ¿Nos va a sorprender con alguna nueva entrega de novedades con respecto al terrorismo y a sus historias paralelas?
Bueno, ahora estamos con este libro, pero vienen acontecimientos muy importantes con respecto a la futura paz que nos están preparando y que bienvenida sea. Hay que ver qué ocurre.

-Dice que le obligaron a contar la verdad ¿Pero ha dicho ya toda la verdad, o se guarda algún secreto?
Usted sabe que, en cuestiones de Estado, nunca se dice toda la verdad. Se cuenta la parte que se puede contar. Además, contar toda la verdad es muy duro. Se quebrarían muchas cabezas.

-Recientemente se ha terminado el rodaje de una película sobre los GAL en la que uno de los protagonistas es usted, interpretado por el actor Jordi Mollà…
No la he visto ni tengo nada que ver con ese film. Soy absolutamente ajeno a esa película. Además, estoy convencido de que se va a distanciar absolutamente de lo que ocurrió en la realidad, como pasó con la película de “El lobo”.

-En todo caso, usted aparece retratado como un policía sanguinario, asesino y sin escrúpulos ¿Se ve usted bien reflejado en el papel?
Sanguinario, asesino y sin escrúpulos, pero con respecto a una organización terrorista, no por capricho. Pensando en salvar vidas.

-¿Piensa ir a ver la película y ver a su personaje?
Pues todavía no lo sé. Puedo tomar algún otro tipo de medidas…Pero para hacerlo, tendré que verla. Desde ahora mismo sé que me van a acusar de cosas de las que, incluso, he sido absuelto. Supongo que afectará a mi imagen. Pero tomaré decisiones cuando lo estime oportuno.

www.elplural.com  13.05.06Esther Jaén

Caso Gal: "Garzón quería vengarse del PSOE"

ELPLURAL.COM

Según José Amedo, el juez Baltasar Garzón quería "vengarse del PSOE", y por eso sus intereses "conicidían con la oposición y el director de El Mundo, Pedrojota". Este es un avance de la entrevista que ha realizado Esther Jaén a José Amedo, cuyo texto íntegro publicaremos el fin de semana.

El ex-comisario José Amedo narra en su libro, recientemente aparecido, "La conspiración. El último atentado de los GAL", la formación de un terrorismo de Estado en España, desde su participación en los GAL hasta una especie de conspiración entre políticos, periodistas y jueces, para relanzar el caso GAL.  Entre los señalados como conspiradores por Amedo se encuentran el expresidente del gobierno, José María Aznar, el exvicepresidente Francisco Alvarez-Cascos o el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, entre otros. Precisamente, Amedo reta a todos ellos a emprender acciones legales contra él si quieren desmentirlo, pero insinúa que no se atreven a hacerlo, porque sus palabras fueron grabadas en su día.

José Amedo asegura que él fue víctima de las presiones que le aplicaron Garzón, Ramírez y Cascos, que le obligaron a contar la historia que acabó reabriendo el caso GAL, en 1994.El ex –comisario afirma que Aznar, Cascos, Pedro J. y Garzón “están en deuda conmigo”. Se refiere a una “deuda moral”, ya que admite que recibió dinero por contar su historia y que ésta beneficiaba los intereses de la oposición (entonces el PP con José María Aznar al frente), la necesidad de venganza de Garzón y las ansias de Pedro J.

También se remonta veinte años en el tiempo para hablar de la X de los GAL y advierte que, si lo fue Felipe González, también lo era Manuel Fraga, líder de AP, porque estaba al corriente de las operaciones que iban a poner en marcha los GAL. Niega ser un arrepentido y explica que si algún día lo fue es porque Garzón le obligó. Tampoco cree que haya arrepentimiento en Batasuna, ni que las últimas manifestaciones de Otegi sean las de un arrepentido, sino una “actitud coherente con la política que se practica”. En relación al alto el fuego de ETA, Amedo asegura que ETA no abandona las armas, sino que “ETA ya no podía seguir

Los jueces renuncian a investigar las acusaciones de Amedo contra Garzón

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La Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha decidido archivar la información abierta para investigar las graves acusaciones que hace José Amedo contra el juez Baltasar Garzón en su libro “La Conspiración. El último atentado de los GAL”. Este procedimiento se había iniciado tras la petición el pasado mes de abril de varios diputados socialistas, entre ellos José Acosta y Joaquín Leguina, que solicitaron por escrito al CGPJ que aclarara esta asunto. La Comisión Disciplinaria, a propuesta del Servicio de Inspección del CGPJ considera que este órgano no es competente para investigar las responsabilidades, sean civiles o penales, de jueces y magistrados.

El ex policía José Amedo, condenado a 108 años por delitos relacionados con los GAL, acusa a Garzón, al director de El Mundo, Pedro J.Ramírez, de Francisco Álvarez- Cascos y José María Aznar   de organizar una "conspiración" para “desalojar” del poder al PSOE. en 1994. Querían, con la reapertura del caso GAL provocar un "vuelco electoral" y acabar con el Gobierno de Felipe González.

En la última parte del libro el ex policía denuncia las presiones para resucitar el caso que recibió por parte del juez Garzón, Pedro J. y Álvarez-Cascos (entonces secretario general del PP), todo ellos con el visto bueno de José María Aznar. Según el ex subcomisario, Garzón le instruyó sobre lo que debía decir en sus declaraciones o careos para inculpar a la cúpula de Interior. En su libro cuenta que el juez llegó a amenazarle con procesar a su mujer si no colaboraba

También cuenta que Pedro J. Ramírez le ofreció 30 millones de pesetas por el relato que había pactado con Garzón para publicarlo en El Mundo. El periodista le dijo que "Jose (por Aznar) no se olvidará de este favor". También le aseguró que "cuando lleguen los otros" (el PP) al poder, "todo será diferente, José María Aznar tiene gran capacidad política".

En el libro tampoco queda bien parado el entonces secretario general del PP. Amedo asegura que Álvarez-Cascos le dijo a su abogado que "si declaraba ante Garzón lo que sabía", cuando llegasen al poder le garantizaba el indulto.

Aznar, Cascos, Garzón y Pedro J., principales implicados, según Amedo

El autor es el policía José Amedo, condenado a 108 años de cárcel por su implicación en los GAL. El título del libro es elocuente: La Conspiración, el último atentado de los GAL (editorial Espejo de Tinta), El diario El País publica un amplio resumen de las revelaciones de Amedo, hombre clave, junto a su compañero Michel Domínguez, durante los años de plomo del Gobierno de Felipe González. Casi todo cuanto se dijo entonces sobre la conjura contra González ahora lo confirma Amedo.

Aznar, Álvarez Cascos, Garzón y Pedro J. Ramírez fueron la punta de lanza de todo el montaje: el frente político, el frente judicial y el frente mediático. A los dos primeros, les movía la ambición política conducida hasta la exasperación del “vale todo”. A Garzón, el despecho. Se cambió de bando y se encontró con que la Roma de Felipe tampoco pagaba traidores. Garzón quería ser ministro pero acabó siéndolo -y con doble responsabilidad (Interior y Justicia)- otro juez, Juan Alberto Belloch.

Hacedor de reyes
A Pedro J. Ramírez le movían muchas cosas. El deseo de venganza hacia González, a quien él atribuyó su destitución como director de Diario 16. También, su inagotable afán de protagonismo, su fijación obsesiva en el Watergate, su voluntad de convertirse en el periodista hacedor de reyes y, sobre todo, su sueño de llegar a ser “el Cebrián del PP.” Logró en parte sus objetivos. Se vengó de González contribuyendo de forma decisiva a la victoria de 1996 –ciertamente por los pelos- de Aznar.

El Sindicato del Crimen
Ramírez hizo posible, junto a sus compañeros del llamado Sindicato del Crimen, la ascensión de la derecha. Aznar se lo agradeció, aunque por diversas circunstancias no consiguió convertirse en el hombre fuerte del imperio mediático conservador. Lo rozó con los dedos siendo Juan Villalonga -el compañero de pupitre de Aznar- el Gran Jefe de la Telefónica privatizada. Luego pasó lo que pasó y él siguió siendo sólo el director de El Mundo. El relato de Amedo, en todo caso, deja claro que su cacareada independencia no le impidió ser, en el tiempo de la conspiración, el portavoz de Aznar y Álvarez Cascos ante Amedo o ante Garzón. A veces ejerció de portavoz y en otras ocasiones de cerebro.

Servidor de sí mismo
La narración de Amedo, naturalmente subjetiva y cuestionable -ni más ni menos que las de los otros protagonistas de tan tenebroso asunto- hace trizas la profesionalidad como magistrado de Garzón. A pesar de que intentó salirse, tiempo después, de la ratonera –una ratonera, por cierto, construida judicialmente por él-, la realidad es siempre tozuda. Amedo, en su libro, lo sitúa de nuevo en el papel ominoso de servidor más de sí mismo que de la Justicia.

Candidato por el PSOE
Amedo escribe, a propósito de un interrogatorio privado de Garzón a Michel Domínguez (lo que ya es una grave irregularidad procedimental), en abril de 1993, lo siguiente: “El juez le indicó que estaría dispuesto inicialmente a solucionar su problema si contaba todo lo que sabía. Michel le dio las claves del secuestro (de Segundo Marey), no las pruebas. En ese momento Garzón los hizo salir de su despacho para realizar una llamada telefónica. Eran las siete de la tarde. Veinte minutos más tarde volvieron a entrar en el despacho y Garzón les dijo que ya no había que decir nada, porque iba en las listas electorales de Madrid por el PSOE y que sería el próximo ministro del Interior. Él se encargaría personalmente de solucionar la situación desde su nuevo destino. Finalmente, les encargó que dijesen a Amedo que siguiese callado”.

Salvad a Damborenea
Otro episodio significativo explicado por Amedo: “Pedro J. me recibió y nos sentamos en una mesa redonda y acristalada. (…) Verás, cuando lleguen los otros (se refiere al PP), todo será diferente. José María Aznar tiene una gran capacidad política, es serio y honrado, es un hombre válido. Lo conozco muy bien. Ten confianza. Por cierto, al hilo de lo que estamos hablando, he de decirte que me ha pedido José María que te ruegue que a ser posible evites implicar en los hechos a Ricardo García Damborenea, puesto que inicialmente tiene reservada para él la candidatura a la Alcaldía de Bilbao.”

Personas con mucho poder
Le preguntó Amedo a Ramírez si estaba Aznar al corriente “de todo esto antes de que estalle”. Respuesta: “Mucho antes. Por eso te dije el primer día que nos vimos que estarías respaldado por personas con mucho poder. Está al corriente de todo. ¿No te tranquiliza que sea así?”.

“No se olvidará de este favor”
El complot, la conjura o el golpe de Estado civil de la derecha contra Felipe González emerge con gran fuerza otra vez como consecuencia del libro de Amedo. Los manejos del PP, dirigidos desde la cúpide entonces de Génova 13, provocan escalofríos. “Jose (por Aznar) me ha dicho que jamás se olvidará de este favor (…) Cascos le dijo a mi abogado que si declaraba ante Garzón lo que sabía, cuando llegasen al poder garantizaban el indulto de su cliente”. También provocan escalofríos ciertas conductas de Ramírez y de Garzón.

Además, la pinza
Los GAL fueron investigados judicialmente y llevaron a la cárcel al ex ministro del Interior, José Barrionuevo, y al secretario de Estado, Rafael Vera. Éste continúa encarcelado. Estuvo a punto incluso de ser condenado González. En la dirección del PP se debatió la conveniencia o no de que González terminara en prisión. Mucha gente de buena voluntad se creyó una tramoya destinada no a esclarecer la verdad, sino a cargarse el primer Gobierno progresista desde 1939. Las sentencias estaba dictadas antes de empezar el proceso. Era la época, además, de la pinza, urdida en la casa de Pedro J. Ramírez, que generó peligrosas complicidades entre Aznar y Anguita.

El Batallón Vasco Español
Los GAL existieron y estuvieron vinculados al aparato del Estado. La guerra sucia es repudiable, aunque no se la inventó el PSOE –que la clausuró en 1987- y convenga repasar el contexto en el que se llevó a cabo. Pero existieron también grupos como la Triple A o el Batallón Vasco Español. Amedo conoció bien este último. ¿Por qué el PP no admitió jamás que este Batallón fuera investigado? ¿Por qué el valiente juez Garzón pasó olímpicamente de este precedente de los GAL?

www.elplural.com 10/02/2006

LA CONSPIRACIÓN DE 1994 (*)

"Señor Amedo, queda usted preso". Así comienza el libro del ex policía José Amedo, sentenciado en 1991 a 108 años de cárcel por seis delitos de asesinato frustrado, asociación ilícita, falsificación de documentos de identidad y otros delitos relacionados con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Bajo el título La conspiración, el último atentado de los GAL, y editado por Espejo de Tinta, el libro se pone a la venta este fin de semana. Amedo repasa en él su peripecia personal en la lucha antiterrorista y los años de guerra sucia contra ETA por parte de grupos armados como el Batallón Vasco Español. El ex policía reitera la implicación de altos cargos del Ministerio del Interior de la etapa socialista en la creación y dirección de los GAL, unos hechos conocidos sobre los que los tribunales de Justicia dictaron condenas firmes de cárcel contra altos cargos políticos, como el ex ministro José Barrionuevo; el ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera, o el ex director general de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, además de varios mandos policiales. La última parte del libro, que da título al mismo, revela las presuntas presiones que Amedo recibió en 1994 del juez Baltasar Garzón, del director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, y del entonces secretario general del Partido Popular, Francisco Álvarez-Cascos, con el visto bueno, siempre según el libro, de José María Aznar, para resucitar judicialmente el caso Gal y sacar del poder al PSOE. Amedo detalla cómo el magistrado le instruyó sobre lo que debía decir en las tomas de declaración o en los careos para implicar a la cúpula de Interior o cómo, siempre según su relato, le amenazó con procesar a su mujer si no colaboraba. Así, siempre según el ex policía, Garzón le obligó a implicar a Rafael Vera en el pago de fondos reservados pese a no tener constancia de ello. El ex agente también precisa el dinero que recibió del director de El Mundo -30 millones de las pesetas de entonces, en tres pagos- por un relato sobre los GAL publicado por dicho diario en los términos presuntamente pactados con Garzón. Detalla varios encuentros con el periodista en el que éste le transmite el interés de Cascos y del propio Aznar por que el asunto de los GAL salpique a los más altos niveles del Gobierno socialista. En esas reuniones, Ramírez, siempre según el relato, le garantiza, en nombre de los líderes del PP, que sería indultado cuando la formación conservadora alcanzara el poder.José Amedo arranca su relato sobre la supuesta conspiración en la que participó con los primeros interrogatorios del juez Baltasar Garzón a su compañero Michel Domínguez, también condenado por las acciones de los GAL.

DOMÍNGUEZ ANTE GARZÓN.

ABRIL DE 1993. Amedo relata cómo Garzón interrogó de manera privada en su despacho a Michel Domínguez, policía condenado también por los GAL.

"El juez le indicó que estaría dispuesto inicialmente a solucionar su problema si contaba todo lo que sabía. Michel le dio las claves del secuestro [de Segundo Marey], no las pruebas. En ese momento Garzón los hizo salir del despacho para realizar una llamada telefónica. Eran las siete de la tarde. Veinte minutos más tarde volvieron a entrar en el despacho y Garzón les dijo que ya no había que decir nada, porque iba en las listas electorales de Madrid por el PSOE y que sería el próximo ministro del Interior. Él se encargaría personalmente de solucionar la situación desde su nuevo destino. Finalmente, les encargó que dijesen a Amedo que siguiese callado".

LAS SUPUESTAS PRESIONES DEL JUEZ.

NAVIDADES 2004. Amedo cuenta cómo Garzón, que regresa al juzgado tras dimitir del Gobierno socialista, le amenaza con meter en la cárcel a su mujer si no implica a la cúpula de Interior.

" (...) Las idas y venidas de mi abogado eran continuas. Hasta que un día me indicó que Garzón nos esperaba en su despacho a primeros de diciembre. (...) Como sabía de antemano nuestra forma de entrada, prácticamente clandestina y sin tener que pasar el control de ningún tipo de detector, iba en condiciones de realizar una vez más la labor que había practicado durante gran parte de mi vida profesional en los servicios de información: incautarme de las próximas horas de cara al futuro. La entrevista dio comienzo a las 18 horas. Fueron tres horas de acoso que no reflejó en acta judicial alguna, porque era una actuación, llamémosla judicial, absolutamente irregular. (...)

No se recató, ni sintió vergüenza alguna al decirnos claramente que conocía los números de unas cuentas en Suiza de nuestras mujeres. Que sacásemos el dinero mientras no mandase la comisión rogatoria, ya que el dinero no le interesaba, y sólo quería que implicásemos a la cúpula del Ministerio del Interior. Asimismo, afirmó que conocía por la conversación con Domínguez, ajena a cualquier norma legal, las claves, no las pruebas, del sumario Marey y que actuaría contra nosotros si no implicábamos al Gobierno socialista.

En un momento determinado, le espeté:

- Y de lo que me transmitían el año pasado Domínguez y Manrique, ¿qué? De estar callado, ¿qué? De ser ministro, ¿qué? De ser cómplice de usted en sus aspiraciones políticas, ¿qué?

- No sea indiscreto, ésos eran otros tiempos, ahora se pone de este lado -dijo indicándome el sitio que ocupaba en su mesa- o, ya sabe, de nuevo a prisión y esta vez en compañía de su mujer. ¿Le han indultado los que le dieron órdenes? No. Pues a por ellos junto a mí.

Garzón añadió: "Pensará que soy un hijo de puta, pero no tiene otra salida que caminar de mi mano y romper de inmediato. Tengo retenida la comisión rogatoria a Suiza y no puedo hacerlo por más tiempo".

- Bueno, te doy unos días para que pienses si deseas volver a la cárcel. ¿Y tu mujer? ¿Cómo lo aguantaría? No debe de ser grato para nadie y menos para sus hijas. Lo que tienes que hacer es no crearles más problemas y tomar la decisión adecuada. (...) No tienes mucho tiempo para decidirte, en tus manos está tu destino".

CITAS CON RAMÍREZ.

El ex subcomisario detalla sus conversaciones con el director de

El Mundo.

"La cita se había acordado por medio de Manrique [abogado de Amedo] con la anuencia de Garzón. El tiempo apremiaba y había que aprovecharlo. El abogado me llevó al hotel Eurobuilding. Entramos por el aparcamiento, desde donde accedimos a un apartamento en el que se encontraban el director de El Mundo y Melchor Miralles, que lo habían alquilado.

(...) Seguimos un rato hablando sobre asuntos intrascendentes, hasta que fue directo al grano.

- Ya que estás dispuesto a ir a fondo contra los que te dieron las órdenes, que en definitiva te han arruinado la vida y te han hecho pasar años de cárcel por taparlos, tenemos que ir a por todas, llegar hasta arriba. Hasta la cabeza. ¿Estamos de acuerdo?

- Tengo referencias muy concretas de que no me queda otro remedio. Por tanto, supongo que las posturas las tenemos todos muy claras. (...)

- Pepe, no te preocupes por las consecuencias de lo que se avecina. Tú ya has pagado por todos y quiero que sepas que vas a estar plenamente respaldado por mí, por amplios sectores sociales y por determinadas personas con mucho poder. Además, ya sabes lo lanzado que es el Príncipe, ahora está más motivado que nunca y a éste no le frena nadie.

Por cierto, Príncipe era su forma de llamar a Garzón.

(...) Poco después acordamos que a las diez horas del día siguiente comenzaríamos, junto a Miralles, las grabaciones.

(...)

Antes de llegar al final de esa primera tanda de reuniones, esencial y determinante para sus objetivos, yo comencé a pensar que, al margen de cualquier otra cuestión y dado que todo era inmoral, hasta el rendimiento que él y los suyos iban a obtener de lo que allí había contado, por qué no me iba a rendir también sus frutos a mí.

- Pedro, quiero que me pagues por esto. He perdido mucho tiempo y una parte de lo más importante que llevo dentro.

- Nunca hemos hablado de dinero. Pero entiendo que sea así.

(...) Acordamos una entrega inicial de doce millones de pesetas, que se haría de inmediato, y otra posterior de similares características cuando le hiciese llegar una grabación de Julián Sancristóbal, ex director de la Seguridad del Estado, en la que implicaba a Felipe González. Al día siguiente recibí la primera entrega. Conservé el sobre en el que me dio el dinero, tomé nota de las numeraciones de los billetes de cinco mil pesetas y los fotocopié. Para entonces ya estaba acostumbrado a tomar todo tipo de precauciones.

Una vez cerrado el capítulo del dinero, le mostré el único documento escrito por dos políticos, Ricardo García Damborenea, ex secretario de los socialistas vizcaínos, y Julián Sancristóbal, ex director de la Seguridad del Estado, en el que se reivindicaba el secuestro de Marey, que yo había conservado entonces conscientemente. Este documento ratificaba y consolidaba todo lo que le había contado.

Al leerlo, al tocarlo, no hacía más que repetir entusiasmado:

- Está pillado, está pillado.

- ¿Quién? -le pregunté.

- Felipe, hombre, Felipe. En cuanto el Príncipe los pille, González cae y objetivo cumplido.

Su felicidad era tal que no paraba de reír y de hacer comentarios jocosos sobre Felipe González".

EL APOYO DE CASCOS Y AZNAR.

Amedo relata cómo, según le dijo Ramírez, Cascos y Aznar estaban al tanto de la operación de acoso contra el PSOE.

"Pedro J. me recibió y nos sentamos en una mesa redonda y acristalada.

(...) - Verás, cuando lleguen los otros, todo será diferente. José María Aznar tiene una gran capacidad política, es serio y honrado, es un hombre muy válido. Lo conozco muy bien. Ten confianza. Por cierto, al hilo de lo que estamos hablando, he de decirte que me ha pedido José María que te ruegue que a ser posible evites implicar en los hechos a Ricardo García Damborenea, puesto que inicialmente tiene reservada para él la candidatura a la Alcaldía de Bilbao.

(...) Inquirí con una falsa inocencia, porque me lo temía, pero hasta ese momento no tenía la certeza.

- ¿Aznar está al corriente de todo esto antes de que estalle?

- Mucho antes. Por eso te dije el primer día que nos vimos que estarías respaldado por personas con mucho poder. Está al corriente de todo. ¿No te tranquiliza que sea así?

- No me fío de los políticos, tengo suficientes experiencias que me indican lo contrario.

- Pues de éste puedes fiarte. Es serio, riguroso y responsable.

- He de decirte que, cuando te mostré el comunicado que reivindicaba el secuestro de Segundo Marey, te indiqué únicamente que me lo había entregado en el despacho del jefe superior de Policía de Bilbao, el entonces gobernador civil de Vizcaya, Julián Sancristóbal, pero se me olvidó poner en tu conocimiento que el texto del mismo está escrito fundamentalmente por Damborenea, con un añadido de Sancristóbal que hizo ante mí. El Príncipe cuenta con ello, no se puede salvar a Damborenea, a no ser que os liéis entre todos.

- ¡Joder! No puede ser, yo no sabía de esta implicación tan directa, además le daría un calado político de grandes dimensiones. Damborenea tenía contactos permanentes con Felipe y sería básico para arrastrarlo.

Se quedó pensativo. Pero en pocos segundos reaccionó diciendo que de inmediato tenía que poner esto en conocimiento de Jose, como le llamaba él.

(...) Cuando volvió, me confirmó que era necesaria e inevitable la implicación de Damborenea.

- Por otra parte, Jose me ha dicho que ponga en tu conocimiento que te está sumamente agradecido y que jamás se olvidará de este favor, así me lo ha dicho, insistiendo en que te haga llegar este mensaje. (...)

[El abogado] Manrique me dijo que ya se había concertado una entrevista en el despacho de Pedro J. con Francisco Álvarez-Cascos en representación de Aznar. (...) Cascos y Manrique hablaron durante hora y media en presencia de Ramírez. En ese tiempo Cascos le manifestó a mi abogado que estaba al corriente de toda la operación y que tanto él como Aznar la respaldaban. Que le podía garantizar a su cliente que si seguía el camino establecido y declaraba ante Garzón cuanto sabía, cuando llegasen al poder garantizaban el indulto y un futuro de vida ordenado y próspero. Que no tuviese ningún tipo de reparo en mis declaraciones, hasta llegar a lo más alto, porque aquel Gobierno ya sobraba. Pedro J., ante el futuro vicepresidente, le manifestó a mi abogado que él estaba allí para dar fe de lo que Cascos estaba prometiendo con el respaldo de Aznar y que si hacía falta se lo recordaría en tiempo y forma desde las páginas de su periódico.

Todo estaba en orden. (...)

El viernes 16 de diciembre de 1994, por la tarde, cuando la Audiencia estaba despejada de personal, abogados y periodistas, comparecimos de forma secreta Domínguez y yo junto a nuestro abogado, ante un Garzón asequible y simpático (...). Comencé mi declaración, como hice ante Pedro J., asumiendo mi papel de arrepentido y dejando claro que asistía a ese acto judicial por propia voluntad. (...) Nos convocó para el lunes 19, ya de manera oficial. El estallido controlado y público daba comienzo. (...)

Ese día sí, todo era riguroso. Asistían las demás partes del proceso con caras circunspectas y perplejas, ajenas a lo que se venía cociendo. A partir de ese momento, permanecí declarando lo pactado durante horas, profundizando y detallando todos los aspectos más delicados de la operación Marey, (...) A altas horas de la madrugada, Garzón se acercó al lugar donde nos encontrábamos.

- Bueno, ya está, han declarado todos y, como era de esperar, no han reconocido los hechos. Es lo normal, están adoptando la misma postura que tomaste tú. Pero no hay por qué preocuparse, no tardarán mucho en ablandarse en la cárcel.

Con un descaro absoluto nos contó todo lo que había manifestado cada uno de ellos, hecho insólito en un juez imparcial.

- Me da la impresión que el más débil de carácter es Planchuelo -me decía el Príncipe mirándome-".

MÁS PAGOS MILLONARIOS.

"(...) A medida que Pedro J. iba viendo que los resultados del proceso eran contundentes y explosivos y que irremediablemente conducían a la conquista del poder por parte de sus amigos, desembolsó a raíz del encarcelamiento de Rafael Vera otros diez millones. Y otros ocho más por unas grabaciones en las que Julián Sancristóbal implicaba a Felipe González. (...) ¿De dónde salió aquel dinero? Obviamente fue dinero B y se podría comprobar si hubo desfases en el periódico durante aquella época (...)".

RAFAEL VERA.

16 de febrero de 2005. Garzón prepara y orienta el testimonio de Amedo en un despacho contiguo al suyo oficial.

"(...) - Cuando te pregunte que quién le entregó a Sancristóbal el millón de francos para financiar el secuestro de Segundo Marey, ¿qué me vas a contestar?

- Que supongo que Rafael Vera, que era secretario de Estado para la Seguridad y tenía la firma de los fondos reservados.

- Mira, para decretar la prisión de un ex secretario de Estado de la talla y el poder de Rafael Vera, no se puede suponer nada. Tienes que responder escuetamente que fue él.

- Pero yo no estaba presente en esa reunión, no vi esa entrega. Sancristóbal me dio ese dinero personalmente para llevar a cabo esa operación, pero nada más.

- Si no me respondes escuetamente que fue Vera, no puedo decretar su prisión. Si no puedo hacerlo, esto no avanza y no puedo llegar a los demás. Por tanto, estamos como al principio. Sabes lo que hay y las responsabilidades a que te enfrentas. ¿Le he creado problemas a tu mujer?

- Sí, demasiados. Todos sabemos que no tiene absolutamente nada que ver en estos temas.

- Podrían ser bastante peores. Pero bueno, ¿no estamos de acuerdo que Julián Sancristóbal en aquellos momentos era el gobernador civil de Vizcaya y dependía directamente de Vera?

- Naturalmente, era así.

- Pues entonces, quién le iba a entregar el millón de francos franceses.

- Por lógica, sólo podía ser Vera, está claro, pero yo no estaba allí.

- Ya estamos otra vez, eso no tiene nada que ver. Tú sabes que fue Vera quien le entregó el dinero a Sancristóbal, aunque no estuvieses físicamente allí.

- Es lo más lógico y coherente, pero quiero decir únicamente que no lo vi.

- Es que no te voy a preguntar eso, únicamente quién se lo entregó a quién. ¿De acuerdo?

- De acuerdo. (...)

Esa noche, el ex secretario de Estado fue conducido a la prisión de Alcalá Meco por orden del titular de Juzgado Central de Instrucción nº 5. (...)".

"AHORA, POR EL GORDO".

Amedo relata que tras el encarcelamiento de Vera, Ramírez le dijo que había que ir a por José Luis Corcuera:

"- Esto está que arde. Ahora a por el gordo.

- ¿Qué gordo?

- El impresentable Corcuera. Ése no resiste el menú de la cárcel.

En todas las ocasiones que se refería al ex ministro, que fueron muchas, no podía ocultar el odio visceral que sentía hacia él.

- Pero yo no puedo decir nada de Corcuera. Cuando él era ministro yo estaba en prisión.

- Pero tu mujer sí. Se ha entrevistado en varias ocasiones con él.

- Sí, pero por circunstancias personales. Incluso en una de ellas la acompañó mi padre.

- Más que por circunstancias personales. ¿No le ha pagado dinero para que no os falte de nada en prisión?

- He estado en prisión por acatar órdenes en la lucha contra ETA. Me puedes llamar delincuente, de hecho lo has hecho muchas veces públicamente. Estás en tu derecho, pero me da la sensación de que para vosotros no se podría encontrar el calificativo adecuado en el diccionario.

- No te pongas así, porque sabes de sobra que esto hay que terminarlo de la forma que tú y yo sabemos. Todo tiene que cambiar, puesto que es lo que se acordó. Además estás pendiente de unas promesas que son de suma trascendencia para ti. Siempre se lo recuerdo a Jose y Paco. Yo soy testigo de ellas y las van a cumplir siempre que sigas por el camino recto.

- Sí, ¿pero a qué viene lo de Corcuera?

- Tu mujer puede decir que recibió fondos reservados del ministro, es lo más lógico. Además ya se encargará el Príncipe".

LA PIEZA MÁS DESEADA. "Hasta que el 20 de ese mismo mes compareció el que tenía que dar el gran golpe jurídico, el amigo de José María Aznar, el ex socialista Ricardo G. Damborenea, que tiró por elevación hasta lo más alto, hasta la pieza que más deseaban los artífices y diseñadores de esta maquinaria de venganza y asalto al poder: Felipe González (...) En septiembre de 1995, Garzón ya tenía enganchado en su convulso y prefabricado sumario al ministro del Interior de Felipe González y lo había remitido henchido de orgullo al Supremo. (...) La banda de organizadores de todo esto estaba exultante. Faltaban pocos meses para que se cumpliesen todas sus aspiraciones. Eso me transmitían Pedro J. y el secretario de Cascos

Publicado en El País.10.02.06

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