Valdeluz tiene pocos precedentes. En apenas
siete años, unas dehesas desérticas se van a
convertir en una ciudad de 34.000 habitantes.
Una empresa constructora, el grupo Reyal, como
agente urbanizador, se está encargando de todo:
desde el diseño hasta la adjudicación de obras a
otras constructoras, pasando por el propio
bautizo de la criatura. Todo ello ha sido
posible gracias a la ubicación en este páramo
castellano de la estación del AVE
Madrid-Barcelona que la ciudad de Guadalajara
hubiera querido para ella. El proyecto, rodeado
de polémica porque los terrenos recalificados
eran de una tía del marido de Esperanza Aguirre,
presidenta de la Comunidad de Madrid, va viento
en popa y promete generar en la comarca una
presión medioambiental y social que todas las
instituciones públicas deben ahora afrontar.
La estación del
AVE de Guadalajara está a 13 kilómetros
de la capital. "La decisión sobre la
estación fueron lentejas", dice el
alcalde
Familiares del marido de Esperanza
Aguirre poseían el suelo donde se
edifica la nueva ciudad y participan en
su proyecto estrella: el campo de golf
En el
enclave de Alcohete, como era conocido, hay una
frenética actividad constructora. Se están
edificando 9.500 viviendas y los primeros
colonos llegarán el próximo verano. El
principal atractivo de esta nueva urbe es la
estación del AVE y su tren de alta velocidad,
que deposita al viajero en Atocha en 27 minutos
(20 en el próximo futuro). Esa es la razón,
además de la saturación y los precios de la
vivienda madrileña, de que el 70% de los
compradores proceda de la capital de España.
Guadalajara (67.000 habitantes) queda a 13
kilómetros de carretera sinuosa que la Junta de
Castilla-La Mancha está arreglando. El Gobierno
del PP, con Esperanza Aguirre como ministra de
Cultura, diseñó esta línea del AVE sin parada en
Guadalajara, y ante la presión de José Bono,
entonces presidente de la Junta, alegó la
imposibilidad de instalar la estación en la
ciudad. Uno de los técnicos que participó en
aquella decisión dice que, una vez hecho el
trazado sin paradas, era "desaconsejable" e
"inviable", aunque "no imposible", llevar la
estación hasta la ciudad de Guadalajara.
El
ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, optó
entonces por el enclave de Alcohete, propiedad
de El Arverjal, SL, sociedad de Teresa Micaela
Valdés Ozores, tía del marido de Esperanza
Aguirre, y los hijos de aquélla. Eran 3,4
millones de metros cuadrados de suelo rústico
recibido en herencia por Valdés Ozores que el
Ayuntamiento de Yebes, pueblo de sólo 217
vecinos y a cuyo término municipal pertenece,
recalificó y, por tanto, revalorizó en 2001. La
Junta dio su visto bueno a tal decisión un año
más tarde. "No era ilegal", explican. "No
podíamos oponernos".
El
alcalde de Yebes, Aurelio Sánchez, del PP, puso
el diseño y el proyecto en manos del grupo Reyal.
"Nos llamaron para desarrollar el proyecto,
compramos los terrenos y empezamos a diseñar la
ciudad en abril de 2001. Al haber un solo
propietario todo era mucho más fácil, pues no
había que hacer una junta de compensación",
explica Rafael López Pardos, director general de
Proyectos Especiales de Reyal.
El
alcalde de Yebes está encantado y pone un
ejemplo: el presupuesto del pueblo era de 42.000
euros en el año 2001 y el año pasado ya se elevó
a 120.000. "Vamos dando las licencias de obras
poco a poco", puntualiza. El alcalde de
Guadalajara, el socialista Jesús Alique, lo
percibe como una oportunidad perdida para su
ciudad. "La decisión sobre la estación fueron
lentejas", dice.
Las
cifras de Renfe demuestran que los alcarreños
apenas utilizan la nueva estación. Entre enero y
octubre de este año sólo ha habido 135 pasajeros
de Atocha a Guadalajara-Yebes (así se llama el
apeadero) y 94 en sentido inverso. Mientras, el
tren de cercanías y los autobuses de La
Continental cubren el trayecto
Guadalajara-Madrid cargados de viajeros. La
distancia a Yebes y el precio del AVE (15 euros
el billete de ida) les disuade.
Valdeluz es el proyecto estrella del Grupo Reyal.
Y dentro de Valdeluz la joya de la corona será
un campo de golf de 18 hoyos con algunos chalés
diseminados en su césped. Un campo de golf que
estará listo en julio próximo, que no
pertenecerá a un club privado de socios y que,
por tanto, podría atraer a muchos aficionados
madrileños. Para explotarlo, El Arverjal ha
creado una empresa con Reyal que se llama Golf
de Valdeluz.
Esperanza Aguirre asegura que Valdeluz sólo le
ha dado disgustos. Cuando se publicaron las
primeras informaciones, hace dos años, sobre la
implicación de la familia de su marido, el
portavoz socialista en la Comunidad de Madrid,
Rafael Simancas, tildó la operación de "pelotazo
urbanístico". La presidenta de Madrid replicó
entonces que las propiedades de la familia de su
marido (su suegra tiene varias fincas en
Chiloeches) estaban a media hora en coche de la
nueva estación, lo que es cierto porque no hay
carretera directa. Andando, sin embargo, campo a
través, está pegada al término de Chiloeches,
pueblo de 1.710 habitantes donde se construirán
otras 6.800 viviendas. Porque al calor de la
nueva estación todos esperan, como confiesa el
alcalde de Yebes, que nazcan nuevas vías de
comunicación entre los pueblos de la zona, que
definitivamente están cambiando su bello aspecto
rústico por el de ciudades dormitorio.
Valdeluz ya no tiene marcha atrás y cuenta ahora
con el apoyo decidido de todas las
administraciones implicadas y con los
compromisos, sin fecha, de construir dotaciones
sociales. Pero los que se muden el próximo
verano no dispondrán de colegio hasta el curso
2007-2008. Tampoco tendrán transporte público.
Si lo necesitan tendrán que ir a buscarlo, en
coche, a Guadalajara.
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04/12/2005