La Comisión Europea ha
interpuesto un recurso contra España -las instituciones europeas
sólo se dirigen a los Estados miembros aunque juzguen políticas
de Gobiernos regionales- ante el Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas por estimar que la construcción de la
autovía que ampliará la M-501 viola las leyes europeas de
protección del medio ambiente, según confirmaron ayer fuentes
comunitarias. El desdoblamiento de esta vía, conocida como
carretera de los pantanos, en un tramo de 18 kilómetros
entre Quijorna y Navas del Rey, es iniciativa de la Comunidad de
Madrid. "Esperamos que España haga lo necesario para evitar una
sentencia condenatoria, que adopte las medidas necesarias para
compensar el daño ya causado", indicó Barbara Helfferich,
portavoz europea de Medio Ambiente, quien detalló que la demanda
fue interpuesta el pasado 18 de julio.
La Comisión
Europea teme por los encinares y las cuencas del
Alberche y Cofio
El proyecto para
convertir en autovía esta carretera incumple a juicio del
Ejecutivo comunitario dos directivas europeas: la conocida como
Hábitats y la de evaluación de impacto ambiental. La
infraestructura atraviesa un área incluida en la red Natura 2000
y por tanto con especiales garantías de protección ambiental, ya
que según Bruselas es "extremadamente rica en biodiversidad y
alberga especies endémicas". Cuando una obra atraviesa una zona
así, debe presentarse una evaluación de impacto ambiental y si
la Comisión Europea da el visto bueno, la construcción de la
carretera debe ir acompañada de medidas compensatorias que
traten de subsanar el daño ambiental causado.
De la ampliación de la
carretera madrileña que une Alcorcón con San Martín de
Valdeiglesias, a la Comisión Europea le preocupa especialmente
el impacto que pueda causar en los encinares de la zona, así
como en las cuencas de los ríos Alberche y Cofio y del río
Guadarrama, clasificados como lugares de interés comunitario.
Bruselas sostiene que
en el caso de la M-501 no se ha cumplido ninguno de los dos
requisitos. Por un lado acusa a España de dividir la evaluación
de impacto en cinco estudios, correspondientes a los distintos
tramos, sin presentar una evaluación global que tenga en cuenta
el daño global de la infraestructura al medio ambiente. Por otro
lado, Bruselas dice que las medidas compensatorias presentadas
son insuficientes en relación con el interés ecológico de la
zona y que afectan tan sólo a un tramo de la carretera.
Ahora, los servicios
legales de la Comisión Europea trabajan en la preparación de los
documentos que deben remitir al tribunal de Luxemburgo, sin que
exista un plazo de entrega. Después, habrá que esperar la
sentencia, que suele demorarse una media de dos años. De
resultar condenatorio, el fallo pediría que se adopten medidas
compensatorias como la designación de otras zonas de protección.
Si España siguiera sin cumplir, la Comisión podría pedir una
multa que podría alcanzar las decenas de millones de euros. En
el Tribunal europeo de Justicia de Luxemburgo recuerdan la multa
de 78 millones de euros impuesta a Francia en 2005 por pescar
alevines.
El eurodiputado
socialista Carlos Carnero, que ha defendido en reiteradas
ocasiones la ilegalidad de la carretera en Bruselas, destacó "la
rapidez y contundencia con la que ha actuado la Comisión" y
consideró que lo que tiene que hacer ahora el Gobierno de
Esperanza Aguirre es "parar las obras".
No es la primera vez
que la Comisión Europea lleva a un Estado miembro ante la
justicia por incumplir la legislación comunitaria. El caso más
reciente ha sido el de Polonia, en el que Bruselas ha solicitado
incluso la paralización de las obras de una carretera que
atraviesa el valle protegido de Rospuda, mediante medidas
cautelares. "En el caso español estamos aún muy lejos de llegar
a ese punto", señala Helfferich.
La Comisión Europea
concedió el pasado mes de marzo un plazo de dos meses a la
Comunidad de Madrid para que presentase el estudio ambiental
completo de las obras y amenazó con llevar a España ante el
tribunal si no cumplía. El 18 de julio la amenaza se hizo
realidad.
www.elpais.es 10.08.07
"Europa no ve
las cruces de los muertos en la carretera"
Las
obras de desdoblamiento de 18 kilómetros de la
M-501 (carretera de los pantanos), entre
Quijorna y Navas del Rey, continuaban ayer a
buen ritmo. En la mayor parte del trazado ya se
aprecia la nueva calzada, casi terminada, cuando
Bruselas decide enviar esta iniciativa del
Gobierno regional a la justicia comunitaria por
su impacto medioambiental. Al entrar en la zona
en obras, un cartel de la Comunidad de Madrid
anuncia el inicio en mayo de 2006 y el coste: 44
millones de euros. La fecha de finalización no
aparece. A los alcaldes de los pueblos de los
alrededores les preocupa que la decisión de
Bruselas afecte a una infraestructura que
consideran "indispensable" para la seguridad de
sus vecinos.
Los
regidores de los pueblos a los que se accede por
la M-501, vía de comunicación con los pantanos
de San Juan y Picadas y el valle del Tiétar y el
Alberche, lucharon durante años por conseguir el
desdoblamiento. Once de ellos formaron en 2005
una plataforma para reclamar una autovía a la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre. Esgrimían, y esgrimen, la alta tasa de
accidentes de tráfico que se producen en el
tramo de la carretera. Algo que, según
Ecologistas en Acción, se podría haber
solucionado con una actuación "menos agresiva"
de eliminación de puntos negros.
Alberto
Ruiz-Gallardón se planteó el desdoblamiento
cuando era presidente del Gobierno regional. Dio
marcha tras recibir un informe del Centro
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
sobre la influencia negativa que tendría en la
fauna del lugar, la más importante de bosque
mediterráneo de la Comunidad de Madrid. Además
de las conclusiones del CSIC, la Consejería de
Medio Ambiente realizó en 1998 una declaración
de impacto ambiental desfavorable. No se volvió
a hablar del proyecto hasta que llegó Aguirre en
2003. La presidenta regional lo desempolvó y lo
sacó adelante.
Los
alcaldes de la zona continúan apoyando la
ampliación, a pesar del recurso interpuesto por
la Comisión Europea contra España al considerar
que la actuación viola la normativa europea. El
alcalde de Navas del Rey, Jaime Peral (PP),
considera que la reforma de la carretera se ha
convertido en un "arma política". En su opinión,
Esperanza Aguirre "se mojó", pero sólo porque
los alcaldes se lo estaban pidiendo.
Para
Peral la única razón de que el tema se esté
discutiendo en Europa es "tratar de
desprestigiar a la presidenta". "Somos nosotros
los que vemos las cruces puestas en la carretera
por los muertos en accidente, no Europa. Pueden
salir por cualquier lado porque para ellos es
algo lejano. Esperemos que su actuación no frene
el desdoblamiento", añade. Peral rechaza que
tras el desdoblamiento se esconda un interés
inmobiliario. "Por culpa de esas especulaciones,
tenemos el plan urbanístico paralizado. Nos han
pillado en medio de la polémica y seguimos con
unas normas de hace 28 años".
El
anterior regidor de Navas del Rey, el
independiente Jesús Miguel Teresa, integrante de
la comisión de alcaldes que respaldaron la
autovía ante Aguirre, considera que lo
complicado es evitar que la actuación conlleve
un crecimiento desmesurado de los pueblos.
"Tenemos los mismos derechos que cualquier
madrileño a transitar por vías acordes a los
tiempos actuales", recuerda. Al mismo tiempo,
reconoce su alto valor medioambiental.
Pablo
Martín, alcalde de San Martín de Valdeiglesias
(PP), pide más: "Hay que seguir la autovía, como
mínimo, hasta el final de la región. Ojalá se
implicaran otras administraciones y se ampliara
más". Martín se basa en el volumen de tráfico
que soporta la carretera en la actualidad. "Es
la vía alternativa hacia Extremadura. Conecta
con Plasencia, con Castilla-La Mancha y Castilla
y León". Sobre la decisión de Bruselas, prefiere
no opinar. "Si han acudido a Europa será porque
les ampara, pero que piensen en la cantidad de
muertes que se producen en esta carretera",
dice.
www.elpais.es
10.08.07
La Comunidad
justifica la obra por los accidentes
El
águila imperial y la preservación del medio
ambiente en una zona de protección de aves
(ZEPA, bajo tutela de la UE) enfrentan a la
Comunidad de Madrid con las instituciones
europeas, el Gobierno de Zapatero y los
ecologistas. El Ejecutivo regional cree que el
"interés general" de la conversión en autovía de
la M-501, el "alto índice de accidentes" y los
"elevados niveles de contaminación" actuales son
razones suficientes para que mantener el
proyecto.
Un
portavoz de la Comunidad de Madrid admite no
tener conocimiento de que el desdoblamiento de
la carretera de los pantanos esté en manos del
Tribunal de Justicia Europeo. "Para nosotros eso
no existe, porque no se nos ha notificado",
explica el mismo portavoz, que indicó que la
nueva autovía, presupuestada en 44 millones de
euros, "es más sostenible y respetuosa" que la
carretera actual. Una cuarta parte de los gastos
se ha destinado, según el Gobierno regional, a
medidas ambientales: recuperación de especies
como reptiles y aves como las águilas imperiales
o los cernícalos primillas; restauración de los
márgenes del río Alberche; enterramiento de 20
kilómetros de líneas eléctricas; adquisición de
fincas que servirán para atajar la desaparición
progresiva de los hábitats de ciertas especies y
dos ecotúneles que evitarán atropellos de
algunos animales.
Los
ecologistas se debaten entre la "tranquilidad" y
la "pena". Tranquilidad porque la Unión Europea
les ha dado "la razón". Pena porque el daño que
ha provocado el proyecto tiene "consecuencias
irreparables" en el entorno de los ríos Cofio y
Alberche y "sólo fomenta el urbanismo salvaje".
María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas en
Acción, propone una alternativa al
desdoblamiento de la M-501: ensanche de arcenes,
eliminación de las curvas peligrosas,
construcción de rotondas en las intersecciones e
inclusión de carriles de aceleración. Estas
medidas formaban parte del plan alternativo
propuesto por el equipo de la presidenta
regional, Esperanza Aguirre, cuando el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
emitió en 2000 un informe negativo por el alto
impacto ambiental de las obras.
El
proyecto se paralizó ese año, pero se volvió a
activar en abril de 2005. "Se aprobó por
narices", lamenta Nieto, que se queja de que ni
los tirones de oreja del Ministerio de Medio
Ambiente ni los de Bruselas sirvieron para
detener las obras. Añade que la Comunidad
"falseó datos" para que los índices de
siniestralidad de toda la carretera aparecieran
como los del tramo no desdoblado.
El
Gobierno de Zapatero ha mantenido un pulso con
la Comunidad desde el inicio de la obra. La
ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona,
siempre mantuvo que la M-501 "incumple la
normativa".
www.elpais.es
10.08.07
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