El Ministerio de Trabajo bajo mandato socialista 
	rehusó pagar en 2004 tres facturas de turrón por 23.000 euros que dejó 
	pendientes su anterior titular, Eduardo Zaplana, la mitad del dulce que 
	adquirió para atenciones protocolarias. El impago se produjo porque el nuevo 
	equipo ministerial no encontró los certificados que justificaran ese gasto 
	ni logró que nadie lo validara en los meses siguientes. El turrón (con 
	embalaje) adquirido por el equipo de Zaplana para las Navidades anteriores 
	superaba las cuatro toneladas y costaba 55.000 euros. La empresa renunció al 
	cobro de los 23.000 euros 
	
	Turrones Picó tuvo un pedido especial en las 
	Navidades de 2003. El Ministerio de Trabajo, entonces bajo el mandato de 
	Eduardo Zaplana, le compró, en diversas partidas, turrones por importe de 
	casi 55.000 euros que fue enviado, entre otros, a decenas de periodistas. 
	Pese a que se suponía que hacía mención a un objeto único, la atención 
	protocolaria a determinadas personas relacionadas con el ministerio durante 
	las Navidades, presentó siete facturas. De haberlas formulado bajo una sola, 
	al superar su monto los 12.000 euros, Trabajo habría tenido ineludiblemente 
	que darle una tramitación distinta, mediante concurso, con mayores controles 
	y trámites en su adjudicación. 
	
	La primera factura, por 4.864 euros, llegó y fue 
	pagada el 2 de enero de 2004. El goteo del resto de facturas al cobro del 
	Ministerio de Trabajo de Turrones Picó se sucedió así: el 6 de enero de 
	2004, se recibió otra de 4.864 euros; el 16 de enero, otra de 11.688 euros; 
	el 11 de febrero, otra de 11.977 euros; el 16 de febrero, otra de 4.943 
	euros; el 24 de marzo, otra de 11.934 euros, y el 7 de abril llegaron dos de 
	4.943 y 4.125 euros. 
	
	El Gobierno socialista dejó sin pagar la del 11 de 
	febrero y las dos últimas. Para entonces, la partida anual de protocolo, 
	pese a que sólo había pasado un trimestre del año estaba agotada. Y no veía 
	justificado sufragar una operación tan costosa de atenciones protocolarias 
	con cargo al contribuyente.
	
	
	Fondo exhausto 
	
	De los 169.400 euros del gasto total de protocolo 
	fijados por Zaplana para 2004, él se asignó para sí y para su equipo 110.208 
	euros. Por tanto, sólo quedaban disponibles hasta nueva orden presupuestaria 
	del nuevo equipo socialista, unos 60.000 euros, Por eso, cuando llegaron 
	tres facturas que suponían más de un tercio del fondo anual existente, se 
	rechazaron. Había una razón añadida: se entendió que no venían debidamente 
	cumplimentas por los ex responsables ministeriales del PP. Turrones Picó no 
	ha planteado ninguna batalla por tal impago. 
	
	
	Las facturas del turrón 
	
	debían ser pagadas con cargo al fondo global de 
	atenciones protocolarias del Ministerio de Trabajo. Pero éste estaba casi 
	exhausto cuando se produjo el relevo, en abril de 2004. Igualmente, se había 
	agotado la partida mensual de uso más personal al servicio de Zaplana (3.000 
	euros al mes). En concreto, según funcionarios relacionados con el control 
	del gasto, Zaplana, en el mes de marzo de 2004, consumió 2.999,72 euros de 
	tal partida para su uso discrecional y protocolario. El ministro Caldera, al 
	margen de instituir una tarjeta que garantizaba un rastro indeleble de cada 
	euro gastado, sólo consumió en marzo de 2005, 50,61 euros de dicha partida. 
	
	
	
	El fondo presupuestario anual personal del 
	ministro de Trabajo sigue un antes y después de Zaplana: su antecesor, 
	también del PP, Juan Carlos Aparicio, se atribuyó 18.600 euros de gasto al 
	año para uso personal protocolario; Zaplana se lo elevó con su firma a 
	36.000 euros: y Caldera se lo rebajó a 24.000 euros. El desglose, mes a mes, 
	indica que Caldera se gastó con su visa en su protocolo personal durante 
	ocho meses de 2004 (desde su toma de posesión en abril) la asignación de un 
	solo mes de Zaplana. Por tanto, el monto sigue una estela de sierra cuyo 
	pico más alto es el actual portavoz del PP. Trabajo declinó ayer dar su 
	versión oficial sobre la polémica suscitada en torno a los gastos de 
	Zaplana. "El ministro no quiere comentar nada relacionado con los gastos de 
	sus antecesores". Igualmente, frente a las acusaciones de Zaplana de filtrar 
	los datos sobre sus gastos protocolarios y de vuelos privados, el Ministerio 
	de Trabajo negó que haya facilitado ninguna información al respecto. (www.elpais.com, 
	29/03/07)
	
	EL PARTIDO 
	CIERRA FILAS CON RAJOY Y AGUIRRE APOYA A ZAPLANA 
	
	El Comité Ejecutivo del PP celebrado ayer, del que 
	estuvieron ausentes dirigentes relevantes como Josep Piqué o Alberto 
	Ruiz-Gallardón, sirvió para mostrar el cierre de filas sobre el bloqueo al 
	Grupo PRISA. Mariano Rajoy lo explicó. Nadie habló en contra, y Celia 
	Villalobos sentenció: "Hay que alegrarse de que Polanco haya dicho que no es 
	neutral" [en realidad señaló que "es muy difícil ser neutral"]. Villalobos 
	también criticó sin citarlo al diputado Jaime Ignacio del Burgo por haber 
	denostado la foto de las Azores. "Eso fue discutido aquí. Y ya sabéis cuál 
	fue mi posición [contraria]. Pero asumí la decisión, y los que no hablaron 
	entonces no pueden hacerlo ahora", sentenció. 
	
	Eduardo Zaplana, el portavoz parlamentario, se 
	mostró muy crítico con las informaciones aparecidas en EL PAÍS estos días, 
	en los que se desvelan viajes en aviones privados y gastos privados pagados 
	con dinero público mientras era ministro de Trabajo. Esperanza Aguirre, 
	presidenta de Madrid, hizo un apoyo explícito de Zaplana, aseguró que a ella 
	le han convencido sus explicaciones y se mostró de acuerdo con su respuesta 
	a EL PAÍS. "Ningún ataque sin respuesta", sentenció. (www.elpais.com, 
	29/03/07)
	
	ZAPLANA AUMENTÓ 
	UN 100% LOS FONDOS PROTOCOLARIOS DEL MINISTRO AL LLEGAR A TRABAJO 
	
	El hoy portavoz popular en el Congreso, Eduardo 
	Zaplana, dobló en 2003 el presupuesto anual de gastos protocolarios de 
	gestión directa como ministro de Trabajo (36.000 euros) respecto de su 
	antecesor, Juan Carlos Aparicio (18.000). Zaplana marcó otra diferencia de 
	gestión del dinero público respecto de sus antecesores del PP: ni Aparicio, 
	ni Javier Arenas utilizaron nunca como ministros de Trabajo aviones privados 
	para sus vuelos, ni compraron alimentos con cargo a su presupuesto para su 
	residencia oficial, ni recurrieron a artículos de lujo para atenciones 
	protocolarias. 
	
	Zaplana ha anunciado que quiere conocer los gastos 
	protocolarios y de desplazamientos de los componentes del actual Ejecutivo 
	socialista para medirlos con los suyos durante su mandato en Trabajo 
	(2002-2004). A la espera de que el Gobierno remita esos datos, empiezan a 
	surgir elementos que permiten comparar su gestión con la de sus dos 
	antecesores inmediatos, ambos del PP: Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio. 
	El retrato que pintan ex colaboradores de estos tres ministros y 
	funcionarios de Trabajo que coexistieron con todos ellos marca un antes y un 
	después de Zaplana. 

 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	
	Para empezar, el 2 de enero de 2003, el primer año 
	de gestión completa de Zaplana -tomó posesión en julio de 2002- varió 
	radicalmente los gastos dedicados a "atender ineludiblemente obligaciones de 
	protocolo" de los diversos cargos del departamento. Curiosamente, de los 17 
	cargos a los que se reconocían tales fondos, sólo el monto de uno crecía 
	inusitadamente respecto del esquema hasta entonces vigente y era 
	precisamente el presupuesto del ministro. Si Aparicio se daba por servido 
	con 18.060 euros anuales (1.500 al mes) para sus atenciones protocolarias 
	directas -una comida, unas flores, etcétera-, Zaplana se adjudicó el doble: 
	36.000 euros (3.000 al mes). Por contra, la práctica totalidad de los altos 
	cargos de Zaplana mantenían las mismas partidas consignadas en 2002 por su 
	antecesor, Aparicio.
	
	El hoy portavoz popular en el Congreso, Eduardo 
	Zaplana, dobló en 2003 el presupuesto anual de gastos protocolarios de 
	gestión directa como ministro de Trabajo (36.000 euros) respecto de su 
	antecesor, Juan Carlos Aparicio (18.000). Zaplana marcó otra diferencia de 
	gestión del dinero público respecto de sus antecesores del PP: ni Aparicio, 
	ni Javier Arenas utilizaron nunca como ministros de Trabajo aviones privados 
	para sus vuelos, ni compraron alimentos con cargo a su presupuesto para su 
	residencia oficial, ni recurrieron a artículos de lujo para atenciones 
	protocolarias. 
	
	Zaplana ha anunciado que quiere conocer los gastos 
	protocolarios y de desplazamientos de los componentes del actual Ejecutivo 
	socialista para medirlos con los suyos durante su mandato en Trabajo 
	(2002-2004). A la espera de que el Gobierno remita esos datos, empiezan a 
	surgir elementos que permiten comparar su gestión con la de sus dos 
	antecesores inmediatos, ambos del PP: Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio. 
	El retrato que pintan ex colaboradores de estos tres ministros y 
	funcionarios de Trabajo que coexistieron con todos ellos marca un antes y un 
	después de Zaplana. 
	
	Para empezar, el 2 de enero de 2003, el primer año 
	de gestión completa de Zaplana -tomó posesión en julio de 2002- varió 
	radicalmente los gastos dedicados a "atender ineludiblemente obligaciones de 
	protocolo" de los diversos cargos del departamento. Curiosamente, de los 17 
	cargos a los que se reconocían tales fondos, sólo el monto de uno crecía 
	inusitadamente respecto del esquema hasta entonces vigente y era 
	precisamente el presupuesto del ministro. Si Aparicio se daba por servido 
	con 18.060 euros anuales (1.500 al mes) para sus atenciones protocolarias 
	directas -una comida, unas flores, etcétera-, Zaplana se adjudicó el doble: 
	36.000 euros (3.000 al mes). Por contra, la práctica totalidad de los altos 
	cargos de Zaplana mantenían las mismas partidas consignadas en 2002 por su 
	antecesor, Aparicio.
	
	Gastos de gestión directa 
	
	Este presupuesto estaba destinado como su nombre 
	indica a aquellos gastos de gestión directa del ministro. Era, por tanto, 
	una partida más de los gastos globales del ministerio de atenciones 
	protocolarias, con cargo a los cuales, como ha reconocido Zaplana, se 
	sufragaron los objetos de lujo durante su mandato -que totalizaron más de 
	183.000 euros en compras durante su mandato- para atenciones a 
	personalidades diversas y que, como también ha reconocido, en muchas 
	ocasiones no identificó por premuras y contingencias varias. 
	
	Por tanto, nada de este dinero, que se entregaba 
	en metálico, según ex colaboradores de Zaplana, sirvió para sufragar tales 
	regalos. Tampoco este dinero de bolsillo de Zaplana emanado del presupuesto 
	ministerial sufragó los gastos de cesta de compra -más de 5.000 euros 
	durante su mandato- con destino al pabellón ministerial que constituía su 
	residencia en el ministerio, y que se sufragaron con los ingresos de la 
	cafetería de Trabajo, según documentos oficiales.
	
	De tal partida personal protocolaria, tampoco se 
	abonaron los catering -más de 22.000 euros durante su gestión- con que se 
	cubrían las comidas oficiales del ministerio. Algunas facturas de 
	restaurante como la de Horcher o la del club Siglo XXI, sumando 2.000 euros, 
	fueron desviadas al presupuesto global, al que también se pasaron sus pagos 
	de donativos benéficos. Finalmente, los vuelos en avión privado (más de 
	150.000 euros) fueron presentados como meros contratos o como 
	indemnizaciones por gastos de viaje. 
	
	Por tanto, Zaplana dispuso, mes a mes, de un fondo 
	de 3.000 euros para sus gastos. Ex colaboradores de Arenas y Aparicio y 
	funcionarios que coexistieron con ellos aseguran que ninguno de ellos 
	contrató un solo vuelo privado para sus viajes oficiales. Las mismas fuentes 
	sostienen que ambos solían comer el menú del ministerio en su despacho y 
	contrataban catering sólo para comidas oficiales. 
	
	Ni uno ni otro, a diferencia de Zaplana, 
	recurrieron a la compra de objetos protocolarios de lujo. Sus ex 
	colaboradores destacan "la austeridad castellana" de Aparicio y la viveza de 
	Arenas, que tras recibir dos sablazos del catering de un restaurante 
	cercano, prescindió radicalmente de dicho establecimiento. (www.elpais.com, 
	28/03/07) 
	
	EL EX MINISTRO 
	IRONIZA SOBRE LA "IMPORTANCIA" DE SUS GASTOS 
	
	El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, 
	Eduardo Zaplana, ironizó ayer en relación con las informaciones de este 
	diario sobre su gestión al frente del Ministerio de Trabajo y que revelaron 
	sus casi 20 vuelos en avión privado, la presencia de seis de sus familiares 
	en la lista de obsequiados por el Ministerio en las navidades de 2002, sus 
	gastos protocolarios en objetos lujo y en cestas de compra con destino a su 
	pabellón ministerial. 
	
	En referencia a este último capítulo, el endoso de 
	decenas de tiques por valor más de 5.000 euros de compras en supermercados 
	cercanos al ministerio y a su domicilio privado, Zaplana respondió así en 
	conferencia de prensa: "Ya tienen las iniciales de quien compró, con esas 
	iniciales se puede llegar a quién ha comprado, el motivo de la compra y se 
	pueden hacer barridos de quién vive en las cercanías". 
	
	Igualmente, hizo risas sobre la "importancia 
	política" del capítulo de sus gastos ministeriales. Esas iniciales 
	(correspondientes a una limpiadora) pueden despejar el enigma de quién 
	realizó algunas de las compras de comestibles y elementos varios como 
	chicles para el pabellón ministerial de Trabajo durante el mandato de 
	Zaplana -otras las hicieron bedeles, según aseguran fuentes sindicales-, y 
	también el centro comercial escogido para sus compras. 
	
	El ministro ha negado en una nota de siete folios 
	que esas compras fueran para su consumo personal de su residencia privada. 
	El comunicado asegura que todos esos alimentos se adquirieron en su día para 
	consumo ministerial. 
	
	
	
	Menudeo de compras 
	
	Ninguno de sus antecesores en el ministerio de 
	Trabajo, durante el mandato del PP, Javier Arenas y Juan Carlos Aparicio, 
	recurrieron a este menudeo de compras de comestibles con cargo al 
	presupuesto ministerial para sus comidas oficiales o privadas, según 
	detallaron sus ex colaboradores a este periódico.
	
	El empleado ministerial que hacía la compra solía 
	pasar un tique de un euro para que le abonaran el café que se había tomado 
	durante la compra en el mercado con destino al pabellón ministerial. 
	
	Zaplana proclamó su voluntad de conocer "hasta el 
	más mínimo detalle" de todo lo referente a los gastos y viajes de todos los 
	ministerios bajo el mandato socialista. "Como desde los Gobiernos del PP no 
	tenemos absolutamente nada que ocultar", retó, "un ejercicio de comparación 
	y transparencia siempre es bueno", sugirió. "Esto no puede ofender a nadie. 
	Estoy seguro que el Gobierno facilitará todos estos datos con gran rapidez", 
	remachó Zaplana. 
	
	(www.elpais.com, 
	28/03/07)
	
		
			
				
					
						
						
						d.ZAPLANINI AUTO 
					RUMBOSO :
										Paquetes de chicles y bolsas de patatas 
										para uso ministerial
						
						
						
							
								
								El ex ministro de Trabajo 
												Eduardo Zaplana intentó explicar 
												ayer a través de una nota las 
												decenas de facturas de comercios 
												próximos al ministerio y a su 
												domicilio donde se compraron 
												diversos artículos de 
												alimentación, entre ellos 
												numerosos paquetes de chicles, 
												yogures, pan de seis cereales, 
												helados y bolsas de patatas 
												fritas. "Jamás fueron para mi 
												consumo personal ni para mi 
												vivienda particular. Los gastos 
												se deben a compras realizadas 
												por el personal del ministerio, 
												para consumo del propio 
												ministerio, como es habitual en 
												todos los ministerios. O a la 
												celebración en el ministerio de 
												cenas y comidas oficiales de 
												Trabajo"
								
								Entre las compras que figuran en 
												el expediente de los gastos de 
												protocolo del ministro se 
												encuentran artículos que 
												difícilmente pueden componer el 
												consumo habitual para cenas y 
												comidas oficiales de Trabajo. 
												Pese a que Zaplana indica que 
												tal vía de adquisición de 
												alimentos estaba destinada al 
												consumo del ministerio en 
												general o las comidas oficiales, 
												hay dos hechos poco frecuentes 
												en este tipo de gastos.
								
								Las comidas oficiales o de 
												trabajo del ministro y de su 
												equipo suelen cubrirse mediante 
												la contratación de servicios de
												catering, cuyo monto 
												superó los 22.000 euros durante 
												su mandato. Y, el ministerio, 
												como tal, realizaba sus compras 
												de alimentos para el comedor 
												general a través de una central 
												para planificar y obtener 
												reducción en los costes, y por 
												importes y periodicidad muy 
												superiores a los exhibidos en 
												las facturas objeto de polémica.
								
								Decenas de tiques
								
								Por tanto, tales compras de 
												alimentos soportadas por decenas 
												de tiques -con importes que a 
												veces no llegan a 10 euros- que 
												suman más de 5.000 euros durante 
												el mandato, se inscriben "en la 
												adquisición de productos para la 
												confección de comidas que se 
												realizaron para el señor Zaplana 
												en el pabellón del ministro", 
												según consta en documentos 
												oficiales del Ministerio de 
												Trabajo. Estos tiques fueron 
												abonados con cargo a los 
												ingresos de la cafetería-comedor 
												del departamento, según 
												documentos oficiales.
								
								
								
								Este diario ha comprobado que 
												algunas de tales compras para el 
												pabellón del ministro fueron 
												adquiridas por personal sin 
												vinculación directa con el 
												ministerio, como M. A. V., 
												empleada de la limpieza en una 
												empresa contratada por 
												Trabajo. Igualmente, parte de 
												dichas compras fueron realizadas 
												con unas tarjetas de cliente 
												cuya relación oficial con el 
												Ministerio de Trabajo se 
												desconoce.
								www.elpais.es 27.03.07
 
						     
		
			
				
					
						
						SEIS PARIENTES EN LA LISTA DE REGALOS 
										NAVIDEÑOS
						
							
								
								En el listado oficial del 
												ministerio de Trabajo sobre 
												regalos navideños aparecen seis 
												envíos postales a familiares del 
												ex ministro Eduardo Zaplana
								
								
								
							      
	
	
		
			
				
					
						
							
								
									
										
											
												
													
														
														Publicado en
														
														www.elpais.es  
													27.03.07
														
															
																
																	
																		
																		
																		Gemelos de oro, pañuelos de seda y carteras de piel entre los 
				gastos de protocolo
																		
																			
																				Los gastos 
						protocolarios de Zaplana al frente de Trabajo también 
						llamaron la atención de sus funcionarios fiscalizadores. 
						De julio a diciembre de 2002, el ex ministro consumió 
						36.979 euros en este capítulo, que elevó a 67.000 euros 
						en 2003, y a 78.577 en 2004, aunque desde el 14-M estaba 
						en funciones y cesó en abril. Por encima de su cuantía 
						-más de 183.000 euros-, destacan sus aspectos 
						cualitativos.Zaplana 
						recurrió a lujosas tiendas de joyas, algunas de ellas 
						valencianas, para comprar costosos objetos de regalo 
						protocolarios. Salvo en el caso del Papa -al que regaló 
						un cáliz de plata de 2.000 euros- o el rey de Marruecos 
						-al que compró unos gemelos de oro por 1.349 euros-, hay 
						una larga lista de lujosos objetos de regalo de los que 
						sólo hay constancia de que los compró y pagó Trabajo, 
						pero no para quién. Su destinatario real fue y es un 
						secreto para la intervención.
																				Echarpes y 
						corbatas
																				En este saco 
						se hallaban, en apretado resumen, los siguientes 
						objetos: un maletín de coco comprado en Veramonti por 
						292 euros; unos gemelos de plata a balle de tennis; 
						unos echarpes de seda la rosee y de seda patchwork y una corbata de seda twill comprados en Hermes por 1.000 euros; estuches de gemelos 
						piel y carpetas portadocumentos en piel por valor de 
						5.000; tres artículos de regalo en Hermes por valor de 
						600 euros; un objeto por 397 euros comprado en la 
						joyería valenciana Gracia; otro por 405 euros comprado 
						en Diseño Antonio Romero; 20 bolsos de piel de becerro 
						tamaño mediano comprados en Hermes por casi 5.000 euros; 
						una jarra de plata comprada por 500 euros en la joyería 
						Suárez; una bandeja octogonal lisa y el reloj Fossil 
						todo acero de señora comprados en la joyería Gracia por 
						1.168 euros; unos gemelos en plata por 771 euros en José 
						María Milán; una pulsera de 130 euros de Loewe; 23 
						tarjeteros de plata de la consabida joyería valenciana 
						Gracia por 3.500 euros; dos jarras y una bandeja de 
						plata por 1.550 euros de joyería Suárez; un reloj de la 
						misma joyería por 240 euros; un lalique florero 
						lirio de Gracia por 442 euros; tres gemelos Logo de 
						Loewe por 207 euros; un tarjetero por 300 euros de 
						Gracia; un centro azucarero de Gracia por 413 euros; una 
						cartera y un maletín de Loewe de 1.000 euros; un chal 
						pespuntes y un chal anagrama de Loewe por por 354 euros; 
						un pañuelo seda twill y un echarpe unie brodee 
						cachemir de Loewe por 992 euros; una bandeja de 
						plata de Gracia por 399 euros; 11 estilográficas de 
						González Aragoneses por 3.223 euros; y un objeto no 
						identificado de la joyería Suárez por 365 euros, entre 
						otros.
      
														
															
																
																	
																		
																		
																		Regalos para la familia
																		
																			
																				El uso del 
						presupuesto para atenciones protocolarias del Ministerio 
						de Trabajo con Zaplana presenta singularidades: el 
						listado de personalidades a las que con dinero público 
						se envió regalos navideños incluye a su familia (sus 
						hermanas Luisa y Carmen y su cuñada Rosa Barceló). 
						Fuentes próximas a Zaplana aseguran que puede tratarse 
						de un error, ya que "Zaplana jamás cargó un gasto 
						personal al presupuesto".
																				Sus gastos 
						ministeriales, sin embargo, presentan contradicciones. 
						Igual pasaba facturas, sin mayor detalle, de una comida 
						tras su toma de posesión por 1.440 euros en el 
						restaurante madrileño Horcher, o en el club Siglo XXI 
						por 600 euros, que presentaba una exhaustiva relación de 
						justificantes para que le devolvieran el dinero que 
						había donado en mesas petitorias por causas benéficas 
						(Cruz Roja, lucha contra el cáncer, etcétera). 
						Pormenorizaba el fin de la cuestación, la ubicación de 
						la mesa, quién la presidía (su esposa, la del ex 
						ministro de Agricultura, la del ex alcalde, una infanta 
						real, etcétera), y el monto que había entregado de su 
						bolsillo y pedía recuperar (de 60 a 120 euros, máximo 
						correspondiente a la mesa de su esposa).
																				Igualmente, 
						durante 2003 y 2004 pasó decenas de facturas de gastos 
						de la cesta de la compra -al margen de los catering 
						que contrató por 22.000 euros para sus comidas 
						oficiales- con destino al pabellón ministerial por más 
						5.000 euros.
																				Cada ticket 
						de compra -siempre de importe casero y abonado en 
						tiendas cercanas al ministerio y a su domicilio- 
						registraba hasta el menor detalle: chicles Trident, 0,55 
						euros; Danissimo, 1,89; galletas Kely, 1,43; apio, 1,30; 
						cuajada oveja, 4,50; helados Haagen-Daaz, 5,35; bocata 
						seis cereales, 1,32; champiñón, 1,86; ketchup, 1,15; 
						lentejas, 1,29; membrillo, 1,24; pasta Buitoni, 1,77.
																				Las fuentes 
						próximas a Zaplana aseguran que dichos gastos estaban 
						destinados a cenas de trabajo. Desde diciembre de 2002, 
						Zaplana poseía un piso en Castellana, la misma calle del 
						Ministerio de Trabajo.
    
															  
														 
												     
							      
	
	
		
			
			
			