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ÍNDICE
 

1.     AGUIRRE, UNA DIMISIÓN EN SECO

2. HUÉRFANOS SIN ESPERANZA

3. LA PRIMERA DECISIÓN DE GONZÁLEZ: CONCEDER LA MEDALLA DE ORO A AGUIRRE

4. UN DIRECTIVO DE TELEMADRID GRABA UN VÍDEO QUE AGRADECE LA GESTIÓN DE AGUIRRE

5. EL CÍRCULO MÁS ÍNTIMO

6. GONZÁLEZ SOPESA MANTENER A FIGAR DE CONSEJERA Y ENLACE CON GÉNOVA

7. FUTUROS PARA UNA EXPRESIDENTA

8. UN HEREDERO TODOPODEROSO BAJO SOSPECHA

9. “HE TENIDO UNAS CONVERSACIONES MUY ENTRAÑABLES CON RAJOY Y COSPEDAL”

10. RAJOY SE MUEVE PARA LIMITAR EL PODER DE GONZÁLEZ COMO SUCESOR DE AGUIRRE

11. “SOLO AZNAR ME IMPONE Y DA MIEDO”

12. RAJOY DICE “COMPRENDER Y VALORAR” LAS RAZONES DEL ADIÓS DE AGUIRRE

13. MADRID, LA PROBETA DE LAS POLÍTICAS LIBERALES DE AGUIRRE

14. LAS METEDURAS DE PATA DE AGUIRRE

15. AGUIRRE SE VA E IMPONE AL SUCESOR


1.     AGUIRRE, UNA DIMISIÓN EN SECO

Este verano, Esperanza Aguirre se tomó un mes de vacaciones. A su regreso, limitó los actos públicos, aunque aprovechó alguno para subrayar, con el ‘caso Bolinaga’, su falta de sintonía con Rajoy. El lunes anunció su adiós. Tras 30 años, por primera vez anteponía la familia

Nunca se había tomado unas vacaciones tan largas como las de este verano. Desde el 26 de julio, día en el que acudió a la sede de Hispasat en Arganda, hasta el 23 de agosto, que entró en acción con una visita al centro de emergencias 112. Casualmente, en ambos actos coincidió con el Rey. Esperanza Aguirre estuvo un mes fuera de cobertura.

Y desde entonces, solo 15 actos. Muy pocos para su ritmo habitual, que se había desacelerado desde que le diagnosticaron un cáncer de mama en febrero de 2011. Quedaba tiempo para que se cumpliera el pacto no escrito con su vicepresidente Ignacio González, según el cual ella dejaría su cargo en el año 2014. Pero tres semanas después, fiel a su forma de ser, cambió el guion de su agenda. Convocó a la prensa con carácter urgente. No se anduvo por las ramas.

“Les he convocado a ustedes para anunciarles mi dimisión…”. No pudo ser más directa.

Eran las 13.51 del lunes 17 de septiembre y la bomba había estallado en el centro de la capital. Nadie lo sabía. O, mejor dicho, muy pocos lo sabían, porque Aguirre sabe que un secreto de este tipo no debe andar en boca de compañeros de partido. ¿Cuándo tomó la decisión? ¿Por qué eligió ese momento? ¿Cuáles fueron los motivos?

Esperanza Aguirre regresó de sus vacaciones de verano con dos medallas colgadas del cuello, muy sencillas, como dos chapas sujetas por sendos cordones de cuero, que la han acompañado hasta su acto final. Una del Ángel de la Guarda y otra de la Virgen María. Para quienes se precian de conocer a fondo a la todavía presidenta de la Comunidad, este no es un detalle menor, tal y como es ella, tan apegada a los amuletos que cree que le dan suerte. Otro detalle: el lunes para su despedida se vistió con el mismo traje blanco que el viernes anterior. No es habitual que repita vestuario con tan poco margen porque tiene muy en cuenta todo lo relacionado con su imagen: por eso lleva permanentemente en su vehículo oficial unos pendientes, unas medias nuevas y unos zapatos de tacón.

Su círculo más próximo admite que Esperanza Aguirre es otra tras su enfermedad. Ya no es el torbellino de antes

Las interpretaciones se han sucedido por decenas en la opinión pública y ninguna parece suficientemente acreditada: razones de salud, razones familiares, razones políticas, o todas ellas a un tiempo. El espectro es demasiado amplio. El propio silencio de la presidenta ha contribuido al desconcierto, hasta el punto de que demasiada gente ha comenzado a sacar el cuchillo en Madrid sin pararse a pensar que ella no ha dimitido aún de sus cargos en el Partido Popular. Cada cual hace recuento de sus afines. ¿Hacia quién se inclinarán los que prometieron adhesión a Esperanza? El PP de Madrid está en ebullición.

Un mes fuera de cobertura. Un mes con una larga estancia en Cataluña, adonde viaja en muchas ocasiones porque una parte de sus amistades más frecuentadas y menos conocidas son catalanas. Curioso. Entre sus más íntimos, tanto de Madrid como de Barcelona, Aguirre consigue desconectar completamente. No habla de política. “Es capaz de reírse con cualquier chorrada, con cualquier chiste”, reconoce un amigo. “En público, Esperanza manda mucho”, comenta uno de esos cercanos, “pero en su casa no manda demasiado”. “Manda, incluso, su marido, Fernando”, apunta irónico otro amigo.

Madre de dos hijos, Fernando (36 años) y Álvaro (32), Esperanza va camino de ser abuela por tercera vez con el nacimiento de Beltrán, que será el primer bebé de Álvaro, abogado, que trabajó en el despacho de José Pedro Pérez Llorca antes de ser fichado esta primavera como asesor de Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio. Pero ha sido Fernando quien le ha dado una de las mayores alegrías de su vida: Beatriz, su nieta mayor, que a punto de cumplir cuatro años saca de su abuela su lado más sentimental.

Aguirre se mueve por lealtades y deslealtades, y llega a ser cruel si entiende que alguien se ha movido de su sitio

Porque se ha especulado con esta circunstancia, la de una presunta falta de atención hacia su familia, como la causa de su retirada de la política cumplidos los 60 y superada “presuntamente” una grave enfermedad. Alguno de sus amigos rechaza esa interpretación. “No ha sido una madre que haya dejado de lado a sus hijos. Ha sabido disfrutar de ellos, porque tiene esa capacidad para desconectar”. Otros, sin embargo, recuerdan la cantidad de veces que su marido, Fernando Ramírez de Haro, conde de Murillo y Grande de España, le ha pedido que acabara con esas jornadas que comenzaban a las seis y media de la mañana leyendo los periódicos y llamando a sus consejeros para comentar las noticias mientras aguardaba la llegada de su entrenador personal.

La enfermedad de dos amigas con cáncer ha sido también motivo de especulación. “No me consta que haya sido determinante. Sí es cierto que a la familia le afectó mucho la muerte de su cuñado [Íñigo Ramírez de Haro, que escribiera una obra, Me cago en Dios, que Aguirre tildó de blasfema]”. Su círculo más próximo admite que Aguirre es otra tras su enfermedad. Su salud es buena pero no tan sólida. Tras sesiones de radioterapia y una medicación de por vida ya no es el torbellino de antes.

Es en ese entorno privado, con los amigos, donde Esperanza Aguirre deja de ser la presidenta. Disfruta con cualquier chascarrillo. Juega a las cartas, al bridge sobre todo. Y naturalmente al golf, su gran pasión, un deporte en el que es una acreditada practicante. Alterna el elitista club de Puerta de Hierro de Madrid (donde suele coincidir con su amiga Carmen Cazanga) con el campo en Naturavilla, en Cebreros (Ávila), donde coincide con el exministro Ángel Acebes. ¿De dónde saca tiempo un político para ser un buen jugador de golf? “Es buena jugando al golf por la misma razón por la que es buena en política. Porque consigue lo que se le mete en la cabeza. Porque es muy perfeccionista y tiene una fuerza de voluntad fuera de lo normal”.

Sus fieles la puntúan muy alto y sus detractores muy bajo, la presidenta no admite el término medio

Aparte del golf, las conversaciones, las cartas, juega al pádel y da largos paseos, otra de sus aficiones favoritas. Y en todas las situaciones se mezcla con la gente, un territorio donde tiene un descaro imbatible. Porque es su naturalidad la que le permite adaptarse sin problemas a cualquier escenario, sea público o privado, lo cual a veces provoca un gran desconcierto. Es así como, aprovechando un acto público, decide cambiar de improviso el itinerario de la comitiva para irse a comprar algo a un establecimiento: antes que otras celebridades, hizo gala de vestir ropa de Zara. Los fotógrafos han tenido en ella una gran cómplice: se vestía de chulapa, tomaba el pico y la pala, se colocaba un maillot ciclista, montaba en bicicleta o se subía a una piragua. Ella estaba dispuesta al no va más con tal de ocupar la portada: por ejemplo, cantarle el cumpleaños feliz a Rubalcaba.

Una naturalidad (o un populismo) que conforma un estilo de hacer las cosas. Por ejemplo, a la hora de nombrar a altos cargos, algunos por teléfono y en medio de interferencias, como fue el caso de Juan José Güemes, que llegó a la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol, sabiendo que le habían nombrado consejero pero no de qué cartera, y pudo enterarse por la prensa de que había sido de Empleo y Mujer. O Santiago Fisas, a quien quiso sacar de la empresa privada para ser consejero de Cultura y Deportes. Lo hizo por teléfono. “Pero tú y yo no pensamos lo mismo sobre algunas cosas”, le dijo Fisas. “Por eso te nombro”, contestó ella. Algunos consejeros recién nombrados se llevaron sorpresas inesperadas. La presidenta había impuesto también a sus principales colaboradores. A su viceconsejero, por ejemplo. O a su secretaria.

Para las reuniones de Consejo, Esperanza Aguirre no necesitaba conocerse los temas. Preguntaba al consejero hasta el agotamiento. Y si no tenía argumentos en contra, terminaba la discusión con un terminante “Pues no lo veo”. Ya en su biografía autorizada (La Presidenta, editorial La Esfera de los Libros), Esperanza Aguirre reconoció: “Saqué muchas matrículas estudiando poco”. Su descaro la permitía tomar cualquier decisión por encima de los técnicos, como cambiar el color de las paredes de la recepción de un hospital.

Se estaba convirtiendo en una amenaza de corriente de opinión en el PP. Cada vez le resulta más difícil seguir a Rajoy

Y, naturalmente, las destituciones. Dicen que Esperanza Aguirre se mueve por un sistema de lealtades y deslealtades. Y llega a ser cruel si entiende que alguien se ha movido de su sitio. Así han ido cayendo destacados consejeros como Manuel Lamela, que protagonizó en Sanidad la polémica investigación sobre las sedaciones en el hospital Severo Ochoa de Leganés, pero de quien finalmente sospechó que era un hombre de Rajoy. La misma razón (y alguna otra más) está detrás del cese de Alfredo Prada, que llegó a ser vicepresidente y consejero de Justicia, a quien destituyó por teléfono cuando este salía del Teatro Real tras asistir a una noche de ópera con su mujer. Hay testigos que recuerdan esa escena y a un Prada lívido y sin reaccionar por unos segundos, oyendo las palabras de la presidenta. Otros se fueron un minuto antes, como Güemes. Era El Niño para Esperanza, pero su carrera cayó en picado cuando se inclinó por Rodrigo Rato en la batalla por la conquista de Cajamadrid y no por Ignacio González, su fiel compañero de vida política desde que se conocieron en el Ayuntamiento de Madrid, su cerebro en la sombra, el malo de la película en el Gobierno de la Comunidad. Y, finalmente, Francisco Granados, que tiene en su haber el dudoso honor de haber sido destituido dos veces.

Granados cesa del Gobierno autónomo y más tarde del cargo de secretario general del partido en Madrid. Y aunque la trayectoria de Granados es larga, también a su alrededor aparece la sombra de Rajoy. El primer cese parecía anunciado. Generalmente, Esperanza le convocaba a cualquier reunión fuera de agenda por teléfono, a través del móvil. Esta vez fue María José, la secretaria de la presidenta, quien le convocaba. Aguirre no se anduvo por las ramas: “Creo que eres la persona indicada para ser el portavoz de la Asamblea”, le dijo. “Creo que no”, contestó Granados. “Sabes que eso significa que te puedes quedar fuera del Gobierno”, respondió ella. “Eso significa que ya estoy fuera”, sentenció él. Granados se quedó como secretario general del PP de Madrid, pero no duró tampoco demasiado tiempo. Minutos antes de un comité directivo en la sede de Génova, le llamó a su despacho sin previo aviso: “Paco, he perdido la confianza en ti”. Granados se quedó en blanco. Mientras se producía esa conversación, una secretaria introducía un nuevo punto en el orden del día del comité: “Nuevos nombramientos”.

Naturalmente, uno de los ceses que siguen siendo recordados por su peculiaridad fue el de la exministra Elena Salgado cuando era directora de la Fundación Teatro Lírico (y por extensión del Teatro Real) recién nombrada Esperanza Aguirre como ministra de Educación y Cultura: “Elena, siento decirte esto porque nuestros hijos van al mismo colegio, pero el secretario de Estado me ha dicho que no puedes seguir en el cargo ni un minuto más”. Implacable, con un toque de distinción, fue Esperanza en aquel caso, que no tuvo consecuencias (Salgado llegó a ser vicepresidenta del Gobierno) como tantos otros (Lamela y Prada siguen con Rajoy mientras Granados espera su oportunidad) porque el juego de la política está repleto de segundas y terceras oportunidades.

Pero fuera de la política es otra cosa. Hay médicos del caso Leganés a los que esa polémica cambió su vida profesional. O el ejemplo de Coral Palomeras, según la hemeroteca el primer caso de destitución provocado por Esperanza Aguirre. Ella, recién nombrada concejal de Medio Ambiente de Madrid, mal asesorada pero ya impetuosa, anunció a bombo y platillo que en Madrid no habría más podas de árboles. Dicho y hecho. Pero, días después del anuncio, en el parque del Retiro se procedió a podar tres plátanos, noticia que motivó el cese inmediato de la responsable de Jardines Históricos del Ayuntamiento de Madrid, Coral Palomera. Aquello sucedió en 1989 y hoy Coral está jubilada: “Aquello destruyó mi carrera profesional. Fui dando tumbos en el Ayuntamiento por estar bajo sospecha”. Coral tenía 43 años y recuerda: “Estaba enamorada de mi cargo y de mi profesión, porque era una de las pocas ingenieras agrónomas que había en España”. “En lo personal”, dice ahora, “no odio a Esperanza Aguirre. Pero aquello fue muy doloroso. Ella tomó una postura arrogante. Me he jubilado en un puesto en el que no tenía nada que hacer”.

A la presidenta no le tiembla el pulso. Porque es en su manera de ejercer el poder donde no solo ha desarrollado un estilo de hacer política, sino también un liderazgo ideológico dentro de la derecha española sobre el que, sin embargo, no existe una unanimidad a la hora de calificarlo. ¿Es Aguirre fiel representante del liberalismo español? ¿Está más próxima al thatcherismo? ¿O es un exponente del nuevo neocapitalismo conservador refugiado en las tesis del Tea Party? ¿Dónde se sitúa la presidenta? ¿Podría establecerse un paralelo entre Aguirre y Merkel?

Sobre esas cuestiones hay disparidad de criterio entre los propios columnistas del centro-derecha. Uno de los más acreditados es el economista Pedro Schwartz, a quien se le considera el mentor de Aguirre. En su artículo en la Tercera Página del diario Abc, escrito tras el anuncio de dimisión y titulado Modelo de gobernantes liberales, Schwartz reconoce que el ambiente intelectual donde se movía Esperanza Aguirre en su juventud “no la predisponía hacia una filosofía liberal”. Schwartz destaca dos momentos de transformación, una visita a sus cuñados en la Embajada de España en la Rumanía de Ceausescu durante el viaje de novios, y la lectura de The Economist durante su preparación para opositar al cuerpo especial del Ministerio de Información y Turismo. Esos dos hechos y unas lecturas posteriores lanzaron a Esperanza Aguirre hacia el liberalismo, según Schwartz.

Sin embargo, no es eso lo que los españoles piensan de ella, ni siquiera sus partidarios, según los estudios sociológicos. El de Aguirre es un tipo de liderazgo que no tiene parecido con el resto de protagonistas de la clase política. Sus fieles la puntúan muy alto y sus detractores muy bajo. La presidenta no admite el término medio, aunque su puntuación termine en una cifra media. Lo más curioso es que quienes se declaran votantes del PP no solo le dan una puntuación elevada, sino que piensan que ella está más a la derecha que ellos. Es decir, el votante del PP la sitúa en la derecha del partido, una posición que no coincide con su posición liberal. Aun así, detractores y partidarios destacan de ella su sinceridad. De Esperanza Aguirre se elogia que dice lo que piensa.

Por eso cuando regresó de vacaciones, nadie estaba al tanto de sus propósitos, máxime cuando su regreso no fue especialmente tranquilo. En el comité del partido celebrado el lunes 3 de septiembre, Aguirre protagonizó un duro pero versallesco debate en torno a la libertad condicional del etarra Bolinaga, en abierta discrepancia con el ministro del Interior. Aguirre llegó a manifestar que la decisión no la entenderían los votantes del PP y que, aunque está dentro de la legalidad, ella no adoptaría una decisión semejante. Aquella fue una bomba para un Gobierno acorralado por los mercados. Ese “yo no lo haría” lo repitió dos días después tras una reunión del comité del PP de Madrid. La presidenta había comenzado el curso con fuerza, marcando su territorio como de costumbre. Nada hacía sospechar que estuviera cerrando un capítulo importante de su carrera.

Nunca había estado tanto tiempo alejada de los focos que tanto le gustan como durante este verano. Un mes sin focos. Para eso tiene en su despacho un espejo profesional con luz para maquillarse, para obtener un acabado de los que no fallan. Un espejo, por cierto, junto a un capote firmado por Cayetano Rivera Ordóñez y una réplica del modelo de helicóptero que se desplomó al suelo cuando viajaba con Mariano Rajoy.

Sin embargo, el lunes 17 decidió mostrarse vulnerable, dejó brotar sus lágrimas, que el rímel tiñera sus mejillas, que la voz se le quebrara aun antes de pronunciar la palabra dimisión. Ninguno de estos detalles escapa a la presidenta, que gestiona de forma muy personal su imagen. De hecho, un exconsejero recordaba estos días aquella famosa época en la que Aguirre, ministra de Educación, parecía haberse convertido en una colaboradora del programa Caiga quien caiga. “Quien piense que ella fue víctima de aquel programa que la convirtió en un personaje popular, se equivoca. Recuerdo un acto que acabábamos de terminar y en el que debíamos de irnos al aeropuerto, a riesgo de perder el avión, y cómo ella nos dejó tirados cuando llegó a sus oídos que en los alrededores estaban los del programa. Fue ella la que los buscó y no al revés”.

Tras el verano, algo debió cambiar en el entorno de la presidenta. Alguno de sus excolaboradores habla de un cansancio político respecto de la gestión del Gobierno central. “Como es una persona que se mueve por lealtades, nota que cada vez le cuesta más ser leal con la política del Gobierno. Cada vez le resulta más difícil seguir a Rajoy”. Flota la sensación a su alrededor de que esperó la decisión afirmativa sobre el caso Eurovegas (donde nunca se ha sentido suficientemente respaldada por el Gobierno) para dejar el asunto resuelto y darle carpetazo a su mandato. También hay versiones según las cuales es el caso Eurovegas el detonante de su dimisión ante una posición encontrada con el Gobierno.

Subir los impuestos. Subir el IVA. Muchas decisiones del Gobierno de Rajoy no son del agrado de la presidenta. Y muchas de sus indecisiones. Una vez que fracasó su asalto al poder en el congreso de Valencia (había incluso un eslogan preparado para ella, “Es PP”) y que volvieran a chocar con el candidato a la presidencia de Cajamadrid (Rajoy puso a Rato porque no quería a Ignacio González en ese puesto), Aguirre se estaba convirtiendo en una amenaza de corriente de opinión dentro del partido. Sus exégetas se apresuran a glosar la herencia Aguirre en Madrid, donde no acaban de cuadrar las grandes cifras de la Comunidad: parece que esa locomotora impetuosa de los años de la burbuja se había gripado hace ya algún tiempo. El clima social en Madrid se está volviendo irrespirable.

Aguirre no ha terminado de marcharse, pero acaba de abrir la lucha por su sucesión. Aunque quiso controlarlo todo (un aspecto poco liberal de su naturaleza, por cierto), desde Telemadrid hasta Cajamadrid pasando por la Cámara de Comercio o cualquier institución que se precie, no puede impedir que se desate la batalla por el poder. Madrid ha sido el epicentro del caso Gürtell, que ha tocado a consejeros suyos y alcaldes, además de algún alto cargo del PP nacional. Madrid ha sido también escenario de casos de espionaje político desconocidos en otros lugares, algunos de los cuales ha implicado de una u otra forma a Ignacio González.

Madrid es ciudad con larga tradición de conspiraciones. No hay partido y político ajeno a ellas. Y tampoco Esperanza Aguirre, que llegó a la presidencia tras el Tamayazo, que obligó a repetir unas elecciones que había perdido. Todavía hay quien recuerda ciertas escenas en su despacho. Ella, tumbada en un sofá, tapada con una manta para ocultar que se había bajado los pantis hasta la rodilla, mientras planeaba la estrategia para una reunión con Rajoy. Ignacio González hacia de Rajoy malo y Francisco Granados interpretaba a un Rajoy bueno.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/21/actualidad/1348255442_988611.html

2.HUÉRFANOS SIN ESPERANZA

Esperanza Aguirre es de esos políticos que cuando se retiran dejan muchos huérfanos que quedan desconsolados, desamparados y despistados.

Durante años había engordado su entorno (político, mediático y electoral), había hecho crecer el PP de Madrid hasta convertirlo en la organización más potente de todo el partido y se había convertido en el referente de la crítica a Mariano Rajoy. Por eso, la idea más extendida entre los dirigentes populares es que su retirada supone, paradójicamente, un grave problema para el presidente del Gobierno, sobrado ya de frentes abiertos. La máxima de “enemigo (o adversario) que huye, puente de plata” no es aplicable ahora a la expresidenta de Madrid y a Rajoy, según argumentan en la sede de la calle de Génova.

Uno de los símiles utilizados es el futbolístico: los defensas prefieren hacer frente a un delantero clásico, referente en el ataque del otro equipo, que a una oleada de centrocampistas que se acercan al área de forma desordenada. Es decir, Rajoy y sus fieles tenían localizado e identificado el foco de la heterodoxia del partido, que ahora queda sin líder que les marque el camino. La enorme maquinaria de poder en que Aguirre convirtió el PP de Madrid, con casi 100.000 militantes, queda sin control, sin referente que les guíe. Otros posibles focos de crítica interna tienen menos fuerza o han quedado desactivados. Por ejemplo, Jaime Mayor Oreja, acompañado siempre de gran aparato mediático y de cohorte de hooligans fieles, ha quedado tan débil en el partido como que en el PP vasco le han callado y frenado en seco en el caso Bolinaga. O José María Aznar, al que le pesa más la responsabilidad y el patriotismo de partido que el no disimulado desagrado a actuaciones de Rajoy.

Dudas en la dirección nacional sobre la candidatura de Ignacio González

“Corremos el riesgo de que Rosa Díez se convierta en el referente de esa crítica”, asegura un dirigente del PP, que recuerda que Aguirre cubría sectores como el de los partidarios de recortar el Estado de las autonomías. Explican que Aguirre puede mantener una cierta referencia crítica, porque, como le ocurrió en su momento a José Bono en el PSOE, es de los que nunca terminan de irse. Es el de los que se encuentran en el muy transitado camino que va del liderazgo al papel de “mosca cojonera”, sin ataduras institucionales. Solo le faltará una maquinaria de poder a su servicio y, además, sus huérfanos podrán encontrar mientras quien les cobije y dé calor. La marcha de Aguirre es también un problema para Rajoy, porque le abre en canal el frente de Madrid. El PP pierde el potente arrastre electoral de la expresidenta que, como explica uno de sus fieles, “tiene un tirón que no tiene ningún otro en el partido”. Según Metroscopia, Aguirre fijaba el apoyo al PP, con una fidelidad de voto más alta que la media en toda España, porque cubría varios sectores ideológicos.

Madrid es fundamental para el PP en las elecciones autonómicas de 2015, en vísperas de las siguientes generales y Rajoy necesita un candidato con garantías en la comunidad. Además, en el PSOE se da como seguro que la renuncia de Aguirre provoca la carambola de torcer los planes de Tomás Gómez, hasta obligarle a renunciar a sus aspiraciones en Ferraz, sin más remedio que volver a presentarse en Madrid. La incertidumbre para el PP es aún mayor porque en el Ayuntamiento de Madrid la teórica candidata será Ana Botella y es aún una incógnita como cabeza de lista.

El candidato natural, a día de hoy, es Ignacio González, próximo presidente de la Comunidad, pero las apuestas en la sede de Génova no le son favorables. Primero porque queda mucho tiempo y es imprevisible cómo será su gestión, con un perfil completamente distinto al de Aguirre. También porque, como brazo ejecutor de la presidenta madrileña, tiene cadáveres en el partido, lo que hace que algunos piensen que debía hacer como Manuel Cobo, su equivalente en el entorno de Alberto Ruiz-Gallardón, y retirarse con ella. “Lo bueno se le atribuía a Esperanza y lo malo a Nacho”, asegura un veterano dirigente que admite la eficacia de González como número dos ejecutor y con instinto (político) asesino, pero duda de que pueda ser un líder. Aguirre había conseguido imponer su disciplina en el PP de Madrid y no le tembló el pulso cuando tuvo que cortar la cabeza de Francisco Granados o las de los implicados en Gürtel. Sin un liderazgo fuerte como el de ella esa disciplina será más difusa.

En principio, lo que se espera de Ignacio González es una gestión continuista y de homenaje a su mentora, pero la historia está llena de procesos de sucesión en los que el delfín se siente obligado a poner distancia de quien le nombra. La lista de ejemplos en España de “asesinatos del padre”, aunque el sucesor sea a priori el más fiel al sucedido, es interminable: Eduardo Zaplana y Francisco Camps; José Bono y José María Barrera; José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba; José María Aznar y Mariano Rajoy... Todos ellos, con matices y diferente graduación, se han sentido en la obligación de borrar las huellas de su mentor. Si se cumple esa norma, a Rajoy se le habría abierto otro frente.

Sería un proceso de sucesión cruenta, de los clásicos que nadie ha explicado mejor que Carlos Fuentes en La silla del águila: “Si escoge al que más le debe a usted, puede tener la seguridad de que lo traicionará para demostrar que no depende de usted. Es decir: el que más le deba será el que más obligado se sienta a demostrar su independencia. En otras palabras, su deslealtad. El canibalismo político se practica en todas partes (…) El acto propiciatorio del nuevo presidente es matar al predecesor”.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/22/actualidad/1348337110_725913.html

3. LA PRIMERA DECISIÓN DE GONZÁLEZ: CONCEDER LA MEDALLA DE ORO A AGUIRRE

No era la primera vez que Ignacio González presidía la reunión semanal del Consejo de Gobierno. Pero la de este jueves no fue como las de antes. Fue especial. Distinta. El inicio de una nueva era, después de que el lunes dimitiera Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad. “No es la primera vez que he presidido el Consejo, ha habido otros en que lo he hecho y hay que destacar la normalidad. Pero esta sensación de provisionalidad si Dios quiere terminará la semana que viene… La sensación, el hecho de que Esperanza ya no esté en el día a día es de tristeza, de una cierta orfandad, pero también estoy satisfecho por el hecho de que la presidenta haya decidido lo que ha considerado lo mejor para ella y para todos. Respeto su decisión y le deseo lo mejor”, ha expresado el presidente en funciones, a la espera de su ratificación la semana que viene.

En un gesto hacia la dirigente popular y mentora de los cinco consejeros y tres consejeras del Ejecutivo, la primera medida del Consejo de Gobierno ha sido conceder la medalla de oro de la Comunidad —la máxima distinción regional— a Esperanza Aguirre “por los méritos que todos comprendemos: trabajar por los madrileños y españoles”.

La medalla que Aguirre no quiso (en 2008)

El PP reformó el 9 de junio de 2008 la normativa que regula el régimen de concesión de condecoraciones de la Asamblea solo para que Aguirre no se quedara sin su medalla de oro tres días después. El 12 de junio se celebraba un pleno extraordinario, con motivo del 25º aniversario del Parlamento autonómico, para entregar el distintivo a los exjefes del Gobirno regional —Joaquín Leguina (PSOE) y Alberto Ruiz-Gallardón (PP)—, los seis anteriores presidentes de la Asamblea y los ponentes del Estatuto de Autonomía.  

Para poder incluir en el homenaje a su jefa de filas, los populares modificaron el acuerdo que establece el régimen de concesión de las medallas. Hasta aquel momento, solo recibían la condecoración quienes habían finalizado su mandato, en reconocimiento a los servicios prestados. Aguirre iba, por entonces, por el primer año de su segundo mandato. Sin embargo, pocos minutos de que comenzara la ceremonia, Aguirre renunció a la condecoración y pidió que la entrega no se efectúe "hasta que no finalice su mandato". Es decir, ahora.

“Hay que mirar adelante, pero no tengan ninguna duda de que espero seguir hablando con mucha frecuencia con Esperanza, llevo trabajando con ella más de 20 años y no voy a renunciar a su experiencia, consejos y conocimientos”, ha enfatizado González con un punto de emoción en la voz. “Se ha tomado unos días de vacaciones, pero hablo con ella todos los días… Es una gran aficionada al móvil”, ha añadido González en una comparecencia distendida en la que un amigo, ferviente de izquierdas, le ha estampado dos besos a su llegada. Una muestra de cariño que, según la versión del hasta el lunes vicepresidente, también ha recibido desde el Partido Popular. "No recuerdo quién me llamó primero, recuerdo como 500 mensajes en el móvil pero no sé decir. No he echado en falta ninguna llamada. Desde el primer momento la inmensa mayoría de mis compañeros me han expresado su respaldo y se lo agradezco de corazón”.

Sobre la polémica montada por quién sucederá a Aguirre en la presidencia regional del partido González ha recurrido al mensaje de los últimos días: “Cuando llegó aquí Esperanza no tenía la presidencia del partido, y desde entonces lo fue y lo sigue siendo. Esa es la situación, y mientras lo siga siendo no se plantea”. En la era preAguirre, Pío García Escudero mandaba en el partido y Alberto Ruiz Gallardón en la Comunidad. Aguirre cambió esa tendencia —al igual que otros barones regionales— y en el último año allanó el camino de González dentro del PP limpiándolo de los enemigos internos de González —y ella misma— como Francisco Granados.

El punto álgido ocurrió en el congreso del pasado abril, en el que González fue nombrado por unanimidad secretario general del PP de Madrid. Si finalmente logra acaparar el poder máximo —habrá que ver si los marianistas mueven ficha—, quien suena como siguiente secretario general es Borja Sarasola.

Así se despidió Esperanza Aguirre

“Respeto mucho la posición que quieran adoptar los grupos de la oposición. Trataré de exponerles mi proyecto y punto de vista para los próximos años. Formo parte de un proyecto que se inició en 2003, participo de mismos principios y valores que ha representado de manera extraordinaria Esperanza Aguirre. Con las diferencias en los enfoques personales que se puedan hacer, las grandes líneas van a seguir así”, ha respondido ante el anuncio de PSM, IU y UPyD de votar en contra de su investidura si continúa con el “mismo proyecto continuista”. “Voy a pedirles su colaboración, la de todos, porque se pueden obtener más fáciles soluciones”, ha tendido puentes.

Otras de las medidas aprobadas han sido destinar 45 millones de euros a la extinción y prevención de incendios forestales. “Consiste en la contratación de todas las brigadas que preparan nuestros montes para evitar que se produzcan incendios”, ha matizado González, que también ha apuntado que el Gobierno está reservando suelo en Campo Real “para un posible segundo aeropuerto en la región”.

Mientras Aguirre se relajaba en Ibiza con unas amigas —voló el miércoles con Ryanair, como una turista más— tres días después de sorprender a todo el mundo, incluida Génova, con su dimisión inmediata como presidenta de la Comunidad, González daba sus primeros pasos a los mandos del Ejecutivo. Presidiendo la mesa. Con los integrantes del Gobierno, embarcados en un proceso de promoción que se resolverá la semana que viene, sin perder detalle.

González no ha desvelado los cambios que barrunta en una remodelación del Gobierno que se da por segura. Las dudas son conocer si habrá cambios cosméticos o de un carácter más profundo. “Cada cosa a su tiempo, primero el debate de investidura, luego tomar posesión y después ya formar el Gobierno. Muchos compañeros forman parte, como yo, de este Ejecutivo desde hace años… Todo el mundo es indispensable para llevarlo adelante, y todos cuentan”. González ha venido a descartar la hipotética fusión de más consejerías: “No tengo configurado el Gobierno, pero el número de consejerías lo hemos ajustado notablemente en los últimos años y creo que ya es suficiente”.

La apuesta independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha sido muy criticada por González. “No es admisible bajo ningún concepto querer cambiar un cromo que sea independencia por dinero. Mariano Rajoy lo ha dejado muy claro. No se pueden hacer planteamientos que rompen el marco constitucional vigente, y si alguien no lo quiere respetar, que lo diga claramente. No es admisible ni planteable en época de crisis o bonanza romper la Constitución. Me parece razonable que alguien quiera plantear una financiación, como Madrid. Es legítimo plantearlo, pero se debe resolver en los órganos comunes”, ha observado. Respecto a la revisión del sistema de financiación autonómica que viene reclamando Madrid —en 2013 percibirá 992 millones menos del Estado—, González ha indicado que “siguen” las conversaciones con Hacienda. “Espero que podamos concluirlas en los próximos días, cuanto antes, para tener claro el marco para el año que viene”.

También ha tenido su tiempo uno de los clásicos del último año: Eurovegas. González ha negado que peligre el proyecto con Aguirre fuera de la partida. ”No, no, los representantes de Las Vegas Sands del señor Sheldon Adelson han hecho llevar su voluntad de seguir adelante con el proyecto y yo les he trasladado que es un proyecto importantísimo para nosotros. Cuando pase el debate, la investidura y la posesión del cargo tengo prevista una reunión con los representantes de Eurovegas”, ha querido zanjar cualquier duda sobre la operación.

El presidente en funciones ha aprovechado la ocasión para dejar claras sus inclinaciones futbolísticas: “Yo soy del Real Madrid de toda la vida, desde pequeñito, lo que no quita que sea antinada, cuando por ejemplo tengo a todo el sector femenino de mi familia del Atleti. ¡Son hooligans! A partir de ahí, soy de todos los equipos de la Comunidad. El Rayo lleva muchísimos años defendiendo, con muchas dificultades, el fútbol base de nuestra región. Y el Getafe hace también una extraordinaria labor. Es un lujo para Madrid tener cuatro equipos en Primera División. Les deseo a todos el mayor de los éxitos”.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/20/madrid/1348144119_681350.html

4. UN DIRECTIVO DE TELEMADRID GRABA UN VÍDEO QUE AGRADECE LA GESTIÓN DE AGUIRRE

Las imágenes atribuyen a Aguirre la eliminación del impuesto de patrimonio y la creación de 250.000 empleos por Eurovegas

El periodista Álvaro Santos, coordinador de Informativos Multimedia y responsable de redes sociales de Telemadrid, ha grabado un vídeo, titulado Gracias Esperanza, en el que diversos ciudadanos agradecen a Esperanza Aguirre su gestión al frente de la Comunidad de Madrid.

Las imágenes, difundidas en Youtube y por twitter, llevan sobreimpresas algunos de los logros supuestamente conseguidos por la presidenta en sus tres legislaturas al frente del Gobierno autónomo. Cita la red de colegios bilingües, la libre elección de médico y especialista, medidas tomadas por la presidenta madrileña, pero también incluye la eliminación del impuesto de Patrimonio. Este tributo, de competencia estatal, lo retiró en 2008 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -fue una promesa electoral- pues es una competencia estatal y, antes de perder las elecciones de 2011, se recuperó, pero solo para las rentas más altas.

El vídeo también incluye en los agradecimientos que Madrid tenga "la mejor red de servicios sociales" y el proyecto de Eurovegas y da por hecho que conllevará la creación de 250.000 empleos en Madrid.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/19/actualidad/1348057842_792783.html

5. EL CÍRCULO MÁS ÍNTIMO

Aguirre confió sus intenciones de dimitir a González, a su jefe de gabinete y a la directora general de Medios tras meditarlo con su familia en las vacaciones

“¡Qué sorpresa, si al final no ha habido filtraciones ni nada!”. Esperanza Aguirre abandonó la sala donde el Gobierno regional celebra habitualmente sus comparecencias bañada en lágrimas pero cruzando también alguna que otra sonrisa, como si fuera una niña traviesa, con la directora general de Medios. Isabel Gallego, a la que algunos de los socialistas madrileños de más peso definen, en una mezcla de admiración e irritación, como “la tercera persona con más poder de la Comunidad”, solo por detrás de Aguirre —hasta el lunes— y de González, se había salido con la suya. El plan había funcionado. La lideresa, su lideresa, se había despedido llevando una vez más la iniciativa. “Ha dimitido cuando ha querido y como ha querido”, resumían con orgullo en el Ejecutivo.

Un Ejecutivo compuesto por docenas de cargos de fidelidad contrastada que no fueron avisados de las intenciones de Aguirre. “Entonces quizás no hubiera sido una sorpresa, a alguien se le podría haber escapado... O directamente lo habría filtrado”, estiman en el Gobierno regional.

Un grupo selecto y diminuto, formado por tres personas aparte de la propia Aguirre, gestionó la despedida: el jefe de gabinete de Aguirre, Regino García-Badell, con el que compartió destino desde sus tiempos como ministra de Educación; González, su delfín; y Gallego, la directora de Medios de la mandataria desde 2003 (González la recomendó tras coincidir con ella, durante su etapa de plumilla en Abc, como secretario de Estado-delegado del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración). Nadie más lo sabía. Ni siquiera los otros cuatro consejeros y tres consejeras del Ejecutivo. Todos, cuando recibieron el aviso pasadas las 13.00, con menos de una hora sobre la hora H —los medios fueron convocados a la Casa de Correos de Sol a las 13.08 a través de SMS y correos electrónicos—, pensaron que tocaba cambio de Gobierno. Pero no de tales proporciones. A lo más, daban por hecho que caería un consejero. La jugada le salió tan redonda a Aguirre que Ana Isabel Mariño, responsable de Medio Ambiente, y Javier Fernández-Lasquetty, de Sanidad, llegaron a la sede del Gobierno cuando la dirigente ya había concluido su intervención.

Fue el acto final a casi 30 años en política y nueve años como presidenta de los madrileños. Aguirre había amagado con dejarlo antes de las elecciones autonómicas y municipales de 2011, pero al final se presentó y, pese a los efectos de la crisis, dobló en votos y escaños al PSM. Hasta que el par de semanas de vacaciones que se tomó en agosto con su familia la animó de una vez por todas a marcharse. “He cruzado el Rubicón, y no hay vuelta atrás”.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/19/madrid/1348010786_521891.html

6. GONZÁLEZ SOPESA MANTENER A FIGAR DE CONSEJERA Y ENLACE CON GÉNOVA

El presidente de la Comunidad ‘in pectore’ diseña la composición de su equipo con la intención de “no pisar callos” en la dirección nacional del PP

Ignacio González ha pasado 25 años a la vera de uno de los mayores animales políticos del panorama nacional reciente. Durante más de dos décadas, Esperanza Aguirre fue su mentora. En un largo peregrinaje, haciendo en muchas ocasiones del poli malo de la expresidenta de la Comunidad, González absorbió y compartió sus principios neoliberales. Encargándose de los asuntos internos del Gobierno y de las tareas más ingratas. Manteniéndose siempre a su lado. Unas veces a la sombra y, ya desde 2003, desde la primera legislatura de Aguirre a los mandos de Madrid, acaparando la atención de los focos que dejaba libres la lideresa en su posición como portavoz del Ejecutivo autonómico. Pero pese a su relación tan estrecha, a los vínculos afectivos e ideológicos, Aguirre nunca tuvo a González en sus brazos. A Lucía Figar, sí.

Amiga de la familia —la consejera de Educación y Empleo es hija del constructor Arturo Figar Velasco, accionista mayoritario de Obras Subterráneas S. A, y nieta por parte materna de Gonzalo de Lacalle Leloup, abogado del Estado—, Aguirre la vio dar sus primeros pasos. Quemar etapas, de la niñez a la adolescencia. Ingresar, con apenas 23 años, en el equipo del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar —el único líder del PP al que Aguirre respetaba sin tapujos: “Solo Aznar me impone y da miedo”, dijo—, como asesora en el Departamento de Asuntos Institucionales de su Gabinete. Haciendo piña con Alejandro Agag, el marido de Ana Aznar Botella. Llamando la atención por su trayectoria: Figar accedió en 2003, con solo 28 años, a la Secretaría General de Asuntos Sociales en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Dos años más tarde, Aguirre, que ya le tenía echado el ojo, la fichó en 2005 para la arena de la política madrileña como responsable de la Agencia para la Inmigración de la Comunidad, recién creada y con rango de consejería. De acuerdo con los golpes de efecto con los que sorprendía al personal y provocaba el enfado de la oposición, Aguirre reveló el nombramiento de Figar durante el debate del estado de la región. Tras esconder a la joven promesa en un despacho, lejos de las miradas indiscretas.

Dos legislaturas y media después Figar, una de las preferidas de la ya expresidenta, se terminó convirtiendo en una rival muy a tener en cuenta para González, sin padrinos de tanto peso en la cúspide de Génova. En el mismísimo sancta santórum del Partido Popular. Consciente de los hilos que maneja Figar —descubierta en su día para la política por Eduardo Zaplana, exministro de Aznar, y casada con Carlos Aragonés, reconocido fontanero aznarista—, el presidente en funciones de la Comunidad ya anda configurando los integrantes de su futuro Gobierno buscando la manera de no provocar más recelos en su partido. “En definitiva, no pisar callos”, exponen en el PP. Mantener a Figar como consejera contribuiría a una transición sin más turbulencias de las ya existentes. La estrella que pareció que iba a convertirse finalmente en la elegida perdió gran parte de sus opciones el año pasado. Por estas fechas. Su gestión de las protestas que hace un año sacaron a miles de profesores en lo que se dio a conocer como la marea verde le pasó factura. La no renovación de más de 3.000 profesores interinos debido al aumento del horario lectivo del resto del profesorado de secundaria en dos horas —según Figar permitiría ahorrar 80 millones de euros— fue el origen de una bronca que al Ejecutivo se le fue de las manos.

El que cada vez gana más enteros para ascender en el Gobierno de Madrid es Salvador Victoria. El consejero de Asuntos Sociales guarda una relación excelente con González. Por algo fue su viceconsejero en la cartera de Vicepresidencia —y secretario del Consejo de Gobierno—, hasta que en 2011 fue premiado con una consejería. “Lo más lógico y razonable es que quien mejor conoce en un momento tan difícil la Comunidad asuma las riendas”, dijo, en un claro alegato a favor de González, por la mañana en la cadena Ser. La recompensa a su fidelidad podría ser la cartera de Presidencia y Justicia... O sustituir a González como vicepresidente. Y ser formalmente el número dos del delfín que aspira a ser el rey de Madrid.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/19/madrid/1348010474_816482.html

7. FUTUROS PARA UNA EXPRESIDENTA

Aguirre, que ha pedido reincorporarse como funcionaria, dispone de un puesto vitalicio en el Consejo Consultivo por el que cobraría casi como de presidenta

Esperanza Aguirre ya no es presidenta de la Comunidad de Madrid ni siquiera formalmente. Ayer, tras el anuncio del lunes que dejó boquiabiertos incluso a algunos de sus colaboradores más cercanos, presentó su carta de dimisión en la Asamblea de Madrid para que su “renuncia se haga formalmente efectiva”. Y se conoció cuál podría ser su futuro inmediato: la reincorporación a su puesto de funcionaria de Turismo del Estado, un cuerpo de trabajadores al que su Gobierno empezó a recortar prestaciones mucho antes de que se lo planteara Mariano Rajoy. Pero, si cambia de opinión, tiene otros destinos posibles.

 Por haber ejercido de presidenta de regional durante dos legislaturas y media, Aguirre tiene derecho a un puesto vitalicio en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, con una retribución que apenas difiere de la actual.

Fiel a su desparpajo, la expresidenta Aguirre llegó a decir que no sabía ni lo que cobraba, tras las distintas reducciones que aplicó a altos cargos al tiempo que recortaba las nóminas de los trabajadores. El sueldo asciende a 89.243 euros anuales de retribución básica, según los presupuestos de 2012. Y un consejero permanente del Consultivo, que es un puesto reservado exclusivamente a los expresidentes del Gobierno regional, percibe la misma cantidad que un consejero del Ejecutivo: 87.440 euros anuales, apenas 2.000 euros menos.

La expresidenta puede optar a esa retribución y a ese puesto, pero con restricciones. El Consejo Consultivo es el órgano que emite dictámenes —a veces vinculantes y otras no— sobre normativas o convenios a petición del Gobierno regional. Una silla en ese organismo es incompatible con un trabajo en la Administración pública. Si Esperanza Aguirre se reincorpora al puesto de funcionaria que dejó aparcado hace 30 años al iniciar su carrera política, perdería temporalmente el derecho al puesto de consejera, al que se puede incorporar “en cualquier momento”, según la Ley Reguladora del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, aprobada en 2007.

La expresidenta es funcionaria del Estado del Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, anunció ayer en una entrevista en RNE que tiene intención de volver a su puesto. “Me dijo que se ponía a mi disposición y le dije que era todo un lujo del que no podemos prescindir”, señaló Soria.

Su remuneración mensual como funcionaria dependerá de los distintos complementos que perciba y del lugar exacto que ocupe en el organigrama. Lo que sí ha acumulado en todos estos años de carrera política son los trienios por antigüedad. El Estatuto Básico del Empleado Público recoge la situación de “servicios especiales” cuando un funcionario ocupa un cargo público. Durante ese tiempo, “se le computará a efectos de ascensos, reconocimiento de trienios, promoción interna y derechos en el régimen de Seguridad Social que les sea de aplicación”, dice la normativa.

Si se reincorpora a la función pública, experimentará en carne propia algunos de los recortes que ella avanzó para los funcionarios y empleados públicos regionales y que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprobó para todos los trabajadores del sector público el pasado julio. Aguirre no tendrá paga extraordinaria de Navidad este año. El Ejecutivo de Rajoy redujo también los moscosos, los días de libre disposición y los derechos por incapacidad temporal, el dinero que se percibe durante una baja laboral.

Solo uno de los tres expresidentes regionales, Joaquín Leguina, es miembro del Consejo Consultivo en la actualidad, según consta en la web del organismo. El antecesor de Aguirre, su enemigo y compañero de partido Alberto Ruiz Gallardón, no entró en el Consejo Consultivo. Se marchó de la Comunidad para convertirse en el alcalde de Madrid y de ahí dio el salto en esta legislatura como ministro de Justicia del Ejecutivo de Rajoy.

El sillón de consultor en el Consultivo es incompatible con cualquier cargo o empleo en la Administración pública, “salvo los de carácter docente”, según la normativa citada, que también especifica que ambos pueden incorporarse “en cualquier momento” con un requisito: “previa declaración de no estar incursos en causa de incompatibilidad”. Sus trayectorias paralelas son un fiel ejemplo de las vueltas que da la vida. Quizá algún día, ambos se sienten en la misma mesa para dictaminar sobre las leyes y decisiones de un futuro presidente (o presidenta) regional.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/18/madrid/1348000818_854830.html

8. UN HEREDERO TODOPODEROSO BAJO SOSPECHA

Aguirre lega la presidencia a Ignacio González por los servicios prestados durante 25 años

En la accidentada carrera por la sucesión, siempre empujó para caer de pie. Ignacio González González (Madrid, 1960) se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma, ganó una plaza por oposición en el Ayuntamiento de Madrid como técnico superior a los 24 años y casi desde entonces se dedica en exclusiva a Esperanza Aguirre, su “jefa” de siempre.

Lleva González media vida a la sombra de la líder del PP y en este tiempo ha conseguido ser la mano derecha y la izquierda de la presidenta; el rostro antipático del poder madrileño frente a la dirección nacional del partido y el tentetieso al que sacudían desde Génova 13 para desprestigiar a Aguirre. Nunca lograron derribarle del todo porque su contrapeso era Esperanza. Ahora le toca volar solo.

Tras los múltiples servicios prestados, Aguirre lega su puesto a González por casi tres años (hasta mayo de 2015, fecha de las próximas elecciones autonómicas), un regalo político mayúsculo para curar pasadas decepciones y pagar algunas deudas pendientes.

González se sabe el trabajo de memoria, lleva ejerciéndolo desde noviembre de 2003, cuando Aguirre ganó a la segunda intentona la presidencia autonómica. “En el Gobierno de la Comunidad de Madrid no se mueve un papel ni se aprueba un gasto importante sin permiso de Ignacio González. En el partido, quita y pone alcaldes, decide listas y mueve a su antojo a los ejecutivos. Siempre ha sido así, hasta cuando no era secretario general del PP”, coinciden cargos y ex altos cargos autonómicos.

Su control es tan estricto que llegó a imponer un sistema de comunicaciones casi clandestinas entre los consejeros a través de teléfonos prepago que caducaban a los 15 días, según algunos usuarios del peculiar procedimiento. Vive González obsesionado por saber quién encargó a una agencia de detectives que le siguiera durante un viaje que hizo a Cartagena de Indias (Colombia) y arremete con demandas judiciales contra cualquier periodista que difunda informaciones donde se ponga en duda su honorabilidad. Antes creía que un constructor despechado pudo pagar a los detectives, ahora sospecha que los espías andaban muy cerca de su despacho.

En el juego de las amenazas, cuenta un exconsejero, Ignacio González es un “tahúr casi invencible”. Cuando desde la dirección nacional del PP, a través de su extesorero Álvaro Lapuerta, insinuaron prácticas de espionaje por parte del Gobierno de Esperanza Aguirre y se abrieron investigaciones internas para depurar responsabilidades, González respondió con una jugada cargada de riesgos, según explicaron a este periódico dirigentes del PP conocedores de la maniobra. González difundió informaciones que implicaban a dirigentes nacionales del PP en supuestas presiones para que la Comunidad de Madrid adjudicase varios contratos a empresas que simpatizaban con el PP o eran propiedad de cargos del partido. En Génova entendieron el mensaje, cerraron la investigación interna y olvidaron el caso. González ganó esa partida.

En aquel caso del espionaje político a Manuel Cobo y Alfredo Prada, adversarios de Aguirre dentro del PP, cargos del Gobierno regional apuntaron a González como autor intelectual del ilegal enredo, pagado con fondos públicos de la Comunidad de Madrid y ejecutado, según las pruebas periciales que obran en el sumario, por asesores de la consejería de Interior que cobraban sueldos muy elevados.

Pero el defenestrado fue Francisco Granados, que fichó a los tres ex guardias civiles que supuestamente espiaron. En solo unos meses, Granados dejó de ser consejero de Interior y secretario general del PP para diluirse, como otros, en el anonimato de un escaño en el Senado.

En el campo de batalla de las conspiraciones internas y de las luchas domésticas por el poder, Ignacio González es el más temido, el más odiado y el más poderoso de cuantos han revoloteado alrededor de Aguirre. Nadie ha tenido tanta confianza con la presidenta ni influencia sobre las decisiones que tomaba.

Sin preparación financiera suficiente para dirigir un banco, González aspiró en 2010 a la presidencia de Caja Madrid, trabó pactos con otras fuerzas políticas para tumbar a Miguel Blesa y asegurarse su elección para un puesto que le iba a permitir multiplicar su sueldo por 25.

Aguirre, partidaria acérrima en teoría de la “despolitización de las cajas”, apoyó con entusiasmo aquella operación política para poner a su leal escudero al frente de la cuarta entidad financiera del país, pero a última hora se rindió a Rodrigo Rato, el favorito de Rajoy, para evitar una crisis mayor en su partido.

Ignacio González se quedó compuesto, desganado y sin el goloso cargo al que aspiraba y para el que trabajó. En aquel momento, el sólido matrimonio político que formaba con la presidenta se descosió sin llegar a romperse.

Dos años antes, González se había partido la cara por Aguirre mirando a los ojos de Rajoy. En pleno proceso precongresual, tras la dolorosa derrota del PP en 2008, Ignacio González acudió a la Ejecutiva con su discurso escrito: “No debemos caer en el oportunismo cortoplacista y acomplejado, o en pensar que hay que parecernos a nuestros adversarios, ser su segunda marca en los planteamientos ideológicos o tener complejos de falsa progresía”. Desde entonces, el todopoderoso vicepresidente de la Comunidad de Madrid se convirtió en un apestado en la séptima planta de Génova 13. Rajoy lo sacó de la Ejecutiva tras ganar el Congreso de Valencia, en la primavera de 2008, y no le devolvió el puesto hasta febrero pasado, cuando ya era inocuo para su inmenso poder.

González será más que probablemente dentro de dos semanas el cuarto presidente de la Comunidad de Madrid, el único que llega al puesto sin ganar unas elecciones. Será un presidente bajo sospecha y pendiente de los juzgados. En uno de ellos se dilucida quién le espió y por qué; en otro se investiga quién ordenó espiar desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid a adversarios de Aguirre dentro del PP; en otro se decide si hay condena para el periodista que difundió el vídeo que demostraba el espionaje del que fue víctima.

El ático de lujo del que disfruta los fines de semana en Marbella (Málaga) también sigue bajo sospecha. Está a nombre de una empresa especializada en ocultar la identidad de sus verdaderos dueños para facilitar fraudes fiscales y González paga a esa firma sospechosa 2.000 euros al mes desde hace cuatro años. La investigación del sospechoso ático acabó con dos cargos policiales destituidos (uno de ellos un comisario general). Los contrapesos de González siguen siendo poderosos.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/17/actualidad/1347915862_419976.html

9. “HE TENIDO UNAS CONVERSACIONES MUY ENTRAÑABLES CON RAJOY Y COSPEDAL”

"Tengo el apoyo de la dirección del partido y de mis compañeros", asegura el sucesor de Aguirre

Ignacio González (Madrid, 51 años) se ganó la confianza de Esperanza Aguirre tras un largo periplo de 25 años en los que siempre se mantuvo a su lado. Después de estar a prueba durante más de dos décadas, el presidente en funciones de la Comunidad y secretario general del PP regional busca consolidar su posición en Madrid y en el seno del partido, donde provoca sentimientos encontrados. No lo tendrá fácil. O, mejor dicho, no se lo pondrán.

Pregunta. ¿Hasta qué punto tiene amarrado ser el sucesor de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid?

Respuesta. Yo no tengo que amarrar nada, tengo el apoyo de la dirección del partido y de mis compañeros, a los que estoy profundamente agradecido. Asomo esta responsabilidad contando con su apoyo.

P. ¿Se ve como el candidato de su partido en las elecciones autonómicas de 2015?

R. No pienso ahora en eso, solo en que soy presidente en funciones y vamos a hacer el proceso de investidura y vamos a formar el Gobierno. La prioridad es hacer frente a la difícil situación que tiene nuestro país. Aunque la Comunidad de Madrid tiene mejores condiciones que otras, tenemos que contribuir a salir de la crisis cuanto antes y a seguir con la senda de prosperidad, progreso y bienestar que conseguimos en los últimos años.

Aguirre no me ha designado sucesor porque no le corresponde

P. ¿De veras se siente arropado por La Moncloa y por Génova? ¿Qué le han dicho el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y María Dolores de Cospedal en su calidad de secretaria general del PP nacional?

R. Los dos me han transmitido su apoyo y confianza…

P. ¿Tanto Rajoy como Cospedal?

R. Sí, los dos, y yo se la agradezco de todo corazón. He tenido unas conversaciones muy entrañables, amables y extraordinarias.

P. El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha subrayado que usted solo es por ahora el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid y que corresponde a la Asamblea de Madrid y al PP, tanto regional como nacional, elegir “al nuevo presidente o presidenta” de la región. “Yo no sé si Aguirre ha designado sucesor”, ha llegado a decir.

R. Vamos a ver, evidentemente, yo soy ahora presidente en funciones. Y Aguirre no me ha designado sucesor porque no le corresponde hacerlo. Otra cosa es que haya tenido unas palabras muy cariñosas hacia mi persona y mi valía de que pueda responsabilizarme de la gestión de esta comunidad, cosa que le agradezco. Dicho esto, es verdad que lógicamente le corresponde al partido y al grupo parlamentario proponer y apoyar al candidato. Y eso es lo que se ha producido.

P. Ana Botella se ha mostrado partidaria por la celebración de un Congreso para elegir al nuevo presidente del PP de Madrid. Usted fue nombrado en el congreso del PP madrileño de abril secretario general a propuesta de la propia Aguirre, que en su despedida dejó claro que se mantendrá de momento como presidenta del PP regional y que lo dejará cuando estime oportuno.

R. En relación con el partido la situación está clara: Esperanza Aguirre sigue siendo la presidenta, todo sigue igual. Ella ha expresado su de seo de que no haya bicefalia, así lo ha sugerido, y en algún momento tendrá la intención de dejarlo. En el momento en que eso se pueda producir, el partido se podrá en marcha según prevean los estatutos. Y será el partido quien determine el nuevo presidente, haya o no otra alternativa. Los órganos del partido se pronunciarán como corresponde. Pero insisto: hoy por hoy Aguirre sigue siendo la presidenta.

Quiero que Madrid marque el camino contra la crisis como se ha hecho en estos años.

P. La normativa les da tres semanas de plazo máximo para investir al nuevo presidente, una vez registrada la dimisión en la Asamblea de Madrid. ¿Por qué van a celebrar finalmente el debate de investidura y la toma de posesión la semana que viene? ¿Las prisas se deben únicamente a la proximidad de la conferencia de presidentes autonómicos del 2 de octubre?

R. No se está acelerando ningún trámite, hay unos plazos máximos, pero no unos plazos mínimos. Lo que procede es que este proceso se haga cuanto antes, dentro del respeto a los plazos, para terminar cuanto antes con la situación de interinidad o de transición como la que tenemos.

P. ¿Pretende efectuar muchos cambios entre los consejeros o es partidario de una transición más suave y hacerlas más adelante?

R. No he pensado todavía nada con relación al Gobierno, lo haré cuando toque. Ahora lo que toca es el trámite de la investidura, y en eso estamos.

P. Se supone que anunciará los probables cambios una vez que tome posesión.

R. El jueves que viene es la investidura y el acto de toma de posesión será probablemente al día siguiente…

P. O sea, que el viernes anunciaría la remodelación de Gobierno, en el que alguien nuevo tiene que entrar forzosamente ocupando su lugar, a no ser que fusione algunas consejerías.

R. Puede ser.

P. ¿Cuál es el principal reto que afronta? ¿El recorte en 2.000 millones en los presupuestos de 2013?

R. He formado parte del Gobierno de Esperanza Aguirre los últimos nueve años y del proyecto político que el Partido Popular de Madrid viene desarrollando. Y yo los voy a seguir desarrollando, y aplicando los principios que hemos defendido tanto. Los principios ideológicos y programáticos van a marcar la impronta de la gestión que vamos a llevar a cabo, porque sigo formando parte de ese proyecto. El reto es hacer compatible una situación de crisis económica con el mantenimiento de unos servicios públicos de calidad en una comunidad que tiene que seguir siendo un referente a nivel nacional. Quiero que Madrid marque el camino contra la crisis como se ha hecho en estos años. Nos adelantamos a hacer recortes, hemos reestructurado el presupuesto este año [un recorte de 1.045 millones] para cumplir con los objetivos de déficit del 1,5%, y seguiremos en esa dirección para volver a generar empleo, que es lo que España necesita.

P. ¿Logrará que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acepte revisar el sistema de financiación autonómica por el que Madrid dejará de recibir 992 millones el año que viene?

R. Ya lo hemos dicho y seguiremos haciéndolo. Creemos que el modelo de financiación es un mal modelo, que impuso en 2009 el Partido Socialista fruto de los pactos políticos del señor Rodríguez Zapatero, fundamentalmente con Cataluña y para beneficiar a las comunidades que gobernaban, especialmente Andalucía. Hay que revisar el modelo cuando toque pero entendemos que a la hora de hacer el cálculo de los ingresos para el año que viene no se corresponde con los ingresos que genera la Comunidad de Madrid ni con su peso y actividad económica. Pensamos que habido algún error a la hora de hacer esos cálculos y que se tienen que revisar. Lo estamos hablando con el Gobierno de España.

P. ¿Cómo sustituir a alguien aparentemente insustituible como Aguirre?

R. Yo no pretendo sustituir o emular a la figura de Esperanza Aguirre porque es una figura irrepetible y con unas características muy singulares. Es una persona única, una líder de una referencia importantísima a nivel de Madrid y nacional, tanto para el Partido Popular como para otra gente que no milita en el PP. Vamos a tener en cuenta sus enseñanzas, principios y programas. Esperanza va a seguir siendo un referente y un apoyo. A partir de ahí, cada uno tiene sus características. Yo tengo el hecho de que formo parte de este proyecto desde hace muchísimo tiempo, tenemos los mismos principios, valores y criterios y la forma de aplicarlos a la gestión. Es mi principal activo para seguir adelante la misma senda política.

P. La sensación entre los socialistas de Madrid y los demás partidos de la oposición es que se ha abierto el melón. Que el PP no tiene asegurado gobernar en 2015.

R. Me alegro, aunque sea ahora, de que reconozcan lo que Esperanza Aguirre ha sido. Una líder que sintonizaba con la inmensa mayoría de los madrileños. Todos estos latiguillos a los que han recurrido en todo este tiempo, de que estaba con los ricos o los privilegiados de la sociedad, eran una inmensa falsedad como se acaba de demostrar con el respeto que le han reconocido en tantas declaraciones.

P. ¿Cuál es su mejor y peor recuerdo de los 25 años con Aguirre?

R. Por encima de nuestra relación política está la personal, la segunda ha sido muchísimo más importante que la otra y guardo magníficos recuerdos buenísimos. De los malos, el atentado del 11-M fue tremendo. Y en lo personal, pero relacionado con la gestión, ha habido dos momentos complicados: cuando se cayó el helicóptero en el que iban Rajoy y ella y me pilló dando una rueda de prensa como portavoz del Consejo de Gobierno, y que tuvimos que parar ante el aluvión de llamadas que no parábamos de recibir. Y luego el atentado de Bombay. No daba crédito cuando me dijeron que habían perdido la conexión con todas las personas de la Comunidad que estaban allí por el ataque e incendio del hotel en el que estaba la presidenta.

P. ¿Cree que le puede pasar factura todo el ruido a su alrededor, en forma de áticos de lujo en Marbella o espionajes varios?

R. Todo eso es una cuestión que ha quedado suficientemente aclarada. No hay ninguna circunstancia con relación a eso. Estamos aquí para trabajar y mejorar las condiciones de vida de los madrileños en tiempos tan difíciles. Eso es lo que me preocupa.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/19/actualidad/1348007160_655413.html

10. RAJOY SE MUEVE PARA LIMITAR EL PODER DE GONZÁLEZ COMO SUCESOR DE AGUIRRE

Los ‘marianistas’ intentan que González no controle el PP, aunque sea presidente regional

Después de la primera sorpresa tras la inesperada dimisión de Esperanza Aguirre, los marianistas, la mayoría muy enfrentados a Ignacio González, designado como sucesor, empiezan a moverse. Muchos de ellos confiaban en que su líder, Mariano Rajoy, vetara a González como presidente de la Comunidad de Madrid como le vetó en 2009 como presidente de Caja Madrid. Pero todas las fuentes consultadas dan por hecho que no va a ser así. Aguirre acudió a La Moncloa a decirle a Rajoy que lo dejaba y que quería que González fuera su sucesor. Y el presidente, según distintas fuentes, pese a su enemistad manifiesta con el vicepresidente de Madrid, aceptó esa decisión, aunque siempre con esa ambigüedad que le caracteriza.

No porque le parezca bien, sino porque ahora mismo no considera que sea el momento, en plena crisis económica, para dar una gran batalla en Madrid de éxito incierto, porque González es el artífice de las listas de la Asamblea de Madrid y tiene controlado el Grupo Parlamentario, con lo que el marianismo podría enfrentarse a una derrota de su candidato alternativo. Rajoy devolvió ayer la llamada esperada a González, lo que fue considerado por muchos como un gesto de autorización a su candidatura.

La situación, los movimientos rápidos del aguirrismo y la crisis económica parecen trabajar juntos para que en pocos días, probablemente el miércoles o jueves de la próxima semana, Ignacio González se convierta en presidente de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, los movimientos se suceden en la calle Génova para tratar de frenar su poder a medio plazo. La secretaria general, Dolores de Cospedal, hizo ayer una ronda de llamadas con dirigentes relevantes de Madrid y otras comunidades. De todos ellos quiso recabar su opinión sobre González —ella siempre mantuvo una relación de gran cercanía con él, aunque su enfrentamiento con el presidente les distanció— y evaluar posibles salidas a esta situación inesperada. González, mientras, daba absolutamente por hecho su nombramiento como presidente y hacía una ronda de radios para consolidar esa opción. Su mensaje era claro: Aguirre le había contado, explicó, que Rajoy le había dicho que estaba de acuerdo con que él fuera el nuevo presidente. Esta idea, repetida en público, consolidaba su opción y hacía aún mucho más difícil cualquier intento por frenarla.

Algunos marianistas siguen intentando que se vete el acceso de González a la presidencia. Pero esa tesis no parece estar triunfando. Por el contrario, el movimiento de la dirección va más encaminado, según diversas fuentes, a impedir a toda costa que González se convierta en el nuevo presidente del PP de Madrid. Esto es, que lo controle todo.

Ese movimiento político tendría un sentido: limitar su poder y preparar la siguiente batalla, la de la candidatura a la presidencia de la Comunidad en 2015. González, si estos planes funcionaran, sería presidente de Madrid de forma solo temporal, hasta que sus enemigos internos se organicen.

La operación está aún abierta. Se está fraguando y el final es aún incierto. Pero el intento de la dirección consistiría en que un congreso, no muy lejano, elija a otra persona como presidente del PP de Madrid. Aguirre, como la totalidad de los dirigentes regionales del PP, acumulaba los dos cargos. Una forma de consolidar los liderazgos de los barones regionales: son presidentes del partido y además presidentes autonómicos o líderes de la oposición.

Aguirre colocó a González como secretario general del PP madrileño y destituyó a Francisco Granados, entregando así el poder al que ya se apuntaba como su sucesor natural. El intento de Génova pasaría por colocar a otra persona al frente del PP madrileño, un experimento que ya se vivió cuando Pío García Escudero dirigía el partido y Alberto Ruiz-Gallardón presidía la Comunidad. Sobre los nombres, las especulaciones están disparadas aunque sin ninguna certeza. El que más gustaba a Génova fue siempre Lucía Figar, consejera de Educación, que sonó incluso como posible ministra. Otro de los posibles nombres es el Javier Fernández Lasquetty, consejero de Sanidad, ex secretario general de FAES y una persona muy cercana a José María Aznar pero también a Esperanza Aguirre. Pero la operación está lejos de quedar cerrada.

Desde el aguirrismo se da la visión absolutamente opuesta. Se insiste en que Aguirre, de momento, sigue siendo la presidenta del PP de Madrid y eso, dicen, ahora no es lo importante, sino nombrar al presidente de la Comunidad. Los aguirristas aseguran que tanto Rajoy como sobre todo Cospedal han mostrado en privado su apoyo a la candidatura de González, por lo que el debate les parece absurdo y hablar de lo que va a pasar dentro de tres años, con la candidatura de 2015, aún más extraño cuando nadie sabe en qué situación política se llegará.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/18/actualidad/1347999418_338021.html

11. “SOLO AZNAR ME IMPONE Y DA MIEDO”

Si se le ocurre algo, lo suelta. Si llega a la sede de EL PAÍS, la califica de “territorio enemigo”,

Desinhibida. La presidenta madrileña es una política a la que le encanta la conexión con la calle, sin el corsé de muchos de sus compañeros y sin la vergüenza para plantearse cualquier reto en la exposición de su imagen en público. Ha facilitado grandes imágenes para televisión y fotografías. Habla, además, bastante por derecho, es decir, sin tapujos, tanto en público como en privado. Su lenguaje puede llegar a ser crudo, en caliente. Si se le ocurre algo, lo suelta. Si llega a la sede de EL PAÍS, la califica de “territorio enemigo”, si se encuentra con un periodista que cree no afín le tacha sencillamente de “rojo”, si quiere despachar a un rival le adjetiva como “comunista”.

Su relación con los periodistas es directa. Con los amigos y los enemigos. Así se fraguó su accidentada entrevista con Germán Yanke en Telemadrid, previa a su sustitución, y su enfrentamiento abierto con el director de Abc, José Antonio Zarzalejos, hasta que fue relevado.

También era así hasta hace poco en las reuniones internas del PP al más alto nivel, para pavor de Rajoy y su entorno. Por cómo se expresaba sobre la excarcelación del etarra Bolinaga o sobre la subida del IVA.

Solo “temía” y le “imponía” José María Aznar, con el que apenas despachó en La Moncloa cuando era su ministra y que le daba más miedo que acudir a una recepción en la Casa Blanca o al Palacio de Buckingham.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/18/actualidad/1347925886_428460.html

12. RAJOY DICE “COMPRENDER Y VALORAR” LAS RAZONES DEL ADIÓS DE AGUIRRE

"Por supuesto que vamos a contar con Aguirre”, dice Carlos Floriano

Botella la considera 'larger than life' por su personalidad irrepetible"

Políticos, sindicalistas y empresarios recibieron este lunes con sorpresa el anuncio de la dimisión de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre. Incluso sus compañeros del Partido Popular, que de forma unánime ensalzaron sus casi 30 años de carrera política, no esperaban la decisión de la lideresa.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, emitió un breve pero muy elogioso comunicado, poco después de conocerse la noticia del adiós de Aguirre, en el que aseguró comprender y valorar “las razones de carácter personal que la han movido”, en un intento de cerrar las especulaciones sobre cualquier motivación de índole política. En la nota, el líder del PP le expresó “públicamente su reconocimiento por su enorme trayectoria” y le reiteró que “quedará siempre entre los grandes activos del PP”.

Los barones populares se sumaron a la cascada de elogios que el partido dedicó a Aguirre. El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, destacó el “buen hacer” de la todavía presidenta madrileña y sobre todo su trayectoria como “referente ideológico”, mientras que su homólogo en Extremadura, José Antonio Monago, ensalzó “su huella tremendamente positiva”. También los presidentes de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, Dolores de Cospedal y Alberto Fabra, subrayaron la figura política de Aguirre. “Es y seguirá siendo un referente en toda España”, señaló la número dos del PP.

El candidato a la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, le agradeció ayer su “entrega”. Más emotivo fue el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, que aseguró que le daba “pena” la marcha de Aguirre, pero que la comprendía porque “estar en política quema mucho”.

Y en un tono más personal, el expresidente del Gobierno José María Aznar telefoneó a la que fuera ministra de Cultura y Educación durante su primera legislatura para expresarle su “apoyo”, “respeto” y “comprensión”.

Uno de los comunicados más extensos fue el de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que destacó de su “compañera y amiga” “su valentía, su esfuerzo y su falta de complejos a la hora de defender sus ideas y valores”.

El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, afirmó que estaba “orgulloso de poder decir que soy tu amigo”, mientras que la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, en una sentida declaración, admitió que su sensación, tras el adiós de la presidenta, “es de absoluta consternación y orfandad”.

Una de las reacciones que más se hicieron esperar fue la del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, uno de sus principales rivales dentro del partido. Gallardón, que esperó a su aparición por la noche en la entrega de premios de Madridiario, valoró con “con inmenso respeto” la marcha de Aguirre. Por “motivos personales”, quiso subrayar. Aunque admitió que su relación con la presidenta había sido de “mucha intensidad”, reconoció “sus muchos años de trabajo y dedicación”.

Desde las filas de la oposición, el secretario de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, convocó ayer una rueda de prensa para valorar la dimisión de la presidenta, en la que aseguró que nunca la consideró como su “enemiga”. El líder del PSM no quiso aclarar si apoyaba o no unas elecciones anticipadas, como sí reclamó Izquierda Unida. Si bien Gómez eludió ahondar en las motivaciones de Aguirre, sí lo hicieron el diputado de IU Gaspar Llamazares y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que vieron razones políticas. “Hay un claro distanciamiento con el PP de Rajoy”, dijo Llamazares.

Mientras que desde el mundo empresarial, la patronal madrileña CEIM agradeció a Aguirre su compromiso con la generación de empleo, los sindicatos no fueron ayer beligerantes y se limitaron a expresar su sorpresa y su respeto por su decisión. Sí fue, en cambio, muy crítica la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, que manifestó que se “congratulaba” por la marcha de Aguirre porque “su actuación ha sido notablemente lesiva para el sistema sanitario publico”.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/17/madrid/1347888420_547308.html

13. MADRID, LA PROBETA DE LAS POLÍTICAS LIBERALES DE AGUIRRE

La presidenta bajó impuestos y privatizó servicios de la región

La economía de la Comunidad de Madrid no ha vivido bajo ningún paraguas durante el mandato de Esperanza Aguirre. Durante la época de vacas gordas ha crecido como la que más, pero durante estos momentos de penurias económicas se ha gripado como todas. Como prueba, la economía madrileña representaba en 2003 un 17,7% de la economía nacional y nueve años después supone un 17,9%. Se podrá decir que el hecho de que haya conservado el peso específico sobre la economía nacional se debe a que Madrid ha sido la locomotora de España, como no se cansó de repetir Aguirre los primeros años. Pero la región cuenta con el propulsor que supone alojar a la Administración General del Estado y a la sede de las grandes multinacionales.

Hay cifras para todos los gustos que sirven para argumentar que la política de Aguirre ha conducido a Madrid a mejores cotas de bienestar o para sostener todo lo contrario. Por ejemplo, el desempleo en Madrid era en 2003 algo más de cuatro puntos inferior a la media, mientras que ahora son casi seis. Sin embargo, el PIB per cápita ha crecido en este periodo menos que la media estatal. El último informe sobre crecimiento del PIB publicado por el INE revela que en el último año, Madrid fue la séptima comunidad que mejor se comportó, también fue la quinta con menos caída desde que comenzó la crisis y la tercera con la renta per cápita más alta (29.731 euros) por detrás de País Vasco y Navarra. Aunque en 2003, la distancia entre la renta por habitante de Madrid con el resto de España era mayor. No obstante, los responsables de la Comunidad de Madrid discrepaban de los métodos del INE para hacer estos cálculos.

El mandato de Aguirre ha sido desigual en el capítulo económico. Durante los primeros años (entre 2004 y 2007), los de la exuberancia, se produjo una notable expansión económica. Eran los tiempos en que la expresidenta de la Comunidad planeaba construir ocho nuevos hospitales y decenas de colegios bilingües y duplicaba las líneas de metro por toda la periferia de la capital. Un ingeniero de una de las mayores constructoras de este país, que participó en la expansión del metro, aseguraba hace unos años que el proyecto no tenía un planteamiento técnico, sino más bien político. Eran los tiempos en que el paro en Madrid estaba en el 6%, ahora roza el 19%. A pesar de ese esfuerzo inversor, Madrid mantiene la deuda más baja de entre todas las comunidades de España. Un 9,1% del PIB, frente al 14,2% de media [La deuda de Cataluña es del 22% del PIB]. Aguirre introdujo nuevas fórmulas de gestión de los servicios públicos. Adjudicaba las obras y la gestión por la que paga un canon anual durante los próximos años y así evitaba comprometer la deuda regional.

Aguirre ha mostrado complicidad con la patronal madrileña —que la idolatra— y los poderes económicos de la región, que se ha afanado en controlar. Uno de los capítulos más espinosos de su mandato fue su intento de asalto a Caja Madrid para poner de presidente a su número dos, Ignacio González, y manejar los hilos de la gran caja de caudales madrileña.

Pero si de algo se ha ocupado la lideresa es de convertir a la Comunidad en el campo de pruebas de las políticas liberales que impregnan su decálogo político. Ha impulsado privatizaciones, rebajas de impuestos, externalizado servicios, ha clamado contra los funcionarios y los sindicatos y ha sido pionera en España en liberalizar servicios, horarios comerciales entre ellos. Madrid ha sido la que más festivos permitía abrir a los comercios y la que más facilidades daba para el establecimiento de grandes superficies...

La rebaja de impuestos ha sido una de sus banderas. Aprobó una rebaja en el tramo autonómico del IRPF junto a varias deducciones, suprimió el impuesto de donaciones y rebajó al mínimo el de sucesiones, renunció al de Patrimonio y siempre ha defendido las rebajas fiscales. Por eso, lideró una dura campaña contra la subida del IVA de Zapatero en 2010.

Cuando estalló la crisis fue de las primeras políticas en poner en marcha medidas de control del déficit. Eso propició que Madrid haya sido la autonomía con menor déficit en ese periodo. Aunque en 2011 registró una desviación del 2,2% tras haber corregido la cifra inicial un par de veces. Hasta junio es la segunda comunidad, tras País Vasco, con menos desviación presupuestaria. Aguirre convirtió Madrid en la probeta de las políticas de austeridad que está aplicando Mariano Rajoy en España. Entre las medidas que aplicó está la reducción del parque móvil, disminuyó el número de altos cargos (que previamente había aumentado), redujo el sueldo de consejeros y diputados, los entes públicos. También aumentó la jornada laboral a los profesores, prescindió de interinos y eventuales, redujo liberados sindicales, recortó gastos en Sanidad y Educación y ha impulsado la privatización de Telemadrid o del Canal de Isabel II. Todo por liberalizar Madrid.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/17/actualidad/1347912703_877171.html

14. LAS METEDURAS DE PATA DE AGUIRRE

Del “hijoputa” a la pena de muerte para los arquitectos

Lo ha dicho ella misma en su despedida. De lo que menos se enorgullece de su carrera política es “de todas las meteduras de pata que habré hecho”. Y es que la relación de Esperanza Aguirre y los medios ha estado trufada de momentos difícilmente olvidables, algunos por sonoros despistes de la expresidenta, a quienes los micrófonos le han jugado muchas malas pasadas.

Alberto Ruiz-Gallardón ha sido el objeto de muchas de los deslices de la lideresa. Y el más sonoro aconteció en 2010, en plena batalla por el control de Caja Madrid tras la elección de Rodrigo Rato como su presidente. Aguirre apartó a un representante puesto por Gallardón y los micrófonos grabaron el momento en que comenta la jugada con su vicepresidente, Ignacio González: “Yo creo que hemos tenido una inmensa suerte de poder darle un puesto a IU quitándoselo al hijoputa”. Aguirre intentó aclarar que el "hijoputa" al que se refería no era Alberto Ruiz-Gallardón, como creyeron casi todos, sino a un ex consejero de Caja Madrid llamado Fernando Serrano. El objetivo final de sus invectivas, pese a estas aclaraciones, seguía siendo el mismo, pues el hombre de confianza de Ruiz-Gallardón en la comisión de Control de Caja Madrid era justamente Fernando Serrano. Aguirre decidió quitar al representante del alcalde en ese órgano para darle a Ruben Cruz (IU) su puesto, uno de los dos que le correspondían por votos al PP.

Ya en 2006, en el libro La presidenta, la biografía autorizada de Aguirre escrita por Virginia Drake y que fue revisada por el gabinete de la presidenta, se recogen varios dardos de esta al actual ministro de Justicia. La presidenta regional señala en uno de los pasajes: "Él quiere hacer creer a todo el mundo que representa al centrismo y yo, a lo más rancio y conservador de la derecha". Con esa premisa, Aguirre se despacha a gusto acusando a Gallardón de saber que los diputados regionales socialistas Tamayo y Sáenz se fugarían de la votación en la Asamblea: "La primera faena fue cuando nos enteramos de que la noche anterior al 10 de junio, él ya sabía lo que iba a pasar y no nos dijo nada".

En el libro Aguirre también deja entrever que Ruiz-Gallardón fue elegido como candidato a la alcaldía de Madrid en 2003, no por los buenos resultados que iba a obtener, sino porque había posibilidades de que perdiese la Comunidad. Según la presidenta regional, su decisión de presentarse a la presidencia del partido en Madrid provocó la siguiente situación: "Alberto estaba enfadado y comenzó a decirme que cómo se me ocurría presentarme si tenía menos votos que él. Ante su creciente indignación, decidí tomarme las cosas con mucha calma. Lo que más le molesta a Gallardón es que yo no me altere con sus amenazas. Terminó diciéndome que si yo era presidenta del partido, él no se presentaba a las elecciones de 2007".

Finalmente, en mayo de 2008, durante una protesta de empleados del Hospital Ramón y Cajal contra la política de privatización de la sanidad pública, Aguirre no pudo reprimirse y las cámaras captan el momento en que se encara con una enfermera que gritaba “¡Viva Gallardón!”.

La cultura le ha jugado varias malas pasadas. En mayo de 2006, la presidenta regional acompañó a los Príncipes de Asturias en Fuenlabrada durante una visita al colegio público Dulce Chacón, que lleva el nombre de la escritora de La voz dormida, que falleció el 3 de diciembre de 2003 a los 49 años por un cáncer. En el centro les esperaban la hermana gemela de la escritora, Inma Chacón; la madre de ambas, María Gutiérrez, la hija mayor de Dulce, Dolores, y su bebé. Según confirmaron dos personas presentes en el encuentro, Aguirre preguntó a la madre de la escritora fallecida: "¿Dónde está Dulce, en Cuba? ¿Por eso no ha venido?". "La mujer no entendía lo que le decía la presidenta; se quedó muy confundida. Luego le ha tenido que decir: 'Mi hija murió", comentó uno de los testigos. "No sabemos a qué se debió esta confusión. Quizá Aguirre ha mezclado a Dulce Chacón con la escritora cubana Dulce María Loynaz", explicó la misma fuente. Pero es que esta escritora cubana también falleció: en 1997.

El dinero también ha protagonizado perlas por parte de Aguirre. La más conocida es del 2011, cuando, en la inauguración de un Centro de Innovación del BBVA, interpeló por lo bajini a Alberto Ruiz-Gallardón sin percatarse, una vez más, de los micrófonos que estaban cerca: “He visto que te vas a gastar 25 o 35 millones de euros...”, le espeta la presidenta. “Viene en el periódico. Menos mal que tenéis dinero, qué suerte tenéis. Nosotros no tenemos ni un puto duro”. "Y nosotros tampoco", respondió el alcalde. En mayo de 2010, preguntada sobre el posible nuevo impuesto de patrimonio a partir del millón de euros, Esperanza Aguirre, la presidenta de Madrid, cuyo alto nivel de patrimonio es conocido, sentenció: "Lo pagará Bono, me imagino; yo soy pobre de pedir".

En pleno mes de julio, la presidenta hirió muchas sensibilidades al declarar "Se tienen que terminar los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias". "Yo por mi parte no soy partidaria de subir impuestos. Creo que es contraproducente", añadió Aguirre, en clara oposición a las últimas medidas adoptadas por su partido, que ha subido el IRPF y más recientemente el IVA una media de tres puntos.

En el último mes, Aguirre ha dejado dos grandes meteduras de pata para el recuerdo, ambas captadas por cámaras. Y las cometió el mismo día. En el primer vídeo en trascender, Aguirre se encara con un equipo de Telemadrid desplazado para informar de su visita a Robledo de Chavela y Valdemaqueda dos días después de que se iniciara el incendio más relevante del verano en la comunidad. "¡Qué pelmazos! ¡Pero si yo he dicho que no dijeran nada!", dice la presidenta regional, que también se despacha con su jefa de prensa desde 2003, Isabel Gallego. "Estoy llamando a la Gallego, por supuesto está dormida".

Días más tarde se hacía público un segundo vídeo, si no aquel del que más se ha arrepentido, sí por el que más se ha disculpado. “¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte? Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida", le dice al alcalde de Valdemaqueda durante su visita a la localidad al no gustarle la sede consistorial. No es la primera vez que Aguirre censura un edificio o una obra de arte. En 2010, durante un acto en Becerril de la Sierra, preguntó al alcalde que cómo podía haber autorizado "esta puta mierda", en referencia a un monolito. En 2011, se quejó al inaugurar el policlínico del Doce de Octubre porque no tenía ventanas. "Si no lo digo, reviento".

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/09/17/madrid/1347897276_547716.html

15. AGUIRRE SE VA E IMPONE AL SUCESOR

Rajoy acepta que González sea ahora presidente pese a su veto para Caja Madrid

Cuestiones personales y la evidencia de su techo político precipitan la decisión

La gran protagonista de los lunes negros de Mariano Rajoy, la única que realmente le hizo temblar, eligió un lunes para rendirse definitivamente. O al menos eso parece. Esperanza Aguirre lo dejó claro: el que deja el poder, no volverá. “He cruzado el Rubicón”. Y ella, que durante 30 años ha vivido alrededor del poder, que ha cons truido todo un personaje a través de la enorme fuerza que da presidir la Comunidad de Madrid, sabe bien que dejar eso es dejar casi todo.

¿Por qué? Varias claves se daban. Una: hace tiempo que pensaba en dejarlo, porque es evidente que a sus 60 años —poquísimos para la política en Europa, no en España— ha llegado hasta donde podía llegar. Ella y todo el PP saben que ya nunca será líder del partido: la sucesión de Rajoy le toca a otros, a otra generación. Hasta Alberto Ruiz Gallardón lo ha reconocido. Además, ella no tiene apoyos regionales, lo sabe. Ya ha ganado tres veces las elecciones en Madrid tras el tamayazo, ya lo ha sido todo en política, y solo le quedaba su sueño inalcanzable: ser la primera presidenta del Gobierno de España. Ella, que incluso amenazó con dimitir en 2008 para que Gallardón no estuviera en las listas, deja la guerra. La especialista en órdagos a Rajoy —el de Gallardón lo ganó, otros no— se retira sin pelear más. A veces ironizaba con sus colaboradores más cercanos: “Rajoy siempre ganaba las batallas por agotamiento”. Fue ella, agotada, quien dijo basta.

Ni el nuevo presidente ni la alcaldesa de Madrid lo son por elección

¿Y por qué ahora? Esa pregunta era más difícil de contestar. Tras el impacto de la noticia —solo el círculo más estrecho la conocía, se ha hecho a toda velocidad, tanto que se pidió la cita con Rajoy a finales de semana y se contó en cuanto el presidente la recibió en La Moncloa— llegaron los intentos por explicarla. Los suyos hablan de un verano largo, en contacto con su familia, con los nietos, de muchas conversaciones con sus hijos que le han hecho pensar si valía la pena.

También hablan de su enfermedad. Explican que aunque los médicos insisten en que está curada, ella tiene la sensación, como explicó, de que lo suyo es grave, que es una enferma, que se puede complicar. Y quiere disfrutar más ahora de su familia. Dicen que este verano remató la decisión y la ha anunciado después del debate del estado de la región, un momento políticamente reposado. La emoción que transmitió en su despedida, con varios momentos en los que el llanto estuvo a punto de brotar, hacía que incluso sus rivales internos mostraran ayer un gran respeto por su decisión y la atribuyeran en buena medida a esas cuestiones personales que ella alega. Pese a todos los enfrentamientos, Aguirre es muy respetada en el PP como el gran animal político que siempre ha sido. “Esto es muy duro, y más ahora cuando te abuchean en los actos, si no estás al 100% no puedes aguantar”, resumía un dirigente.

Pero además de eso, y pese a la conmoción, todos en el PP conocen bien a Aguirre y saben que todo en ella es política y una decisión así también se toma con criterios políticos. Ahí muchos coinciden en una clave: Aguirre ha hecho todo tan rápido, tan imprevisto, para apuntalar a su sucesor. O más bien para imponerlo. Ignacio González es un hombre polémico en el PP. Mariano Rajoy ha dado muestras muy claras de que lo detesta. Lo echó del Comité Ejecutivo Nacional, la máxima dirección, cuando González, en plena crisis de liderazgo, en 2008, criticó la forma de hacer política de Rajoy en una tensa reunión interna. En 2009, en otra tensa cita en Génova 13, esta vez a solas con Aguirre, Rajoy vetó a González como presidente de Caja Madrid e impuso a Rodrigo Rato. Muchos marianistas pensaban que Rajoy nunca aceptaría a González como presidente de la Comunidad de Madrid. Pero Aguirre se ha movido tan rápido, dejando descolocados incluso a los más cercanos, y al propio Rajoy, que el presidente no tiene más remedio que aceptar.

Diversas fuentes del PP coinciden en que el presidente, en la conversación con Aguirre en La Moncloa, aceptó que González sea el sucesor. Rajoy está ahora en otra cosa, insisten los suyos, no tiene tiempo para guerras internas. Aguirre y González aceleran, pero tampoco improvisan. Poco a poco han ido cayendo los rivales. Primero, Alfredo Prada. Después, Juan José Güemes. Y por último Aguirre destituyó fulminantemente a Francisco Granados y dejó a González al frente del PP madrileño. Ya entonces el marianismo interpretó que estaba apuntalando la sucesión. Aunque confió en que el presidente frenaría la operación. González, desde ese puesto, controló las listas y por tanto el Grupo Parlamentario. Para Rajoy sería muy complicado plantear ahora otro candidato y arriesgarse a una rebelión en Madrid, explican los suyos. Ya en febrero, en el congreso del PP, Rajoy hizo un gesto de reconciliación: lo volvió a incluir en el Comité Ejecutivo. Ahora todo va tan rápido que en poco más de una semana el PP de Madrid designará a González sucesor.

El portazo de la presidenta es de tal calibre que hoy mismo ya no va a ir a trabajar a su despacho. Todo queda en manos de su delfín. Así, de un día para otro, sin que nadie tenga tiempo de reaccionar. Aguirre dio la rueda de prensa, en la que prácticamente todos los consejeros y los dirigentes del PP se enteraron de la noticia —descolocó a Génova, que no sabía nada— subió a despedirse de los trabajadores entre un mar de llantos de todos y se marchó a comer con su familia. Y se acabó. Así: 30 años de política, y a otra cosa. Es su estilo.

La decisión ha cogido por sorpresa a la dirección nacional del partido

Madrid, puesto clave para el PP, siempre simbólico, queda en manos de dos personas que no han sido votadas como cabezas de cartel —Ana Botella en el Ayuntamiento y González en la Comunidad— y cuyo tirón electoral está por ver. Es una situación delicada para Rajoy. Pero todavía tiene otro momento para decidir: cuando lleguen las elecciones, en 2015, él tendrá, si sigue al frente del PP, toda la autonomía para imponer, si quiere, a otros candidatos tanto en la comunidad como en el ayuntamiento. Así funciona el PP, donde no hay primarias ni nada parecido. Claro que González tiene mucho tiempo para consolidarse en el poder. Pero Rajoy, dicen los suyos, ya no está en eso, sino en sobrevivir a la prima de riesgo y al rescate. El PP le queda ahora muy lejos.

Aguirre evita así, consolidando a González, que le pase lo mismo que a Francisco Camps. Dimitió por el caso Gürtel y fue Rajoy, no él, quien eligió a su sucesor, Alberto Fabra. Aunque de formas moderadas, el exalcalde de Castellón no se ha dedicado a defender la herencia de Camps. Al contrario, ya casi nadie defiende al expresidente en el PP valenciano. Aguirre no se va por ningún caso de corrupción —aunque le tocó de lleno Gürtel, que organizaba todos sus actos, cortó cabezas y logró trasladar la pelota al tejado de Rajoy— pero todos los políticos se preocupan mucho por su sucesor, como hizo Aznar con Rajoy.

La salida de Aguirre cambia muchas cosas en el PP. Y también en su entorno. Aguirre no es solo una política clave en la historia reciente del PP, la única capaz de inquietar a Rajoy, un hombre aparentemente imperturbable pero que siempre seguía con un ojo lo que hacía ella y muchas veces actuaba arrastrado por sus movimientos. Aguirre es el puntal de una compleja estructura de poder empresarial e influencia mediática. Pocas cosas se mueven en Madrid sin que ella las haya autorizado o impulsado. Baste un dato. El jefe de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, es como un miembro más de su Gobierno, un aliado fiel. Y es el número dos de la patronal española. Varios medios de comunicación han considerado siempre a Aguirre su líder natural, la alternativa a Rajoy. Todo eso queda ahora en manos de González, no de alguien que ella no pueda controlar. El vicepresidente ha trabajado con ella más de 20 años, les une una estrecha amistad, es difícil pensar en una traición. Eso es importante para ella. Y además, dicen muchos, se lo debe. Le dejó a los pies de los caballos cuando, después de prometerle la presidencia de Caja Madrid, Rajoy lo vetó. Él tuvo que ir humillado a casa de Rodrigo Rato, el elegido por Rajoy, que le hizo un desplante. Desde entonces, se lo debía, señalan los aguirristas.

González lleva mucho tiempo trabajando ese mundo empresarial clave en el Madrid del poder real. Pero todo son incógnitas. De hecho, algunos de los dirigentes con mejores contactos planteaban que, pese al respeto a quien deja la política porque quiere y con una enfermedad grave encima de la mesa, había malestar en algunos círculos de poder. Aguirre se va en el peor momento de la crisis, decían, cuando más difícil es gobernar. Y desmonta así parte de ese entramado que dependía de ella y solo la obedecía a ella. El hueco que deja Aguirre es pues importante. Y en política los vacíos siempre se llenan aunque en este caso nadie sabe predecir aún cómo.

http://politica.elpais.com/politica/2012/09/17/actualidad/1347914059_862059.html

 

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