SERGIO GAMÓN

ESPERANZA AGUIRRE DEJA CAER AL JEFE DE LOS ESPÍAS TRAS SER ACUSADO POR SU EX ESPOSA 

Esperanza Aguirre aceptó ayer la dimisión del jefe de la trama de espionaje político de Madrid, Sergio Gamón, ya imputado en esta causa por la juez. La presidenta regional ha tomado esta decisión 16 meses después de que EL PAÍS destapara el escándalo del espionaje por parte de agentes a sueldo de la Comunidad de Madrid a los adversarios de Aguirre dentro del PP, el ex vicepresidente regional Alfredo Prada y el vicealcalde de Madrid Manuel Cobo. 

La dimisión se produce sólo 48 horas despúes de que Yolanda Laviana -ex esposa de Gamón y ex secretaria de Aguirre cuando presidió el Senado- detallara que su ex marido había espiado a Alfredo Prada, ex vicepresidente autonómico, desde que fue nombrado director general de Seguridad, en mayo de 2006. Laviana precisó en EL PAÍS que el receptor de los informes de Gamón sobre Prada era Ignacio González, vicepresidente y mano derecha de Aguirre. 

El pasado lunes, Aguirre no quiso entrar en el fondo de las declaraciones de Laviana porque aseguró que ella -hasta ayer secretaria del presidente de Telemadrid- vivía un "divorcio difícil". Y aunque aseguró que daba fe de que Laviana era una "persona muy respetable", matizó que eso no le daba presunción de credibilidad en lo que denunciaba. Pese a ello, tras ironizar que a veces de los divorcios salen escándalos como el de Juan Guerra -hermano del ex vicepresidente socialista implicado en presuntos tratos de favor-, afirmó que lo investigaría y que se producirían ceses si hallaba irregularidades. 

No consta si Aguirre ha hecho una investigación interna. Pero el pasado martes por la tarde recibió a Gamón en su despacho durante una hora. No trascendió el diálogo. Gamón salió con cara de pocos amigos. Al día siguiente, ayer miércoles, Gamón comunicaba su dimisión, horas después de que la Presidencia de Telemadrid despidiera a su ex esposa tras haberlo acusado de espiar al ex vicepresidente segundo Alfredo Prada en favor del vicepresidente primero. 

Aguirre no había reaccionado hasta ahora, a pesar de la acumulación de pruebas que señalaban la existencia de la trama de espionaje. Entre ellas, dos informes telefónicos delatando la presencia continua de varios agentes de Granados siguiendo a Prada o al vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, en abril y mayo de 2008. O la confesión de los ex guardias, que admitieron haber seguido a Prada por orden de Gamón noche y día durante semanas. O los partes del espionaje difundidos por este diario, que detallaban datos reservados de imposible obtención sin mediar los seguimientos, y que coincidían al milímetro con los informes telefónicos y las agendas de Cobo y Prada. O la prueba pericial caligráfica que concluyó que un empleado de la consejería de Interior, José Manuel Pinto, era el autor de las anotaciones manuscritas en los partes, lo mismo que aseveró una doble pericial contratada por este diario. 

Ninguna de esas pruebas movió a la presidenta a actuar. Pero ahora, tras las declaraciones de la ex mujer de Gamón, Aguirre ha admitido el cese del presunto jefe del equipo de espías anclado en su Gobierno. Aunque no ha explicado las razones que la han llevado a dar ese paso. 

Sergio Gamón es el hombre al que ella confió su seguridad cuando era ministra de Cultura, presidenta del Senado y luego presidenta del Gobierno de Madrid. Aguirre sabe desde hace años lo difícil que era el divorcio de Laviana, pero sólo ha despedido a ambos cuando su ex secretaria ha denunciando las actividades ilegales de Gamón que ella presenció durante años. 

El PSOE no está dispuesto a que Aguirre presente el caso como un conflicto familiar, advierte la portavoz socialista, Maru Menéndez. "Es un caso muy grave. Y lo que importa es el espionaje que ella denuncia". Por esta razón, el PSOE ha pedido que testifique Laviana ante la juez que investiga el espionaje. Un testimonio clave en este caso. 

(www.elpais.com, 24/06/10) 

TELEMADRID DESPIDE A YOLANDA LAVIANA TRAS DENUNCIAR QUE SU EX MARIDO ESPIÓ A PRADA 

Yolanda Laviana fue despedida ayer fulminantemente como secretaria del presidente de Telemadrid, Manuel Soriano, el mismo alto cargo a favor del que testificó cuando fue acusado de acoso sexual. 

Ángel Martín Vizcaíno, subdirector de Telemadrid, le comunicó el despido. A falta de una versión de dicha cadena, solicitada ayer sin éxito, Laviana explica que dicho cargo le invitó a tomar un café por la mañana y le reprochó que hubiera concedido una entrevista a EL PAÍS que detallaba las actividades ilegales de su ex esposo, Sergio Gamón. Laviana replicó que acudió a EL PAÍS porque nadie de los que conocían en el Gobierno de Aguirre los atropellos de Gamón que sufría, incluido el presidente de Telemadrid y miembros del Gobierno, le habían querido escuchar.  

Martín Vizcaíno le preguntó qué pruebas tenía de las acusaciones que había vertido contra Ignacio González, vicepresidente de Aguirre, al que Laviana había descrito como el inductor y receptor de las investigaciones que hizo desde el principio Gamón contra el ex vicepresidente Alfredo Prada, a pesar de que era su jefe orgánico. 

Laviana le dejó con la duda a Martín Vizcaíno. Solo le indicó que todas las pruebas que tenía estaban en poder de su abogado. Acto seguido, este subdirector de Telemadrid anunció que iba a despedirla porque su trabajo se había vuelto inviable en el canal tras sus declaraciones. Vizcaíno le ofreció firmar un despido improcedente con una indemnización de 25.000 euros. Laviana rechazó tal acuerdo. Porque no ve razones para ser despedida tras haber sido una secretaria leal a su jefe, como anteriormente lo fue a Esperanza Aguirre y a Juan José Lucas cuando fueron presidentes del Senado. 

Curiosamente, el pasado lunes, la propia Aguirre tildaba de "persona muy respetable" a Laviana, al tiempo que se jactaba de ponerse siempre en favor de la mujer en estos casos, y precisó que ella estaba viviendo un "divorcio difícil". Dos días después, la presidenta consintió que se despidiera a la primera persona a sueldo del aparato de la Comunidad de Madrid que es capaz de confirmar que ha existido una trama de espionaje que fue amparada y alimentada por Ignacio González y Francisco Granados, consejero de Interior, que lideraba su ex esposo, Sergio Gamón, y que contaba para sus labores de un equipo de ex policías y ex guardias civiles. 

En suma, el mismo relato que la investigación judicial ha acreditado tras destapar EL PAÍS el escándalo hace más de 16 meses. 

Laviana no ha acusado a personajes de menor rango del Gobierno de Aguirre sino que ha señalado con su dedo a subordinados de Granados que ya estaban imputados por el espionaje. Y solo ha añadido el detalle, gran detalle, de a quién informaba y daba cuenta Gamón de sus pesquisas ilegales sobre Prada y demás objetivos. 

(www.elpais.com, 24/06/10) 

GAMÓN ESPIÓ A LA SECRETARIA QUE DENUNCIÓ AL JEFE DE TELEMADRID, SEGÚN LAVIANA 

El 9 de junio de 2005, Noelia del Val, secretaria del director de Telemadrid, Manuel Soriano, le denuncia por acoso sexual. Dos investigaciones se ponen en marcha. Una es transparente y legal, la dirigen un juez y un fiscal que da la razón a la querellante. La otra, clandestina e ilegal, la dirige un inspector de policía, Sergio Gamón, que no está al servicio del juzgado, sino del Gobierno de Aguirre, aunque entonces ejerce de jefe de la escolta de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.  

Su ex esposa, Yolanda Laviana, no solo confirma su intervención en tales pesquisas ilegales -"hay que acercarse a ella y a su entorno y grabarle, le decía mi marido a Ignacio González"-, sino que asegura que Aguirre le nombró director general de seguridad por los servicios prestados en aquel escándalo. La denuncia fue archivada por la Audiencia Provincial. Laviana, que ayer fue despedida como secretaria de Soriano, hoy presidente de Telemadrid, por sus acusaciones en este diario contra Gamón, está dispuesta a testificar en el juzgado sobre el espionaje, y el PSOE ha solicitado ya su interrogatorio. 

Laviana explica así el nombramiento de Gamón como director general de seguridad de la Comunidad de Madrid en mayo de 2006. "Hoy creo que le fichó por el tema de Noelia del Val [secretaria que denunció por acoso sexual a Manuel Soriano, entonces director de Telemadrid]. 

Pensé que era un compromiso que ella tenía para recuperarlo como hombre de confianza. Hoy creo que en el momento que se hizo fue porque lo necesitaba conmigo para el tema de apoyo que necesitaba Soriano de investigación". Laviana fue precisamente testigo ante el juez del caso, y apoyó durante su interrogatorio la tesis de Soriano de que nunca sometió a acoso sexual a Noelia del Val. 

"Hoy diría lo mismo que dije entonces. Que no hubo acoso sexual". Asegura Laviana que siempre vio que entre ambos hubo una relación muy cordial, nunca tensa, ni de acoso. Pero tal convicción suya no excluye la brutal maniobra que presenció en primera persona del aparato de Aguirre en contra de la denunciante del director de Telemadrid. 

¿Cuál fue el papel jugado por Gamón en ese escándalo? "Sé que a él lo llamaron para pedirle información de cómo estaba yo y cómo veía yo el tema, y él me acompañó en una cita que tuve con un ex policía, que decía que estaba investigando para ayudar en el tema de Noelia del Val, para ayudar a Soriano entiendo, y requerían de mí información sobre su vida personal y profesional. Yo de la vida personal de Noelia sólo le contaba detalles al juez, pero es cierto que a mi marido cuando me interrogaba, yo le contestaba. Yo, sobre la vida privada de Noelia, sólo le hablaba a él y al juez". 

¿Qué datos exigía Gamón? "Quería saber de su relación con M.F., un directivo de Telemadrid, la relación de desequilibrio o tormentosa con su pareja, un camionero, y cómo ella decía que había sufrido violencia de una de sus parejas". Laviana corrobora que Del Val fue espiada por el equipo que lideraba Gamón. "De Noelia llegó a saberse todo. Desconozco si es legal o no, o si es lo normal cuando se recopila información sobre quien denuncia. Pero lo sabían todo". ¿Qué es todo? "Pues cuántas veces había ido a hospitales, o si había partes médicos. Una vez escuché que le indicaba a Ignacio González que deberían pegarse a ella gente joven en discotecas o con su entorno, hacerlo camuflados, y grabarles, y preguntar a su hermano en el bar". 

Laviana precisa aún más detalles: "En el tema de la denuncia de acoso sexual a Manuel Soriano, Sergio Gamón, estando con la vicepresidenta del Gobierno, es requerido por la presidenta y Nacho González [el vicepresidente primero] para ayudar a Soriano". 

Y añade sobre la labor de su ex marido: "Le llamaban de Sol [sede de la presidencia regional] y se reunían con él para saber de mí y conocer mi opinión sobre el tema y valorar la situación, pero jamás hablaron conmigo de ello, era mi marido el encargado de interrogarme y de solicitarme información sobre Soriano, Noelia y la situación en Telemadrid. Hoy con todos los datos que tengo creo que hábilmente me utilizaron para tener información. Es en esas fechas y en esta ocasión cuando le ofrecen a Gamón lo que realmente quiere, ser director general de seguridad, y él sabe que cuenta con el beneplácito de Ignacio González y con las reservas de Alfredo Prada [entonces consejero de Interior y su teórico jefe}, pues le era impuesto. Por lo tanto, y desde el principio Sergio trabajaba a las órdenes de Nacho González y para Nacho González, aunque su jefe inmediato fuera Prada, Sergio sabía que era impuesto y estaba encantado con esta situación. esto le endiosaba". 

Laviana da más datos de los movimientos de la ofensiva contra Noelia del Val: "El subdirector [de Telemadrid] Vizcaíno me pide que me reúna con un policía retirado que trabaja para el PP y que va a ayudar recabando información sobre el tema de Noelia. Me reuno en una cafetería de Pozuelo, en Kinépolis, y me pide que lleve o escriba todo lo que recuerde de ella personal o profesionalmente, que estuviera tranquila, que era un policía retirado que trabajaba para el PP y estaba en el Canal de Isabel II.  

Cuando nos volvemos a ver, Sergio viene conmigo, porque él ya ha hablado con la presidenta y me acompaña, pero yo no le doy a esta persona ninguna información sobre la vida personal de Noelia, nada más la comento con Sergio y luego con el juez. A este señor lo vuelvo a ver en el único acto al que acompaño a Sergio en tres años, su toma de posesión". 

"Durante ese tiempo", añade Laviana, "vi cómo hablaban sobre todos los pormenores de la vida de Noelia y de sus amigos. En los interrogatorios que me hacía Sergio (eran eso más que conversaciones) contaba algunas de las confidencias que Noelia hacía a su entorno de trabajo, como que se casaba a fines de año con M.F.". 

Habla Noelia del Val 

El testimonio que brinda Laviana, y que obra en poder de su abogado, coincide con la percepción que tuvo entonces Noelia del Val, la secretaria que denunció por acoso a Manuel Soriano: "Que fui espiada, es verdad, que fui seguida, es verdad. Me siguieron cuatro sujetos. Uno de ellos era alto y calvo. Una vez me encaré con uno. Le dije que me dejara de seguir. Y se dio la vuelta. No puedo decir quiénes eran, pero tengo mis sospechas, que me reservo. Usaban dos coches, uno rojo y otro negro. Vigilaban mis citas con mi abogada y con mi psicóloga. Mi teléfono de casa estuvo pinchado. Había interferencias cuando hablaba y me robaron el móvil de mi despacho en Telemadrid cuando lo tenía en mi bolso. Y se inventaron que había sufrido malos tratos de mi ex pareja". 

(www.elpais.com, 24/06/10) 

EL DIRECTOR DE LA PRESIDENTA 

Sergio Gamón llegó a la Comunidad de Madrid en 2006, dos años después de que Esperanza Aguirre ganase las elecciones y formase Gobierno. La presidenta madrileña eligió entonces como consejero de Interior a Alfredo Prada, al que hizo además vicepresidente. Aguirre, que es capaz de imponer hasta a la última secretaria de una consejería, impuso a Prada un director general de Seguridad: Sergio Gamón. Prada no tenía ninguna confianza en Gamón, que ya había trabajado como jefe de Seguridad con Aguirre años antes durante su etapa en el Senado y el Ministerio de Cultura.  

La rivalidad entre Gamón y Prada floreció en poco tiempo. Prada llegó a declarar al fiscal que Sergio Gamón le ninguneaba, le puenteaba y que actuaba por libre. La ex esposa de Gamón asegura que su ex marido respiró cuando Aguirre quitó a Prada de Interior. A partir de ese momento trabajó con las manos libres. 

Francisco Granados, su nuevo jefe, llegó a la Consejería de Interior en 2007, pero no cambió a Gamón porque era el director general de la presidenta. Cuando por fin le destituyó en 2008 por el escabroso robo de un ordenador, Aguirre exigió a Granados que le volviese a contratar. Lo hizo, aunque le apartó de funciones, y le siguió pagando más de 90.000 euros. 

(www.elpais.com, 24/06/10) 

UN TESTIMONIO CLAVE QUE APUNTA AL CORAZÓN DEL GOBIERNO REGIONAL 

Yolanda Laviana lleva 11 años como secretaria de confianza de altos cargos del PP. Primero estuvo con Esperanza Aguirre, que no solo la colocó en el despacho de la Presidencia del Senado en 1999 sino que nombró a su marido, Sergio Gamón, director general de Seguridad de la Comunidad de Madrid en 2006 e hizo a su hija concejal del PP en Fuenlabrada. 

Aguirre siguió protegiéndola mucho después. En 2005, Laviana pasó a Telemadrid como secretaria del director general, Manuel Soriano, ex jefe de prensa de Aguirre. Hasta ayer, Laviana continuaba como secretaria de Soriano, pero ya en la presidencia de Telemadrid. 

Aguirre siempre ha respetado a Yolanda Laviana y ha confiado en ella. Hasta el punto de que su testimonio resultó clave en el proceso judicial abierto a Soriano por supuesto acoso sexual a una secretaria. Laviana, que trabajaba junto a la denunciante, declaró a favor de Soriano. Y Aguirre reconoció el valor de ese testimonio y pidió expresamente que se cuidara a la familia Laviana / Gamón. 

Pero ahora, cuando otro testimonio de Laviana, en pleno proceso de divorcio con Gamón, ha puesto bajo sospecha a su vicepresidente Ignacio González, e indirectamente a ella misma, Aguirre ha optado por despedir de Telemadrid a la mujer en la que tanto confiaba. Un despido improcedente, según el documento que facilitaron ayer a Laviana para ponerla de patitas en la calle. 

Laviana ha declarado a EL PAÍS que su ex marido espió al que entonces era vicepresidente regional, Alfredo Prada, e informó de todo a Ignacio González, supuesto jefe de la trama de espionaje. Laviana salva a Granados, el consejero de Interior bajo cuyo mandato se produjeron los espionajes conocidos a Prada y Cobo. Aunque no del todo, pues lo considera el instrumento útil, el cómplice necesario de su marido que le dejó hacer sin preguntarle nada. Las respuestas había que dárselas a González. 

Gamón, por otra parte, debía su puesto a una sola persona: Esperanza Aguirre. La investigación determinará si espiaba para ella. 

(www.elpais.com, 24/06/10)

GAMÓN, EL 'TORRENTE' DE AGUIRRE 

La primera consecuencia práctica de los casos de espionaje en la Comunidad de Madrid es que el contribuyente ha descubierto que, desde hace siete meses, en el Gobierno regional hay un alto cargo que no tiene despacho, ni competencias, ni personal a sus órdenes y cobra un sueldo como el del presidente del Gobierno. "Por aquí no viene casi nunca, pero le cogemos los recados", dicen en la Dirección de Área de Seguridad, en un edificio de la calle Gobelas, a las afueras de Madrid. Se refieren a Manuel Sergio Gamón Serrano, el director de Área. Su cargo depende directamente del consejero de Presidencia, Justicia e Interior. La sede de la Consejería está en la Puerta del Sol. "Ese señor no está aquí, no hay ningún despacho de nadie que se llame Gamón", dicen en la centralita. Es un cargo virtual, pero su sueldo es real: 91.657 euros al año. 

Sergio Gamón es inspector de policía. También militante del PP. La carrera de Sergio Gamón acabó abruptamente un 27 de junio de 2008. Al mando de un grupo de policías, irrumpió en el Campus de la Justicia, cerró a las bravas un despacho y robó un ordenador, supuestamente con información comprometida, según los testigos. El despacho era de Juan Carlos Fernández, segundo del consejero de Interior, Alfredo Prada. Prada había sido destituido un día antes, tras alinearse con Mariano Rajoy en la lucha sorda por el poder en el PP que se libró en aquellos meses. No pasó mucho tiempo antes de que se descubriera la autoría de Gamón, nada menos que el director general de Seguridad, que estaba a las órdenes de Prada hasta el día antes. ¿Un alto cargo de Aguirre espiando a otro? La insostenible situación se resolvió destituyendo a Gamón el 17 de julio. Judicialmente, el caso fue sobreseído porque no hay grabaciones en vídeo del asalto al despacho, a pesar de los testigos. 

Además, poco antes se habían producido los seguimientos al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, y a Alfredo Prada. Los informes de los espías fueron publicados por EL PAÍS el pasado enero. Un informe caligráfico encargado por el periódico demuestra que en los escritos participó un policía a las órdenes de Gamón. En uno de los informes, para mayor evidencia, los espías anotan: "Llega nuestro director, Sergio". 

Cómo llegó este policía, zamorano de 49 años, a situarse en el centro de un escándalo de espionaje político es una historia de lealtades de toda una vida. Cuando se pregunta a los que lo han tratado a lo largo de 27 años de carrera policial, la mayoría no se sorprende. Agresivo, serio, irritable, chulo, estricto, no ahorran calificativos. Es un policía "tipo Torrente", resume gráficamente un funcionario cercano a él. Es sorprendente la cantidad de policías que suscriben esta descripción. 

Gamón es guardaespaldas. A la vista del currículum, debe de ser un escolta de primer nivel, a pesar de los recelos que despierta en algunos de sus antiguos mandos. La primera referencia de su carrera como escolta se encuentra en 1987 en la Casa del Rey. Estuvo allí nueve años, centrado en el servicio a las Infantas. Un antiguo superior suyo en la Zarzuela lo recuerda como uno de los mejores policías a su cargo. 

Tras ascender a subinspector de policía, perdió ese destino. Ahí empieza su relación con Esperanza Aguirre, la mujer que lo ha llevado de la mano hasta el centro del escándalo. Aguirre se lo lleva de jefe de su escolta en el Ministerio de Educación y Cultura, entre 1996 y 1999. Paralelamente, hay una larga relación personal previa que confirman fuentes del Senado, de la Comunidad y políticos de Fuenlabrada, donde vive Gamón. Esa relación, casi familiar entre la familia de Gamón y la de Aguirre, forja una fidelidad que explica lo que sucede después. 

Cuando Esperanza Aguirre fue designada presidenta del Senado, en febrero de 1999, nombró secretarias de su gabinete a María José Moreno, su secretaria de toda la vida, a Isabel González, hermana de Ignacio González (hoy diputada autonómica) y a Yolanda Laviana, la esposa de Sergio Gamón. Para Laviana, entrar a trabajar en el Senado fue "un impulso económico muy importante", según una persona que trabajaba en el círculo más cercano a Aguirre en ese tiempo. Estuvo allí todo el tiempo que Aguirre fue presidenta. Cuando ganó la Presidencia de la Comunidad, la esposa de Gamón pasó a ser secretaria del director de Telemadrid.  

En el despacho de al lado de la presidenta del Senado y sus secretarias, el marido de Laviana coordinaba la escolta. Gamón se llevó para este trabajo a su propio equipo, formado en el ministerio, y no hizo precisamente muchos amigos entre los policías del Senado. 

El equipo de Gamón no se hablaba con los policías de la comisaría especial del Senado. Para ellos, eran "los del pinganillo", dicho en un sentido peyorativo, como sólo pueden decirlo policías que llevan toda la vida en un servicio y llega un equipo de fuera a enseñarles cómo hacer una escolta. Prácticamente no cruzaron palabra con los agentes de la comisaría hasta que se fueron. Como ejemplo, una fuente política del Senado relata que Aguirre se empeñó en ponerle a Gamón la Cruz al Mérito Polical con distintivo blanco. En contra de lo habitual, no hubo fiesta, ni discurso, ni felicitaciones. Gamón recibió la medalla casi de manera clandestina. 

En aquella época era subinspector de policía. Gamón procede de la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía. Es decir, que empezó desde abajo y ha llegado a inspector, su grado actual, por promoción interna, paso a paso. 

En el Senado estuvo desde febrero de 1999 hasta octubre de 2000. En esas fechas hizo el curso para inspector. Ya como inspector, a finales de 2002 Gamón pasó a depender de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, en la Unidad de Protección, dando servicio de escolta a altos cargos y testigos protegidos. Luego coordinó escoltas de altos cargos. 

El 18 de diciembre de 2004 cesó de todos los servicios y pasó a depender de la comisaría especial de La Moncloa. Su último destino en la protección de altos cargos sería con la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Gamón utilizó esta circunstancia para defenderse durante su comparecencia ante la Asamblea de Madrid. Irritado por las preguntas sobre su relación con Aguirre dijo en la Asamblea que De la Vega lo había llamado a él "expresamente" para trabajar con ella. Un portavoz de la vicepresidenta lo desmintió tajantemente: "No lo conocía de nada, así que no pudo llamarlo". Un funcionario de seguridad de la Comunidad asegura que presumía de ser amigo de la vicepresidenta. 

No lo llamó ella, pero sí es cierto que lo fueron a buscar "expresamente". Cuando De la Vega decidió cambiar de jefe de escoltas (lleva cuatro en estos años), pidió consejo a un antiguo amigo de su época en Interior. Éste, a su vez, preguntó a otro compañero muy ligado a servicos de escolta de alto nivel. Este mando había sido jefe de Gamón en un destino anterior, y había estado al tanto de su carrera. Lo recomendó a la vicepresidenta porque "era un buen profesional de la seguridad", asegura. Durante 16 meses, Gamón fue la sombra de De la Vega. El jefe de escoltas va con ella en muchas ocasiones dentro del coche. La acompaña a sus desplazamientos privados, escucha sus conversaciones, entra en su residencia privada y también la acompaña en los viajes oficiales. Aunque no se hablen más que lo imprescindible, el jefe de escolta comparte la vida íntima de su protegido. 

El entorno de la vicepresidenta llegó a hacer averiguaciones informales sobre Gamón. También recibió información de al menos dos fuentes distintas sobre la antigua relación de amistad que él y su esposa tenían con Esperanza Aguirre. La relación con los escoltas es muy delicada, y la más mínima inquietud del protegido puede hacer que los retiren de un servicio. Sin embargo, la vicepresidenta siempre estuvo muy a gusto con Gamón como escolta. 

En mayo de 2006, Aguirre le hace una oferta de las que resuelven una vida: ser director general de Seguridad, dependiente del consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada. Se conocían perfectamente. Prada y Aguirre eran uña y carne en el Senado, donde él era vicepresidente. Tras 25 años de policía, Gamón se mete en política para asombro de políticos y policías, que no se explican que un inspector pueda ser director general. Pasó a tener un nivel 30 de la Administración, cuando un comisario puede aspirar a un nivel 26. De hecho, el actual responsable de ese puesto tras Gamón es nada menos que un ex jefe superior de policía, Enrique Barón. Alguien acostumbrado a lidiar con políticos durante años y gobernar miles de funcionarios y altos presupuestos. Pero Gamón pasó de guardaespaldas a alto cargo político de un día para otro. 

Por aquel entonces, su hija, María del Carmen Gamón, ya es concejal de PP en Fuenlabrada, la ciudad del sur de Madrid donde vive toda la familia. "Me dijo Aguirre en persona que tenía que meterla en la lista" en 2003, asegura Juan Barranco, que entonces era el líder del PP en Fuenlabrada. Barranco cayó en desgracia a mediados de 2006 y acabó fuera del PP. Carmen Gamón "se refería a Esperanza Aguirre como 'mi madrina", asegura Barranco. "Yo no le daba importancia hasta que nombraron a su padre director de las Bescam. Entonces me di cuenta de la influencia que tenía esa familia", añade. "La relación entre Gamón y Aguirre es casi familiar", asegura Barranco. María del Carmen Gamón, a través de una portavoz del PP de Fuenlabrada, declinó hablar. 

El encargo de Sergio Gamón en su primer puesto político es coordinar el proyecto de las Bescam. Puesto en marcha por Prada, consiste en que la Comunidad subvenciona a los municipios plazas de policía local con la condición de que se dediquen a tareas de seguridad ciudadana. Sustituye a la policía autonómica que el Estatuto de Madrid no permite tener. La coordinación se hace en comisiones de seguimiento con alcaldes y jefes de policía local. 

En esas reuniones está José Francisco Cano, secretario general de Unijepol, la asociación de jefes de policía local. "La actitud era de total falta de respeto a la policía local y a los alcaldes", recuerda Cano, con quien llegó a tener un enfrentamiento, con apertura de expediente incluido, por cómo utilizaba a las Bescam en Fuenlabrada. Unijepol emitió "comunicados durísimos" contra Gamón. Cano define así a Gamón: "Cero capacidad política". Es guardaespaldas, seguramente bueno, no un director general de nada. 

Fuentes municipales confirman que en esa época hay protestas formales de varios alcaldes ante Francisco Granados por la actitud de Gamón. Daba lecciones de cómo debía dirigirse la Policía Municipal, se creía jefe de todos, en vez de coordinador. Un alcalde cuenta que Gamón se metía en las competencias municipales y discutía qué era seguridad ciudadana. "Tenía un concepto de las Bescam como si fueran geos". 

Sorprendentemente, todos los que hablan así de Gamón tenían una relación excelente con Alfredo Prada, su superior. De hecho, el enfrentamiento entre ambos era evidente para las fuentes de policía local y ayuntamientos consultadas. Gamón llegó a menospreciar a Prada en público, y se reía cuando le mencionaban los acuerdos a los que el consejero había llegado con los municipios dentro del proyecto Bescam, recuerda un alcalde. Por su parte, una fuente policial asegura que Prada dio a entender a los policías locales que ignoraran a Gamón y trataran directamente con él. "Gamón lo sabía y eso le irritaba muchísimo", afirma. 

Tras 25 años de carrera policial y dos en la política, Gamón tiene que salir huyendo tras revelarse como un espía. En mayo de 2008, Aguirre remodela medio Gobierno y le busca a su íntimo amigo un puesto virtual sin competencias, sin personal y sin presupuesto. Lo único que puede aportar es información: quién le ordenó supuestamente los seguimientos, para quién eran los dossiers, qué se llevó del despacho de Prada, archienemigo suyo y de Aguirre. Gamón está en situación de servicios especiales en el Cuerpo Nacional de Policía. Cuando quiera, puede pedir el reingreso en su anterior destino, la comisaría especial de La Moncloa. 

20 AÑOS DE ESCOLTA EN LA POLICÍA

La carrera del inspector Manuel Sergio Gamón Serrano estuvo siempre centrada en la escolta de personalidades hasta que Esperanza Aguirre lo fichó como director general de Seguridad. 

- Casa del Rey. Estuvo en este destino desde 1987. 

- Ministerio de Educación y Cultura. Esperanza Aguirre se lo lleva de jefe de su escolta como ministra en 1996. 

- Presidencia del Senado. Va con Aguirre al Senado en 1999 hasta finales de 2000, cuando se va a hacer el curso para inspector. 

- Coordinador de escoltas. Desde mediados de 2003, fue el coordinador de las escoltas del ex director general de la Policía Carlos Conde Duque; la ex ministra de Administraciones Públicas Julia García-Valdecasas; el ex secretario de Estado José Luis Méndez Romeu; la ex comisaria europea, Loyola de Palacio; el ex director general de la Policía José María Rodríguez Colorado; el ex ministro Jordi Sevilla y del ex secretario de Estado Rafael Vera. 

- Vicepresidenta del Gobierno. Entre diciembre de 2004 y mayo 2006 fue la sombra de María Teresa Fernández de la Vega. 

(www.elpais.com, 23/02/09) 

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