FedeGUIco Jiménez Losantos : DIFAMA QUE ALGO QUEDA

Losantos compara a Rubalcaba con el fundador de la secta de los asesinos

El locutor Losantos sabe perfectamente que la inmensa mayoría de sus oyentes ignora quien era El Viejo de la Montaña, no tienen ni idea de los ismailitas, desconocen asimismo que la voz asesino procede del árabe hashshâshin (que significa fumadores de hachís), nunca oyeron hablar de la fortaleza de Alamut y, en general, no saben nada de la vida y obra de Hassan-al-Sabbab, allá por el año 1030 de nuestra era.A la hora de faltar el respeto e incumplir el ideario de la COPE D. Federico no suele pararse en barras. A veces, sin embargo, se sirve del viejo recurso de ampararse en su erudición y lecturas para lanzar sus furibundas descalificaciones. Dice lo que quiere decir, pero lo enmascara o diluye en referencias más o menos ilustradas, en citas literarias, en alusiones a hechos o personajes de cuyo conocimiento participa un porcentaje minoritario de la audiencia.

Rubalcaba, un "semita alopécico"
El miércoles 21, sin ir más lejos, se despachó de buena mañana en los siguientes términos: “He visto esta mañana en Libertad Digital la efigie, la imagen de Rubalcaba, parece El Viejo de la Montaña, mandando hashshâshin, tiene un aspecto de semita alopécico hecho polvo, como si le hubieran repudiado en la familia real saudí”.

No sembrarás odios ni división
Pasemos por alto lo de semita alopécico, que ya tiene guasa escuchar a Losantos haciendo referencias a la apariencia o hechuras de los demás. Vamos al fondo del asunto a la luz del ideario copeliano, donde se proclama que la COPE “Sacará a la luz pública los fallos y las quiebras de la sociedad, denunciará las injusticias, pero sin sembrar odios ni esparcir gérmenes de división. Respetará las leyes y a las autoridades democráticas, con espíritu de colaboración al bien común”.

Los límites de la crítica
El señor Pérez Rubalcaba será merecedor, como todo personaje público, de la justa crítica y del rechazo que puedan provocar sus actuaciones en el desempeño del cargo que ostente. Ahora bien, de ahí a compararlo con un personaje tan abyecto, sanguinario y criminal como fue Hassan-al-Sabbah, conocido como El Viejo de la Montaña, parece que media un trecho.

Secta de los hashshâshin
Estamos hablando, nada menos, que del fundador de la secta de los asesinos, el líder de la rama más fanática e intolerante de los ismailitas. El Viejo de la Montaña, a comienzos del siglo XI, promovió la formación de un selecto grupo de elegidos cuya misión era sembrar el terror en todo Oriente Medio gracias a la acción de fanáticos suicidas narcotizados (hashshâshin) que mataban a quienes se consideraban enemigos de la verdadera Fe, ya fuesen nobles, militares, políticos o gentes sencillas. Desde su fortaleza de Alamut, Hassan-al-Sabbah enviaba a sus asesinos a ejecutar sus inapelables sentencias. Es cosa sabida que el locutor Losantos no necesita sardinas para beber vino, pero una vez más se le ha ido la mano, y ha hecho caso omiso del Ideario, a la hora de arremeter contra Rubalcaba del que, por cierto, lleva años diciendo cosas tremendas. Pero no hasta compararlo con El Viejo de la Montaña mandando asesinos

www.elplural.com 23.06.06

Acércate al tal Fede

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